Sábado 28 de Mayo de 2011
Sábado 5ª semana de Pascua 2011
Hechos 13,44-52
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver
el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras
de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: "Teníamos que
anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os
consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así
nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la
salvación hasta el extremo de la tierra."" Cuando los gentiles oyeron esto, se
alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida
eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos
incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad,
provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.
Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a
Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Salmo responsorial: 97
R/Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: /su diestra
le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se
acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios./
Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Juan 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocéis a mí,
conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le
dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que
estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al
Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre,
y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que
permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.
Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras
que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi
nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo
en mi nombre, yo lo haré."
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KOINONÍA 2011
Jesús demuestra su amor y su amistad con los suyos, incluso previniéndoles
sobre lo que les sucederá por ser sus amigos; y no vaticina para ellos un futuro
“color de rosa”; todo lo contrario, el amor que Jesús ha prodigado al mundo ha sido
rechazado con odio y con violencia, y, de igual modo, sus seguidores correrán
también el mismo destino. Sin embargo, Jesús no siente amargura, ni les transmite
esta verdad de un modo pesimista, para desanimarlos; al contrario, en el rechazo,
en la persecución, en la contradicción, está la alegría de saber que se está siendo
fiel al querer de Dios; es la constatación de que las palabras y las acciones no se
acomodan -no se pueden acomodar-, al modo de ser de un mundo injusto,
discriminatorio y excluyente. El rechazo al amor no es “gratuito” ni “porque sí”: Es
porque las acciones del amor dejan al desnudo las obras del mal y del egoísmo y
hacen que quienes pretenden aparecer como buenos y grandes señores, resulten
ser realmente los autores y promotores del mal.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de servicios KOINONÍA)