EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la I Semana de Cuaresma A
Libro de Jonás 3,1-10.
La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos:
"Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te
indicaré".
Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad
enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla.
Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día,
proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de
penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño.
Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su
vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza.
Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de
sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán
probar bocado: no pasten ni beban agua;
vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus
fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus
manos.
Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera
que no perezcamos".
Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se
arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Salmo 51(50),3-4.12-13.18-19.
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.
Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado.
Evangelio según San Lucas 11,29-32.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una
generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será
para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación
y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la
sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la
condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay
alguien que es más que Jonás.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía después obispo de
Constantinopla. Doctor de la Iglesia.
Homilías sobre la conversión pronunciadas a su vuelta del campo, n° 1
« Se han convertido como respuesta a la proclamación de Jonás»
Guardémonos de perder toda esperanza, sino evitemos igualmente ceder muy
fácilmente a la indolencia... La desesperanza impide al que ha caído levantarse y la
indolencia hace caer al que está de pie... Si la presunción nos precipita de lo alto de
los cielos, la desesperanza nos precipita en el abismo infinito del mal, mientras que
es suficiente un poco de esperanza para arrancarnos de él...
Así es como Nínive ha sido salvada. Sin embargo, la sentencia divina
pronunciada contra los ninivitas era de por sí para sumergirlos en el desconcierto,
pues ella no decía: « Si os arrepentís, seréis salvados », sino simplemente: «
Todavía tres días y Nínive será destruida» (Jon 3,4). Pero ni las amenazas del
Señor, ni los requerimientos del profeta, ni la severidad incluso de la sentencia...no
hicieron doblegar su confianza en sí. Dios quiere que saquemos una lección sin
condiciones de esta sentencia de manera que instruidos por este ejemplo,
resistamos a la desesperación como a la pasividad... Además, la benevolencia divina
no se manifiesta solamente a través del perdón concedido a los Ninivitas
arrepentidos...: el tiempo concedido atestigua igualmente su bondad inexpresable.
¿Pensáis que tres días habrían podido bastar para borrar tanta iniquidad? La
benevolencia de Dios estalla detrás de estas palabras; por otra parte ¿no es ésta la
artesana principal de la salvación de toda la ciudad?
Que este ejemplo nos preserve de toda desesperación. Pues el diablo considera
esta debilidad como su arma más eficaz e incluso pecando, no sabríamos darle
mayor gusto que perdiendo la esperanza.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”