EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la II Semana de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,1-7.
En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas
comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en
la distribución diaria de los alimentos.
Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: "No es justo que
descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las
mesas.
Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena
fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta
tarea.
De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra".
La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del
Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás,
prosélito de Antioquía.
Los presentaron a los Apóstoles, y estos, después de orar, les impusieron las
manos.
Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos
aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.
Salmo 33(32),1-2.4-5.18-19.
Aclamen, justos, al Señor; es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas;
Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su
misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
Evangelio según San Juan 6,16-21.
Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar
y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de
noche y Jesús aún no se había reunido con ellos.
El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca
caminando sobre el agua, y tuvieron miedo.
El les dijo: "Soy yo, no teman".
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar
adonde iban.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Clemente de Alejandría (150-v. 215), teólogo
El pedagogo, III, 12, 101
"Inmediatamente, la barca se acercó a la orilla"
Dirijamos nuestra oración al Verbo: Sé propicio a tus pequeños, Pedagogo,
Padre, Guía de Israel (2 R 2,12), Hijo y Padre, ambos uno solo, Señor. Concede a
quienes seguimos tus preceptos llevar a su perfección la semejanza de la imagen
(Gn 1,26), y sentir en lo posible la bondad de Dios, como juez y su rigor; y
concédenos tú mismo todo eso: que vivamos en tu paz sobre la tierra, que seamos
trasladados a tu ciudad; que atravesemos sin naufragar las olas del pecado, y que,
en plena calma, seamos transportados junto al Espíritu Santo, la inefable sabiduría.
Que de noche y de día, hasta el día final, alabemos y demos gracias al único
Padre e Hijo, Hijo y Padre, al Hijo Pedagogo y Maestro, junto con el Espíritu Santo.
Todo está en el Uno, puesto que en Él son todas las cosas (Jn 1,3; 1 Co 8,6; Col
1,16-17), por quien todo es uno, por quien la eternidad es, de quien todos somos
miembros (Rm 12,5; 1 Ci 12,12); de Él es la gloria y los siglos; todo sea para el
bueno; todo, para el Bello; todo, para el Sabio; todo, para el Justo. A Él la gloria,
ahora y por los siglos de los siglos. Amén (Rm 11,36).
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”