San Lucas 19, 1-10:
Las ventajas de ser bajito
Autor: Arquidiócesis  de Madrid

Apocalipsis 3, 1-6. 14-22; Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 ; san Lucas 19, 1-10

Todos conocemos a Zaqueo y senbtimos cierta simpatía por él. No es para menos. Él conoció al Señor y experimentó su misericordia de primera mano. Sólo por ello ya merece nuestra admiración. Queremos ser como él.

Zaqueo era un hombre distinguido y rico. Pero también era bajo. Curiosamente ese detalle es el que le sirvió para encontrarse con Jesucristo. Todos nos quejamos de nuestras limitaciones y soñamos con tener cosas que pensamos nos harán felices. El evangelio de hoy nos recuerda una vez más que Dios tiene otros planes y que, en muchas ocasiones, lo que nosotros vemos como un límite es la gran oportunidad. Nos gustaría ser ricos e importantes, pero lo mejor que le pasó a Zaqueo, en aquella ocasión, era su poca estatura.

Cuando el Señor entra en Jericó las multitudes le impiden a Zaqueo el distinguirlo. Le tapan. Eso significa que debía de ser verdaderamente bajo, un tapón como quien dice. Pero en esa pequeña estatura había un deseo muy grande. Por eso Zaqueo no duda en subirse a una higuera. Y como el Señor nunca defrauda a quien lo busca con un deseo ardiente se llevó la sorpresa de su vida. Jesús se paró ante él y le dijo “Baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.

Ese “hoy” es el de la resurrección de Jesucristo, es el día de la Iglesia, es el día en que cada uno de nosotros se encuentra con Jesús o mejor él con nosotros. Es ese día que no tendrá término en la vida eterna. Es cuando todo cambia en nosotros porque nos encontramos con el Eterno que nos abre perspectivas nuestra y nos muestra para qué estamos hechos. Como dice el Vaticano II: “El misterio del hombre sólo se revela a la luz del Verbo encarnado”. Es por ello que Zaqueo ante Jesús decide cambiar de vida.

Por fin ha encontrado algo infinitamente más importante que el ser jefe de publicanos o rico. Ha encontrado lo que su corazón buscaba. Una vez Jesús cambia su corazón el puede transformar su vida y dar limosna y retornar lo que ha robado. Alguien le ha dado la fuerza para ello descubriéndole nuevas perspectivas.

Jesús explica lo que ha sucedido: “Hoy ha sido la salvación de esta casa”.  Lo que le sucedió a Zaqueo ha sido escrito para que nosotros sepamos que estamos llamados a pasar por una situación parecida. Continuamente el Señor se acerca a nuestra ciudad, a nuestro trabajo, a nuestra vida… Para topar con Él es necesario darnos cuenta de nuestra limitación y de que estamos necesitados. Cuando uno se da cuenta de que le falta algo reconoce con mnayor facilidad lo que el Señor viene a traernos: “El hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

Nota: Con permiso de la Arquidiócesis de Madrid