XIII Domingo del Tiempo Ordinario A
P. Félix Jiménez Tutor, escolapio
Escritura:
2 Reyes 4, 8-11.14-16; Romanos 6, 3-4.8-11;
Mateo 10, 37-42
EVANGELIO
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: -El que quiere a su padre o a su madre
más que a mí, no es digno de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a
mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El
que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha
enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el
que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo. El que dé a beber,
aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos sólo
porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
HOMILÍA
Una lección de hospitalidad.
Siento no saber tu apellido pero tú tampoco sabes el mío. Estás en la misa de 12
todos los domingos. Te escribo para pedirte un favor. No conozco muy bien al
sacerdote, pero me siento muy unida a ti. No sé como aprendiste mi nombre pero
cada domingo me sonríes y me llamas por mi nombre e intercambiamos unas
palabras sobre el tiempo, mi sombrero y mi falta de puntualidad en alguna ocasión.
Quiero agradecerte el tiempo que me dedicas, tus sonrisas, tu amabilidad y tu
cercanía. Ahora una petición. Harry, me estoy muriendo. Mi marido murió hace 16
años y mis hijos están lejos. Es muy importante para mí que cuando me lleven a la
iglesia por última vez estés ahí, a la entrada. No me parecería bien que no me
dijeras: Hola, Gret. Qué alegría verte. Si estás ahí, Harry, estoy segura de que tu
cálida acogida será doblemente cálida en mi nueva casa en el cielo. Con amor y
gratitud. Pert
La Palabra de Dios es un canto a la hospitalidad. La hospitalidad que recibe el
profeta Eliseo. Y la bendición del profeta: "para esta fecha el próximo año
acariciarás un hijo".
Todos bienvenidos a nuestra área de descanso en este domingo. ¿Alguien por
primera vez?
Cuentan que un señor asistía a la misa con el sombrero puesto. Un día se le acercó
un ujier y le dijo: "estamos en la iglesia, ¿se puede quitar el sombrero?" Y éste le
contestó: "gracias señor, llevo tres meses asistiendo a la misa y es la primera vez
que alguien me dirige la palabra".
El evangelio de Jesús tiene exigencias que, muchas veces, se nos antojan difíciles e
incomprensibles.
"El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí".
Un niño: Mamá, ¿a quién quieres más a Dios o a mí?
Mamá: A ti te quiero más que a nadie.
Niño: Me lo imaginaba y ese es tu problema.
El niño sabe que su madre tiene dificultades y sabe que no es feliz.
El niño sabe que no le puede dar lo que su madre necesita, que él no es la solución
de sus celos, de su agobio y porque el niño la quiere le indica que debe dirigir su
amor a Dios, le indica que debe amar más a Dios.
El Señor sabe también que nosotros estamos llenos de problemas, de deudas, de
pequeños amores rotos, de hijos que no nos respetan…
Y el Señor nos dice no inviertan todo su amor y su lealtad en lo que no salva.
Cuando lo pequeño ocupa el lugar del único que es grande; cuando lo finito y lo
pasajero ocupan el lugar del infinito y eterno se convierten en ídolos insaciables.
Jesús nos dice a sus seguidores: inviertan su amor y lealtad en alguien que es
poderoso y salvador, en Dios Padre.
Ningún ser humano, ya sea padre, madre, hermano...puede cargar con el peso de
mi vida.
Ningún ser humano puede ser el sentido de mi vida.
Ningún ser humano puede ser la felicidad de mi vida.
Ningún ser humano puede ser mi amor total.
Jesús, que está aquí, dándonos hospitalidad en su casa nos dice a todos:
Dios es el amor total de su vida. Ámenlo.
Dios es la fuente de la vida. Beban.
Dios es la victoria sobre el pecado. Celébrenla.
Dios está presente en los hermanos. Acójanlo.
Poner a Dios en su sitio, en el primer lugar, puede ser un machete afilado pero que
se puede convertir en instrumento de salvación.
Saberse amado por Dios da más fuerza y confianza que saberse fuerte e
inteligente.
Jesús es la Palabra ¿y nosotros?
Nosotros somos las letras con las que Dios escribe el mensaje de su amor.
Padre Félix Jiménez Tutor, Sch.P