San Mateo 14, 1-12: “Un Mandao”
Autor: Arquidiócesis  de Madrid
Ya está a punto de terminar la construcción de la parroquia. Bueno, para la empresa ya está terminada, para los técnicos faltan algunas cosas. Antes la empresa y la propiedad nos dedicábamos a mandarnos “Burofax”, pero como no está la cosa para tirar dinero ahora le llevo yo papales al jefe de obra para que me firme el recibí y él me trae los de la empresa para que se los firme yo. El jefe de obra y yo nos llevamos bien, nos vemos todos los días desde hace un año, pero somos unos “mandaos” y nos pasamos el día papelito va, papelillo viene. Como yo no entiendo de obras lo que me plantea la empresa me es indiferente y se lo paso a los técnicos y como el jefe de obra no entiende de economía se lo pasa a sus jefes. Mientras nosotros en medio. No es muy agradable, os lo aseguro.

“Herodes había mandado prender a Juan y lo habla metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella”. Juan Bautista también está en medio, es otro “mandao”. Por mucho poder que tuviera Herodes, hasta para poder mandar cortarle la cabeza, no se achanta ni le entra miedo por decir lo que tiene que decir. Cierto que se se molesta Herodías. pero Juan Bautista faltaría a la verdad y a la caridad si dijese que está bien lo que está mal. Le pasa lo mismo que a Jeremías con los sacerdotes y profetas de Israel: “En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo: -«Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído con vuestros oídos.» Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo: -«El Señor me envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído. Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra vosotros. Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mi lo que mejor os parezca”.

Hoy es el Santo cura de Ars, patrono de los sacerdotes. Día especial para rezar por ellos. El sacerdote también es un “mandao.” Los sacerdotes, especialmente en las parroquias, no trabajamos con papeles ni con teorías, trabajamos de tu a tu con la gente. Y no estamos para dar nuestro parecer ni nuestra opinión, sino trasmitir la fe de la Iglesia. Muchas veces nos gustaría poder decir otras cosas, dar la razón al mundo, decir cosas que mereciesen el aplauso de los que nos rodean y que nos dijese el Diablo al oído: “Tú sí que nos comprendes”. Pero muchas veces no puede ser así. Si yo fuese del Real Madrid no podría hacer una parroquia de seguidores del club blanco, e incluso tendría que aceptar confesar a los del Barca. La parroquia no es Don Fulanito o Don Menganito, que era de tal o cual manera. Las parroquias no son de este o de otro estilo o sensibilidad. Las parroquias son de la Iglesia y están para transmitir la verdad de Cristo. Huir del personalismo es muy difícil, por eso hay que rezar mucho por los sacerdotes, para que siendo cada uno como somos, seamos capaces de ser un cauce limpio por donde fluye la gracia de Dios y no nuestras gracias.

Santa María, madre de los sacerdotes, ruega por nosotros.

Nota: Con permiso de la Arquidiócesis de Madrid