ÁNGELUS DEL PAPA JUAN PABLO II
Domingo 2 de marzo de 2003
1. El próximo miércoles, miércoles de Ceniza, entraremos en la Cuaresma,
tiempo caracterizado por una exigencia más fuerte de conversión y de
renovación, durante el cual los fieles son invitados a mirar con mayor intensidad
a Cristo, que se prepara para realizar el supremo sacrificio de la cruz.
Este año emprenderemos el itinerario penitencial hacia la Pascua con un
compromiso más fuerte de oración y ayuno por la paz, puesta en peligro por
crecientes amenazas de guerra. Ya el domingo pasado anuncié esta iniciativa,
que quiere implicar a los fieles en una ferviente oración a Cristo, Príncipe de la
paz. En efecto, la paz es don de Dios que hay que invocar con humilde e
insistente confianza. Sin rendirse ante las dificultades, es preciso buscar y
recorrer todos los caminos posibles para evitar la guerra, que siempre trae
consigo lutos y graves consecuencias para todos.
2. La liturgia del miércoles de Ceniza nos invita a unir a la oración el ayuno,
práctica penitencial que exige un esfuerzo espiritual más profundo, es decir, la
conversión del corazón, con la firme decisión de apartarse del mal y del pecado
para disponerse mejor a cumplir la voluntad de Dios. Así, con el ayuno físico y,
sobre todo, interior el cristiano se prepara para seguir a Cristo y ser su testigo
fiel en toda circunstancia. El ayuno, además, ayuda a comprender mejor las
dificultades y los sufrimientos de muchos hermanos nuestros oprimidos por el
hambre, la miseria y la guerra. Estimula también a realizar un gesto concreto de
solidaridad y comunión con los necesitados.
3. Dispongámonos, queridos hermanos y hermanas, a vivir con intensa
participación la Jornada de oración y ayuno por la paz, que celebraremos el
miércoles próximo. Pediremos la paz para el mundo, en particular para Irak y
Tierra Santa, especialmente mediante el rezo del rosario en santuarios y
parroquias, comunidades y familias. De todas las partes de la tierra se elevará
un coro de oraciones, por medio de María, Madre de misericordia y Reina de la
paz.