San Marcos 4, 21-25:
La pereza

Autor: Arquidiócesis  de Madrid    

 

Hoy la Iglesia celebra la memoria de san Juan Bosco, educador de jóvenes y santo luminoso de la época reciente. Su vida es un comentario al evangelio de hoy porque siempre buscó irradiar la luz que había recibido de Cristo, y lo hizo con una gran misericordia hacia las almas. Es el inventor del método preventivo en educación, que consiste en relegar al máximo el castigo, intentando mover a los alumnos a obrar el bien sin necesidad de coacción. Los frutos de su apostolado aún los contemplamos hoy en la multitud de obras encomendadas a los salesianos en todo el mundo. De sus aulas han surgido santos y la vida de muchos jóvenes ha cambiado gracias al encuentro con Jesucristo. Sus sucesores, como san Juan Bosco, han puesto la lámpara que han recibido sobre la mesa y, de esa manera, han atraído a otros hacia el Señor.

Hay un texto del santo dirigido a los jóvenes, pero que puede ayudarnos a todos. Dice así: “Queridos jóvenes, la pereza es la trampa principal que utiliza el tentador. Es la madre de todos los vicios. Estad seguros de que el hombre ha nacido para trabajar. Si no trabaja, queda fuera de juego. No se trata de estar ocupado de la mañana a la noche sin un mínimo respiro… No perdáis el tiempo, pues el tiempo es un tesoro. No sabéis si viviréis mucho y tendréis tiempo de ganar méritos para ir al Cielo.”

Puede ayudarnos a entender algún aspecto del Evangelio de hoy. La ociosidad es terrible. Por una parte no nos deja dar lo mejor de nosotros mismos. De esa manera ocultamos lo que Dios nos ha dado. Pero todo don de Dios lo recibimos para hacerlo fructificar. Pero, por otra parte son las personas que no hacen nada, las que pierden el tiempo, las que se vuelven chismosas y tienen tiempo para criticar a las demás. Dice Jesús: “Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces”. La tentación de juzgar a los demás nace, muchas veces, de una insatisfacción. No estamos contentos con nuestra vida e incapaces de recapacitar sobre lo que nos pasa a nosotros nos dedicamos a buscar los defectos de los demás. Además de terrible es ridículo.

Por otra parte, Jesús nos indica que precisamente esos que criticamos serán los que tendrán premio. “Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. ¿Qué significan estas palabras? Quizás se refieren a que todos hemos recibido talentos y si no los hacemos fructificar los perderemos. Volverán a su verdadero dueño, que nos los ha regalado pero espera que los usemos adecuadamente. Por eso también sucede que los perezosos, que ven fácilmente los defectos ajenos, dejan de trabajar en la misión que se les ha encomendado y cada vez son más incapaces de realizar el bien para el que Dios les había preparado.

Que María nos enseñe a estar totalmente disponibles para Dios. Que tengamos conciencia de nuestros talentos y los hagamos rendir según el plan de Dios. Que san Juan Bosco interceda por nosotros.

Nota: Con permiso de la Arquidiócesis de Madrid