EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
jueves 06 Enero 2011
La Epifanía del Señor - Solemnidad
Libro de Isaías 60,1-6.
¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!
Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero
sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti. Las naciones caminarán a tu
luz y los reyes, al esplendor de tu aurora. Mira a tu alrededor y observa: todos se
han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en
brazos. Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, porque
se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta
ti. Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Todos
ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del
Señor.
Carta de San Pablo a los Efesios 3,2-3.5-6.
Porque seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido
dispensada en beneficio de ustedes. Fue por medio de una revelación como se me
dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. que
no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por
medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. Este misterio consiste en que
también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo
Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del
Evangelio.
Evangelio según San Mateo 2,1-12.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de
Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los
judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a
adorarlo". Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para
preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. "En Belén de Judea, le
respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá,
ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti
surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel". Herodes mandó llamar
secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que
había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense
cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que
yo también vaya a rendirle homenaje". Después de oír al rey, ellos partieron. La
estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar
donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en
la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron
homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y
como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes,
volvieron a su tierra por otro camino.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Ireneo de Lión (hacia 130-208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías, III, 17
«El Espíritu del Señor está sobre mí»
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido» (Is 61,1).
Es éste el Espíritu del cual el Señor dijo: «No seréis vosotros los que habléis, el
Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros» (Mt 10,20). E igualmente, cuando
daba a sus discípulos el poder de hacer renacer a los hombres en Dios, les decía:
«Id, y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). En efecto, es este mismo Espíritu el que él mismo
había prometido, por boca de los profetas, derramarlo en los últimos tiempos sobre
siervos y siervas para que también ellos profetizaran (Jl 3,1-2).
Es por eso que este Espíritu de Dios bajó sobre el Hijo de Dios hecho Hijo del
hombre: a través de él se acostumbró a permanecer en el género humano, a
reposar sobre los hombres, a residir en la obra modelada por Dios. Realizaba en
ellos la voluntad del Padre y les renovaba haciéndolos pasar de su antigua forma de
vida a la novedad en Cristo.
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