X DOMINGO ORDINARIO – A
Evangelio: Mat 9,9-13 - Mateo, publicano y apóstol
La elección del apóstol Mateo por Jesús causó especial extrañeza a los
fariseos. El era publicano y recaudador de impuestos; y por tanto, por su
profesión, tenía que ser también avaricioso e injusto, ladrón y cacique. También
sus compañeros y colegas, con quienes además Jesús se sentaba a la mesa para
compartir la comida, son considerados pecadores.
A Jesús no le importan las críticas, y menos las de los fariseos. El no había
venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
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Qué confianza y tranquilidad nos das, Señor, con tu
comportamiento,
acogiendo a todos, y por supuesto también a los pecadores.
No puedo olvidar tus palabras:
“Quien esté sin pecado, que arroje la primera piedra”.
Yo también soy pecador, o al menos no todo lo bueno y santo que
debiera.
Mis imperfecciones y pecados veniales son frecuentes,
y todas las noches en el examen de conciencia de la noche
tengo que reconocer muchos pecados de omisión,
por no corresponder a tu santa voluntad
y por no cumplir el pequeño deber de cada momento con perfección,
ni vivir la caridad con la exigencia que Tú quieres y me has enseñado.
A la vez que te pido por mí, pobre pecador,
quiero encomendarte a todos los cristianos para que sean muchos
los que tomen conciencia de la grandeza y exigencias de la vocación
cristiana,
y de verdad aspiren y luchen por la santidad: sacerdotes, religiosos y
laicos,
jóvenes y mayores. Cada uno en su lugar, en la propia profesión
y en el ambiente familiar y social que les toca vivir.
Como cristianos y discípulos tuyos, Señor, podemos pecar de
soberbia,
creyéndonos mejores que otras personas que no cumplen lo mas esencial
de la vida cristiana, o están alejados de la fe, o sencillamente
dicen no creer en Dios, y siguen otros derroteros claramente equivocados.
Dame, Señor, la humildad suficiente para reconocer mis miserias
y tu llamada a la santidad personal; y también para comprender, acoger,
ayudar y querer a todos, también a los que parecen equivocados en su
comportamiento.
Como Mateo, Señor, quiero ser tu apóstol
en mi familia, en la sociedad y en la Iglesia.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez