Jesucristo es nuestro modelo.
30/03/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No crean que he venido a abolir la
ley o a los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro
que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más
pequeña letra o coma de la ley.
«Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los
hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los
enseñe, será grande en el Reino de los cielos».
Oración introductoria
Señor, a pesar de mis muchas infidelidades a tu ley del amor, Tú nunca me
rechazas, ni me abandonas. Tu amor nunca me olvida. Al inicio de esta meditación
quiero recordar cuán grande es tu amor y tu misericordia. Te pido que fortalezcas
mi voluntad para seguirte, para serte fiel en mi vida ordinaria, para que cumpla y
enseñe tu precepto del Amor.
Petición
Ayúdame a entender Señor, lejos de todo fariseísmo, que tus preceptos son el
camino para el Amor.
Meditación
«Entre la ley de Dios y la libertad del hombre no hay contradicción: la ley de Dios
rectamente interpretada no atenúa ni mucho menos elimina la libertad del hombre;
al contrario, la garantiza y la promueve, puesto que, como nos recuerda
el Catecismo de la Iglesia católica, ‘la libertad alcanza su perfección cuando está
ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza’ (n.1731). La ley moral, (…), tiene en
Cristo su cumplimiento y su grandeza. Jesucristo es el camino de la perfección, la
síntesis viva y personal de la libertad perfecta en la obediencia total a la voluntad
de Dios. La función originaria del Decálogo no fue abolida por el encuentro con
Cristo, sino llevada a su plenitud. (…) El modelo de este obrar moral auténtico es el
comportamiento del mismo Verbo encarnado, que hace coincidir su voluntad con la
voluntad de Dios Padre en la aceptación y en el cumplimiento de su misión: su
alimento es hacer la voluntad del Padre; hace siempre lo que agrada al Padre,
poniendo en práctica su palabra; refiere lo que el Padre le ha mandado decir y
anunciar» (Benedicto XVI, 27 de abril de 2006).
Reflexión apostólica
«Quien desea vivir el ideal evangélico de la obediencia procura descubrir y realizar
de modo consciente y amoroso la voluntad de Dios, expresada sobre todo en la ley
natural, los mandamientos de la ley de Dios y en los propios deberes de estado.
Asimismo, saber leer e interpretar la voluntad divina en las circunstancias
prósperas o adversas de la vida, convencido de que todo contribuye al bien de los
que aman a Dios. Esta obediencia al Señor ha de ser como la de Jesucristo:
pronta, alegre, motivada por la fe y, si fuera preciso, heroica» (Manual del miembro
del Movimiento Regnum Christi , n. 205).
Propósito
Cumplir con mis responsabilidades de padre de familia, estudiante, ciudadano, hijo,
etc., con perfección, ofreciéndoselo al Señor con amor.
Diálogo con Cristo
Padre mío, gracias por mostrarme la actitud que debe tener ante tus preceptos.
Ayúdame a conocerme mejor para saber qué tengo que hacer para vivir una vida
más santa. Dame la certeza y perseverancia para luchar con empeño en la misión
encomendada y la humildad para saber que eres Tú quien logra los frutos. No dejes
que tenga miedo de apostar todo por Ti así como Tú no tuviste miedo de dar tu
vida por mí.
«Fiel es quien tiene la ley de Dios como estrella de su cielo espiritual y nunca
aparta su vista de esa estrella» ( Cristo al centro, n. 1034).