EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la IV Semana de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,13-25.
Desde Pafos, donde se embarcaron, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de
Panfilia. Juan se separó y volvió a Jerusalén,
pero ellos continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado
entraron en la sinagoga y se sentaron.
Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les
mandaron a decir: "Hermanos, si tienen que dirigir al pueblo alguna exhortación,
pueden hablar".
Entonces Pablo se levantó y, pidiendo silencio con un gesto, dijo: "Escúchenme,
israelitas y todos los que temen a Dios.
El Dios de este Pueblo, el Dios de Israel, eligió a nuestros padres y los convirtió en
un gran Pueblo, cuando todavía vivían como extranjeros en Egipto. Luego, con el
poder de su brazo, los hizo salir de allí
y los cuidó durante cuarenta años en el desierto.
Después, en el país de Canaán, destruyó a siete naciones y les dio en posesión sus
tierras,
al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años. A continuación, les dio Jueces hasta
el profeta Samuel.
Pero ellos pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de
Benjamín, por espacio de cuarenta años.
Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este
testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi
corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel
un Salvador, que es Jesús.
Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a
todo el pueblo de Israel.
Y al final de su carrera, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan
que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias'.
Evangelio según San Juan 13,16-20.
Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más
grande que el que lo envía.
Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.
No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario
que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.
Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que
Yo Soy.
Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe,
recibe al que me envió".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San [Padre] Pío de Pietrelcina (1887-1968), capuchino
Ep 3, 707; 2, 70
«Recibir al que Yo envío, es recibirme a mí mismo»
Tras el amor de nuestro Señor, te recomiendo el de la iglesia, su Esposa. Ella
es de alguna manera la paloma que incuba y da lugar a la descendencia del Esposo.
Da todos los días gracias a Dios por ser hija de la iglesia, a ejemplo de un gran
número de almas que nos han precedido en esta ruta bendita. Ten mucha
compasión de todos los pastores, predicadores y guías espirituales; se encuentran
esparcidos por la superficie de la tierra... Ruega a Dios por ellos, para que se
salven, sean fecundos y proporcionen la salvación a las almas.
Ruega por las personas infieles como por las fervientes, reza por el Santo
Padre, por todas las necesidades espirituales y temporales de la Iglesia, porque ella
es nuestra madre. Haz también una oración especial por todos aquellos que
estamos implicados en la salvación de las almas para gloria del Padre.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”