El amor no se rinde.
28/03/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30
En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: «Yo les
aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas
viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y
hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue
enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había
muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de
ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria».
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose,
lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que
estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero Él, pasando por en medio de
ellos, se alejó de allí.
Oración introductoria
Jesucristo comenzó su misión enseñando en la sinagoga, el lugar de encuentro de
los judíos. Hoy te diriges a mí en tu Palabra, lugar de encuentro para los cristianos.
Envía Señor tu Espíritu Santo para que sepa reconocer en tu Palabra tu voluntad.
Que no sea como esos judíos de la sinagoga que no supieron escuchar tu Palabra.
Petición
Jesús, dame la gracia de saberte reconocer, en la oración y a lo largo de este día.
Meditación
«¡El corazón de Dios se estremece de compasión! (…) La Iglesia presenta a nuestra
contemplación este misterio, el misterio del corazón de un Dios que se conmueve y
derrama todo su amor sobre la humanidad. Un amor misterioso, que en los textos
del Nuevo Testamento se nos revela como inconmensurable pasión de Dios por el
hombre. No se rinde ante la ingratitud, ni siquiera ante el rechazo del pueblo que se
ha escogido; más aún con infinita misericordia envía al mundo a su Hijo unigénito
para que cargue sobre sí el destino del amor destruido; para que, derrotando el
poder del mal y de la muerte, restituya la dignidad de hijos a los seres humanos
esclavizados por el pecado. (…) En Cristo se nos revela y entrega toda la novedad
revolucionaria del Evangelio: el Amor que nos salva y nos hace vivir ya en la
eternidad de Dios. (…) Su Corazón divino llama entonces a nuestro corazón; nos
invita a salir de nosotros mismos (…) y, siguiendo su ejemplo, a hacer de nosotros
mismos un don de amor sin reservas» (Benedicto XVI, 19 de junio de 2009).
Reflexión apostólica
«Un modo particular de vivir la Semana Santa, tanto desde el punto de vista
espiritual como apostólico, consiste en participar activamente en misiones de
evangelización durante estos días llevando a las zonas más necesitadas el mensaje
de nuestra redención» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n.
448)
Propósito
Vivir con espíritu de servicio hacia los demás, especialmente con los más cercanos:
en el trabajo, en la escuela y en el hogar.
Diálogo con Cristo
Señor, hoy te quiero dar las gracias porque no te cansas ni te desilusionas ante mi
fragilidad. Me buscas con la ilusión de que sea fiel a mis compromisos bautismales,
camino seguro a la plena realización de mi vida. ¿Qué puedo hacer para
corresponder a tanto amor?
Hoy tu Espíritu Santo sigue actuando milagros en todo aquel que lo sabe reconocer
y acoger. Permite que no tema ir a misiones para transmitir a mis hermanos el
mensaje de tu amor; hazme el milagro de que pueda vencer todos los obstáculos y
que me organice para darte generosamente mi tiempo durante la Semana Santa.
«Con la bondad estén seguros que conquistaremos el mundo para el Corazón de
Jesús; Él a su paso por este mundo arrastró a las multitudes porque se hizo todo
para todos; fue bueno con todos; perdonó y amó a todos de la misma manera»
( Cristo al centro, n. 151).