IV Domingo ADVIENTO - A
La fiesta de la Navidad está cercana y la Iglesia propone las últimas
recomendaciones para dicha celebración. En la primera lectura recuerda a Isaías
en su profecía mesiánica más directa y puntual: “Mirad la virgen está encinta y
da a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel, (que significa Dios con
nosotros)”.
Quizá las circunstancias históricas que vive el profeta le inducen o fuerzan
a concretar más la voluntad de Dios, animando al pueblo a no perder la
esperanza en las promesas, pues Dios sigue con ellos. Los cristianos leemos con
especial gozo y confianza estas palabras, que vemos perfectamente cumplidas
ya en Belén de Judá.
___________________________________________
Oración para cada día de la semana
Señor, Jesús, Dios con nosotros, como al profeta Isaías, ayúdame a verte
con fe, esperanza y alegría, y a acogerte con amor y agradecimiento.
Quiero ponerme al lado de tu madre, la Virgen María, y de su esposo, José.
Les veo alegres, y, aunque un poco preocupados, dispuestos a cumplir
tu santa voluntad; temerosos de no acertar a entenderla del todo,
pero decididos a cumplirla con fidelidad.
¡Qué bien, Señor, que ellos tuvieron también dificultades, y hubieron
de soportar pruebas bastante duras, pues así aprendo yo también a no
desanimarme,
ni desorientarme, ante las dificultades y contratiempos de la vida.
A veces, Señor, tengo también dudas de fe, y me cuesta entender el mal, el
sufrimiento,
el pecado del mundo; y en algunas ocasiones me siento tentado a abandonar
el camino vocacional que me has trazado, porque me siento solo, débil,
o incomprendido, y también porque sufro mis propias debilidades
y pecados que obscurecen mi esperanza, ilusión y optimismo.
Dame, Señor, los sentimientos y actitudes de José, para ser realista,
no perder la cabeza, y mantener la calma y el sentido común, humano y
sobrenatural,
en esos momentos difíciles y en las pruebas a que quieras someterme.
Que sepa, Señor, buscar la ayuda conveniente en las personas de confianza y en
cuantos te representan a Ti; y que sinceramente escuche, delibere, y actúe en
consecuencia.
Las dudas y dolores de José se transformaron, por ser fiel a tu palabra,
en gozo y esperanza de ver y tocar tu santa voluntad: lo acontecido en María
es obra del Espíritu Santo, eso será la salvación de los hombres,
pues, aunque virgen, dará a luz al Emmanuel, Dios con nosotros.
¡Qué buena lección, Señor, para culminar mi preparación de conversión
cristiana en el Adviento, y así celebrar con más fe y esperanza, con más alegría
y agradecimiento, y con más amor y generosidad, el Nacimiento de Cristo!.
¡Gracias, Señor, por el ejemplo de María y de José!
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez
Evangelio: Lc 1,18-24 La lección de José