EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes de la IV Semana de Cuaresma
Libro de Ezequiel 47,1-9.12.
El hombre me hizo volver a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del
umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba
hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur
del Altar.
Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por
un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que
el agua fluía por el costado derecho.
Cuando el hombre salió hacia el este, tenía una cuerda en la mano. Midió quinientos
metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a los tobillos.
Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a
las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que
me llegó a la cintura.
Luego midió otros quinientos metros, y ya era un torrente que no pude atravesar,
porque el agua había crecido: era un agua donde había que nadar, un torrente
intransitable.
El hombre me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?", y me hizo volver a la orilla del
torrente.
Al volver, vi que a la orilla del torrente, de uno y otro lado, había una inmensa
arboleda.
Entonces me dijo: "Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa
y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas
sean saneadas.
Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se
mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue
hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas parte adonde
llegue el torrente.
Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las
especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses
producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de
alimento y sus hojas de remedio".
Evangelio según San Juan 5,1-16.
Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo
Betsata, que tiene cinco pórticos.
Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados,
que esperaban la agitación del agua.
.
Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años.
Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le
preguntó: "¿Quieres curarte?".
El respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua
comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina".
En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado,
y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: "Es sábado. No te está
permitido llevar tu camilla".
El les respondió: "El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'".
Ellos le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y
camina?'".
Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que
estaba allí.
Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: "Has sido curado; no vuelvas a
pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía".
El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.
Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Romano el Melódico (?-v. 560), compositor de Himnos
Himno « A los nuevos bautizados», str. 1-5,19
La Cuaresma, última preparación de los que serán bautizados en Pascua.
Nuevos bautizados, niños del baptisterio, nosotros todos que venimos de recibir
la luz, creemos en tu gracia redentora, Cristo Dios: « Tú nos has iluminado con la
luz de tu rostro, Tú nos has revestido con el traje adecuado a tus bodas (Ps 4,7;
Mt22,11). Gloria a Ti, gloria a Tí porque tal fue tu voluntad ».
¿Quién dirá, quién mostrará al primer creado, Adán, la belleza, el brillo, la
dignidad de sus hijos?
¿Quién mostrará también a la desafortunada Eva que sus descendientes han
llegado a ser reyes, vestidos con trajes de gloria, y que con gran gloria glorifican a
Aquel que les ha glorificado, resplandecientes de cuerpo, espíritu y ropajes?... y
¿Quién los ha exaltado? Es, por supuesto, nuestra Resurrección.
Gloria a Ti, gloria a Tí porque tal fue tu voluntad.
Tú eres brillante, radiante, Adán... Al verte, tu Adversario se desanima y
grita:«¿qué es esto que veo? No lo sé. El polvo se ha renovado (Gn 2,7) la ceniza se
ha divinizado. El pobre, el pequeño es invitado, se ha bañado y ha entrado para
sentarse a la mesa. Una vez en el banquete, ¿tiene la audacia de comer y el
atrevimiento de beber al Mismo que lo ha hecho? Y ¿quién se lo ha dado? Por
supuesto, Su Resurrección.
Gloria a Ti, gloria a Tí porque tal fue tu voluntad.
«No se acuerda de sus antiguos pecados, de las primeras heridas no muestra ni
la menor cicatriz. Sus largos años de parálisis los ha arrojado en la piscina, el
paralítico, ahora no lleva la camilla sobre su espalda, pero en verdad lleva sobre sí la
Cruz de Aquel que se compadeció y que a mí me ha hecho perder. En otro tiempo, el
Amigo de los hombres, ha lavado muchas veces a los hombres en las aguas y no
han brillado de esta manera. A estos, su Resurrección les ha devuelto el brillo.Gloria
a Ti, gloria a Tí porque tal fue tu voluntad.
Aquí se recrean, nuevos bautizados, aquí se renuevan; no se curve más la espalda
por los pecados.
Tú posees la cruz como bastón, apoya en ella tu juventud. Llévala en tu oración,
llévala a la mesa común, llévala en tu lecho y por doquier como tu título de
gloria... Grita a los demonios: "La cruz en la mano, me mantengo de pié, amando
tiernamente nuestra Resurrección".
Gloria a Ti, gloria a Tí porque tal fue tu voluntad.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”