De Jesús aprendemos todo.
22/03/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: «En la cátedra de
Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan,
pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy
pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero
ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros
lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que
los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más
que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo
llamen “padre”, porque el Padre de ustedes es slo el Padre celestial. No se dejen
llamar “guías”, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de
entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se
humilla será enaltecido».
Oración introductoria
Señor Jesús, en esta Cuaresma quiero profundizar en qué significa «amar». Creo
que te hiciste a nuestra imagen en un acto sin precedente, todo por amor, para
mostrarme de Tú a tú el camino que hay que seguir, la verdad sobre mi ser. Sé que
cuento contigo, que siempre me estás buscando, esperando... quiero responder con
un «sí», por amor, a lo que me quieras pedir, para ello necesito tu gracia, tu luz,
¡ven Espíritu Santo!
Petición
No quiero ser como los escribas y fariseos, ayúdame a crecer en la humildad y en el
servicio.
Meditación
El Seor () insiste más bien en un punto decisivo, que es el de la humildad: „el
que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado‟. Esta parábola, en
un significado más profundo, hace pensar también en la posición del hombre en
relacin con Dios. El „último lugar‟ puede representar de hecho la condicin de la
humanidad degradada por el pecado, condición por la cual sólo la encarnación del
Hijo Unigénito puede ensalzarla. Por esto el propio Cristo „tom el último lugar en el
mundo – la cruz – y precisamente con esta humildad radical nos ha redimido y nos
ayuda constantemente‟ (Enc. Deus caritas est , 35). ().
Una vez más, por tanto, vemos a Cristo como modelo de humildad y de gratuidad:
de Él aprendemos la paciencia en las tentaciones, la mansedumbre en las ofensas,
la obediencia a Dios en el dolor (). San Luis IX, rey de Francia () puso en
práctica lo que está escrito en el Libro del Eclesiástico: „Cuanto más grande seas,
más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Seor‟ (3,18) (Benedicto XVI,
29 de agosto de 2010).
Reflexión apostólica
«La humildad es la virtud por la que la persona humana se sitúa en la verdad de su
propio ser en sus relaciones con Dios, con los demás y consigo mismo. Es la
verdadera pobreza de espíritu, que lleva al hombre a considerar su realidad de
criatura, radicalmente dependiente de Dios en su ser y en su obrar, que ha recibido
todo del amor de su Creador y que, herida por el pecado, necesita misericordia y
redención» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 175).
Propósito
Para agradar más a Dios me pondré hoy en «último lugar».
Diálogo con Cristo
Señor, ayúdame a dejar de aparentar lo que no soy. Quiero que seas Tú el centro
de mi vida de modo que tu gracia me vaya transformando, moldeando como
criatura tuya que soy. Santísima Madre de Guadalupe, intercede por mí ante tu Hijo
para que siga siempre tu ejemplo de humildad y servicio, que todo lo que haga y
diga sea desde la perspectiva del amor, como una expresión de mi amor fiel a ti.
« ¡Si pudiésemos influir para que hubiese una renovación, para que muriese ese
espíritu de fariseos que se apega a las observancias exteriores, que no tolera una
paja en el ojo del prójimo y que mata lo más sublime, lo más divino de la religión
cristiana que es la Caridad!» ( Cristo al centro, n. 345)