San Mateo 9, 35-10, 1. 6-8:
Una semana

Autor: Arquidiócesis  de Madrid

Isaías 30Y 19-21. 23-26; Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6 ; Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

Ya estamos a punto de terminar la primera semana de Adviento. Este año hay que andarse con ojo, que la cuarta semana sólo dura unas horas. Tal vez ya hayamos hecho algunos propósitos, y ya hayamos tenido tiempo de no cumplirlos. A mi, al menos, me pasa eso frecuentemente. Comienza un “tiempo fuerte” y entonces uno se pregunta “¿qué voy a hacer durante estas semanas?” para acabar dándose cuenta que nunca hace lo que se había propuesto. .En mi caso creo que me lo planteo mal, a ver si el comentario de hoy nos ayuda a enfocarlo de otra manera.

Jesús “Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.” “Rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.” “A estos doce los envió.” “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.” Frases sueltas del Evangelio de hoy, pero que nos ayudan a descubrir quién toma la iniciativa. Ayer, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, nos lo recordaba San Pablo: “Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos.” Dios siempre toma la iniciativa. Es Él el que conduce nuestra vida, si dejamos que tome las riendas.

Por eso, a la hora de hacer propósitos, me parece más provechosos el plantearme qué está haciendo Dios en mi. El qué puedo hacer por Dios será poca cosa y seguramente me falten las fuerzas. Sin embargo, cuando voy descubriendo que es Dios quien llama, quien envía y quien me da su Gracia, entonces descubres que tus compromisos, que a veces se te hacen en tan pesados y tan cuesta arriba, no son sino responder a la Gracia de Dios.

Cuando en el primer plano nos ponemos a nosotros, queremos ser protagonistas, realizadores y productores de la película de nuestra vida, solemos hacer una chapuza. Cuando nos damos cuenta que todo es gracia y que nuestra respuesta a Dios es siempre dar gratis lo que ya antes habíamos recibido, entonces es Dios el que hace una maravillosa superproducción en nuestra vida.

Responder a la Gracia implica ejercicio, pasarse ratos delante del Sagrario para distinguir la voz de Dios, pues “ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: “Éste es el camino, camina por él.”” No significará que el camino deje de tener dificultades y tropiezos, pero sabremos que caminamos por la senda buena.

Vamos a intentar que estas semanas de Adviento el Señor haga sus propósitos para nosotros y estemos dispuestos a responderle generosamente, a dejar de hacernos los sordos a las llamadas de Dios, de desviar la mirada cuando nos mira a los ojos.

María dijo “Hágase en mí, según tu palabra.” Tal vez sea el mejor propósito de estas semanas que nos quedan.

Nota: Con permiso de la Arquidiócesis de Madrid