San Lucas 1, 39-45:
Lo cotidiano

Autor: Arquidiócesis  de Madrid

Cantar de los cantares 2, 8-14; Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21; San Lucas 1, 39-45

En el Evangelio de hoy escuchamos el relato de la Visitación. Probablemente todos hemos meditado muchas veces esta escena del Evangelio. Apunto algunos aspectos que me parece pueden ser contemplados.

1-María, después de recibir el anuncio del ángel parte de inmediato a visitar a Isabel. Dios salva al hombre sin sacarlo de la historia. Quizás alguno piense que la salvación consiste en dejar este mundo y en hacerlo cuanto antes. Tanto la Encarnación como esta escena del Evangelio indican lo contrario. María corre a ver a Isabel, que espera un hijo y ya es anciana. Lo hace con prisa, indicando la pasión que introduce la presencia de Dios en nuestras vidas.

2-Va a ayudar a Isabel. Es anciana y se quedará con ella tres meses. Es decir, hasta que sobrevenga el parto. La que es llena de gracia se une al abajamiento del Hijo haciéndose servidora de su prima. De esa manera se prolonga en nosotros el misterio de la Encarnación.

3-María visita a Isabel porque también esta está viviendo un hecho extraordinario. En su ancianidad, y a pesar de su esterilidad, está embarazada. Dos mujeres tocadas por Dios, aunque en diferente grado, se reúnen para alabar juntas a Dios por las maravillas que hace. Se anticipa así el canto de alabanza de todas las asambleas de fieles a lo largo de la historia. Al mismo tiempo es Isabel la que mejor puede comprender a María y acompañarla porque conoce las maravillas que Dios hace. De esa manera ambas se confortan en la fe.

4-La presencia de María lleva la gracia a donde va. Es así porque en su seno se encuentra ya el Hijo de Dios. Se anticipa en este misterio la inhabitación de Dios por la gracia en el alma del justo. Todo cristiano que vive en gracia es, como decían los Padres, cristóforo, esto es, portador de Cristo.

5-Por otra parte nos educa la actitud de Isabel. Ella dice “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”. A pocos días de la Navidad es fácil transformar esta pregunta en una oración personal. ¿Cómo es que Dios se digna a venir a nosotros?
6-Juan Bautista salta de alegría en el vientre de su madre. Se indica así que queda santificado por la presencia del Señor. Indica san Agustín que primero se dieron cuenta los hijos y por ellos las madres. Lo mismo sucede con la gracia. Primero transforma nuestra vida interior y de allí se extiende a todo lo que hacemos. Es tan real que la fe tiene poder para transfigurar culturas, como podemos comprobar en la historia y seguimos observando en tantas acciones eclesiales.

Nota: Con permiso de la Arquidiócesis de Madrid