Muchos esperan que les demos a conocer a Jesús.
07/04/2011\
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Si Yo diera testimonio de mí, mi
testimonio no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y Yo bien sé que ese
testimonio que da de mí es válido.»
Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No
es que Yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para
que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron
alegrarse un instante con su luz. Pero Yo tengo un testimonio mejor que el de Juan:
las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que Yo hago, dan
testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre.
«El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado
su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque no le creen
al que Él ha enviado. Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas
vida eterna; pues bien, ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no
quieren venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres;
es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos. Yo he venido en
nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera en nombre
propio, a ése sí lo recibirían. ¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran
a recibir gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de
Dios?»No piensen que Yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los
acusa: Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés, me
creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero, si no dan fe a sus escritos,
¿cómo darán fe a mis palabras?».
Oración introductoria
Señor, por el don de la fe que me regalaste en mi Bautismo es que aspiro a tener
un diálogo íntimo contigo en este momento de oración. Quiero pasar este tiempo
contigo porque te amo.
Petición
Jesús ayúdame a vivir siempre con pureza de intención.
Meditación
«El gran desafío de la inculturación os pide hoy anunciar la Buena Noticia con
lenguajes y formas comprensibles a los hombres de nuestro tiempo (…) ¡Por tanto,
es vasto el campo de apostolado que se abre ante vosotros! (…) Sois llamados hoy
a caminar con renovado celo para empujaros, con libertad profética y sabio
discernimiento, a caminos evangélicos y fronteras evangélicas arriesgados,
cultivando una estrecha colaboración con los obispos y los demás componentes de
la comunidad eclesial. Los vastos horizontes de la evangelización y la urgente
necesidad de dar testimonio del mensaje evangélico a todos, sin distinciones,
constituyen el campo de vuestro apostolado. Muchos esperan aún para conocer a
Jesús, el único Redentor del hombre (…). Una misión tan urgente requiere una
incesante conversión personal y comunitaria. Sólo corazones totalmente abiertos a
la acción de la gracia están capacitados para interpretar los signos de los tiempos y
captar los llamamientos de la humanidad necesitada de esperanza y de paz. Que
resplandezca en los diversos campos de vuestro servicio eclesial la adhesión fiel a
Cristo y a su Evangelio» (Benedicto XVI, 5 de julio de 2010).
Reflexión apostólica
«Por eso siente la urgencia de trabajar de la manera más eficaz para ayudar al
mayor número posible de seres humanos a encontrar a Cristo y participar de su
vida divina. Edificar el Reino de Cristo es gastar la vida minuto a minuto, sin cálculo
ni medida, por amor a Cristo y a las almas» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 166).
Propósito
Participar en las misiones de evangelización que se organizan durante Semana
Santa.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, quiero recibirte y buscar la gloria que viene de tu Padre. Por medio de
tu Palabra en el Evangelio, me has enseñado que todo lo que hago, desde lo más
sencillo a lo más complicado, debe tener un sentido sobrenatural, que le puedo dar
si todo lo hago por amor a Ti y para dar gloria a Dios. Ayúdame a seguir este
camino que me dará paz al saber dar una correcta jerarquía a todas mis
actividades. Quiero acogerte en mi corazón como tu Santísima Madre supo hacerlo.
«El ser humano no es un ser creado simplemente para la libertad, sino para dar
gloria a Dios, su Creador. Lo que primeramente nos define, por tanto, no es la
libertad, sino nuestra dependencia de Dios. Sin Él o al margen de Él, seríamos
nada»
( Cristo al centro, n. 1358)