Lunes 17 de Enero de 2011
Hebreos 5,1-10
Hermanos: Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto
para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios
por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él
mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios
por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este
honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a
sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: "Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy", o, como dice otro pasaje de la Escritura: "Tú eres
sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec."
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó
oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue
escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la
consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de
salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de
Melquisedec.
Salmo responsorial: 109
R/Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor: / "Siéntate a mi derecha, / y haré de tus
enemigos / estrado de tus pies." R.
Desde Sión extenderá el Señor / el poder de tu cetro: / somete en la batalla
a tus enemigos. R.
"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, / entre esplendores sagrados; /
yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora." R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: / "Tú eres sacerdote eterno, / según
el rito de Melquisedec." R.
Marcos 2,18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de
los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden
ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al
novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel
día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto
pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el
vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos."
COMENTARIOS
La pregunta por el ayuno, formulada a Jesús por los discípulos de Juan el
Bautista y por los fariseos, expresa de manera global el mundo judío de la época.
Para los judíos el ayuno era una manera concreta de manifestar su religiosidad y
una preparación para la pronta venida salvífica del mesías en la historia misma.
La pregunta, entonces, tiene como fin cuestionar las prácticas religiosas de
Jesús y sus discípulos y su manera de concebir el Reino de Dios. A esta pregunta
Jesús responde afirmando que el reino ya está presente, ya ha comenzado, puesto
que el esposo, es decir, el Mesías esperado, está en medio de ellos; de ahí que
Jesús y su grupo no ayunen, pues la espera ya ha terminado, el reino de Dios ya
está actuando en la historia, el novio está con ellos y es motivo de celebración, de
alegría, de fiesta. Con ello Jesús no niega el ayuno, simplemente es que no cabe
esta práctica cuando estamos de fiesta celebrando la vida, la comunión y el amor
con Dios y con los hermanos.
Jesús entonces propone la práctica del amor como la nueva manera de
relacionarnos, que supera la mera práctica religiosa y nos vincula directamente con
Dios.
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)
Juan Alarcón s.j.