Lunes 21 de Marzo de 2011
Lunes 2ª semana de Cuaresma
Daniel 9,4b-10
Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los
que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido
crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos.
No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros
reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes.
Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los
habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los
países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor,
nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos
pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro
Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las
normas que nos daba por sus siervos, los profetas.
Salmo responsorial: 78
R/Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No recuerdes contra nosotros / las culpas de nuestros padres; / que tu
compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados. R.
Socórrenos, Dios, salvador nuestro, / por el honor de tu nombre; /
líbranos y perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre. R.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: / con tu brazo poderoso, /
salva a los condenados a muerte. R.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo, / ovejas de tu rebaño, / te daremos
gracias siempre, / contaremos tus alabanzas / de generación en generación. R.
Lucas 6,36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como
vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no
seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán
una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la
usarán con vosotros."
COMENTARIOS
Hay una casa misteriosa donde sólo puede entrar una persona cada vez.
Cuando las personas salen de la casa, nadie concuerda con nadie con respecto a lo
que vieron adentro. Vi un viejo con cara de vinagre, dijo un viejo con cara de
vinagre. Vi una mujer triste, dijo una mujer triste... Era simplemente una casa de
espejos. Igual que nuestra vida. Nos toca la difícil tarea de reflejar el rostro de un
Dios compasivo. Y el evangelio nos da la receta: No juzgar, no condenar, dar
mucho y generosamente, y medir con la medida justa. Un Dios compasivo es quien
nos alienta, acompaña y nos da fuerzas para afrontar la complejidad de la vida que
nos ha tocado vivir. Aunque creados a imagen y semejanza de Dios, se nos fue
desfigurando el rostro y ni siquiera nos percatamos de ello por obra de costosos
maquillajes. Preguntémonos, ¿por qué juzgamos si Dios no nos juzga? ¿Por qué
condenamos si él no nos condena? Si de verdad andamos con Jesús, ¿por qué no se
nos nota?
Padre Juan Alarcón S.J