VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
(el Evangelio coincide con el del VII Domingo de T.O. de la Liturgia actual)
Sermón 2º
«Amad a vuestros enemigos y haced bien a los que os odian» Lucas 6,27 1
1.- La Iglesia, viendo el impedimento que nos hacen los odios y
enemistades, nos propone en este santo tiempo este Evangelio, en el cual Cristo nos
manda dejar iras, etc. Por tanto, si aquí hay alguno que tenga rencor o necesidad de esta
doctrina procure de estar atento y recibir la medicina que le da Dios.
2.- Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo (Mt
5,43). Aquí se ofrece a ponderar la malicia grande de los hombres, que no solamente se
contentan con hacer mal, sino que ponen errores en los mandatos y leyes de Dios, para
pasar adelante en sus maldades, pues nunca en la Ley [Antigua] se escribió lo que ellos
glosaban a contrario sentido. Así hacen los herejes para introducir sus errores y herejías,
y los malos hombres sus malas costumbres. [Dice Jeremías]: La pluma de los doctores
de la Ley verdaderamente es pluma de error, y no ha escrito sino mentiras (Jr 8,8). El
estilo del mundo y malas costumbres de los hombres van sembrando errores y mentiras
en las cosas de Dios. Di de las personas que para sustentar sus honras, etc.
Dios sembró buena semilla, y el enemigo del hombre, en medio del trigo, que es
en los buenos y más santos, procura y siembra cizaña. Dios os guarde de la malicia de la
voluntad, que si ésta reina, todo lo contamina. Cuando hay malos humores en el
estómago, suben y turban la cabeza; así cuando hay malicia en la voluntad turba el
entendimiento [para] que yerre en su juicio, de modo que diga mal por bien y bien por
mal. [Isaías]: ¡Ay de vosotros los que llamáis mal al bien y bien al mal, y tomáis las
tinieblas por la luz, y la luz por las tinieblas, y tenéis lo amargo por dulce y lo dulce por
amargo! (Is 5,20). [Y en el libro del Éxodo]: Tinieblas horrorosas cubrieron la tierra
toda de Egipto (Ex 10,22). Aplica [esta enseñanza].
De esta manera nacen los errores del mundo, particularmente éste [de] aborrecer
a los enemigos. Y así, para remediar estos errores, vino Cristo: Pero yo os digo, amad a
vuestros enemigos. Esta es la ley de Dios, éste es su mandato, ésta es la verdad, la cual
todos hemos de recibir y con ella hemos de ir guiados al cielo. [Salmista]: Envía tu luz y
tu verdad; que ellas me guíen y me conduzcan a tu monte santo, hasta tu morada (Sal
42,3).
3.- Ponderemos [ahora]: Pero yo os digo . Veis aquí unas palabras, las más
eficaces y de mayor virtud, que hay en el santo Evangelio. Cada una de ellas tiene
fuerza por sí. Yo : el mandato tiene fuerza por la persona que lo da, por ser poderoso y
sabio. Según esto, este mandato tiene grande fuerza, porque lo pone el que es Dios
omnipotente y la misma sabiduría, que no puede errar. ¡Oh, qué grande mal, que tenga
poder Dios para, con una sola palabra que hable, mover estos cielos, abrir la tierra,
domar la furia del mar y sujetar todas las cosas, hasta los mismos demonios, y que no
baste este poder para con el hombre, para que haga lo que Dios le manda! ¡Que tiene
1 Obras y sermones , vol. I, pp. 125-127.
atadas todas las cosas con su mandato y regla, y que no hay poder para que el hombre
esté atado y sujeto con este mandato! De esto se maravillaba Job cuando decía: ¿Quién
dejó en libertad al asno montés y quién soltó sus ataduras? (Jb 39,5). El asno montés
[es] el pecador fiero y silvestre. ¡Es de maravillar que, estando todas las cosas atadas
con el mandamiento de Dios, que sólo el pecador esté libre y que vaya suelto, a rienda
suelta, por donde se le antoja! ¿Quién le hizo libre? ¿Quién le soltó? La furia e ímpetu
de su malicia y pasión. Así como a un caballo desbocado, si le salen al encuentro y lo
toman por la rienda, con la furia que lleva lo rompe todo; así el pecador que va
corriendo con la furia de su malicia, [cuando] le sale al encuentro Dios y le tiene de la
rienda con sus mandamientos, todo lo rompe y quiebra, [y] no hay poder [=quien pueda]
con él. No parece basta detenerle el poder de Dios, ni la fuerza de sus mandamientos,
sino que su pasión todo lo rompe [y] como ciego se va al despeñadero del Juicio.
¡Oh!, por reverencia de Dios, sujetaos a la divina voluntad, a sus leyes y fueros.
Mirad que, si de éstos os eximís con vuestra malicia, no podéis dejar de dar en mil
despeñaderos y os perderéis para siempre. [Jeremías]: Ya desde tiempo antiguo
quebraste mi yugo, rompiste mis coyundas y dijiste: «No quiero servir al Señor». En
todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso, te has prostituido cual mujer
disoluta (Jr 2,20). Dilata que, por no estar sujetos los hombres a los mandatos de Dios,
se pierden; que puede más el mundo y el demonio con vosotros, que no Dios; [y] que
parece que ya habéis perdido la fe y que no creéis en él. Por obedecer y contentar al
demonio y a los ídolos, hacen los gentiles cosas que espantan: hasta matar y sacrificar
sus hijos con sus mismas manos. Si el rey te rogase que perdonases, etc., ¿no lo harías?
Sí. Y si no lo quisieras hacer, ¿no se enojaría y te reprendería?... etc. Aplícalo...
[Salmista]: Ando agitado en mi angustia y conturbado por la voz de mi enemigo
(Sal 54,3). Aunque el ejercicio para [el] aumento de su virtud era la persecución de sus
enemigos, dice, que se dolía, porque no tenía la alegría que era menester en ese
ejercicio. Así que es menester la paciencia, como David, cuando Semeí, Saúl y Absalón,
etc. [San Pablo]: Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman al Señor (Rm
8,28). Como el amador de Dios es como el fuego, que todo lo convierte en fuego, así el
que tiene caridad con Dios, y [con] el prójimo todo lo vuelve en amor, aunque sean
injurias, etc. [San Pedro]: No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
antes al contrario, bendiciones (1 P 3,9). [San Pablo]: No te dejes vencer por el mal,
antes procura vencer al mal con el bien (Rm 12,21).
4.- Pues, ¿cómo nos aprovecharemos? ¿Cómo? Mirando a Cristo en la Cruz
y [escuchando] lo que nos dice: Para que seáis hijos de vuestro Padre, el del cielo, que
hace salir el sol sobre malos y buenos, y llueve sobre justos y pecadores (Mt 5,45). Los
hijos, que no [se] parecen a los padres en sus obras, son villanos, y deshonran a sus
padres, etc. Y el padre ama más a los hijos que más se le asemejan, etc. [Aplícalo] al
frenético, que se tiene compasión, [y dice]: «¡Oh, padre!, que cuando veo al enemigo se
me revuelve toda la cólera». [Aplícalo] también al caballero que lleva un potro y, [se]
encuentra con otro, le quita el caparazón, y el potro va haciendo sus brincos, y le dice:
«Perdone, vuestra merced, que está mal domado», etc. Aplícalo a la sensualidad, que es
[un] potro indómito, [al que] la razón ha de poner el freno del mandamiento de Dios. Un
fuego grande quema las cosas remotas y los leños húmedos y verdes; lo que no hace el
pequeño [fuego]. Así cuando hay grande caridad a los enemigos, etc.
5.- Séneca dice que las lluvias, granizos y tempestades no llegan a la región
alta de la luna. Así, las injurias [hechas] a varones altos de corazón. Y trae el ejemplo de
Catón, al cual le dieron un bofetón, y dijo: No reconozco la injuria . Más es no
reconocerla, que perdonarla.
6.- Antiguamente, los judíos amaban a los amigos y aborrecían a los
enemigos; y en lo uno mostraban ser cristianos, y en lo otro injustos. Ahora los
cristianos han vuelto el sentido, que aman a sus enemigos y aborrecen a sus amigos.
[Pues], ¿qué mayor enemigo que el pecado? [Dice Cristo]: Serán enemigos del hombre
los de su casa (Mt 10,36), a quien amas y aborreces. ¿Y olvidas a tu amigo verdadero,
el Hijo de Dios, que tanto hizo por ti?... ¡Oh gloriosa Virgen [María]! ¡Y cuánto vos
amasteis a vuestro Hijo y amigo, que le disteis vuestras entrañas para tenerle humanado!
7.- La perfección cristiana consiste en guardar este mandamiento. Vio Jacob
una escalera que subía hasta el cielo, y [a] Dios encima, y [a los] ángeles (cfr. Gn
28,12). Esta escalera es la ley cristiana. El pie es no aborrecer a ninguno; el medio, amar
a los amigos; [y] la cumbre, amar al enemigo. Ángeles han de ser los que han de andar
hasta la cumbre. Digo que, con el favor del que está reclinado en ella, que es Dios, se
puede cumplir este precepto. Y quien nos lo manda dará la gracia, si se la pedimos.
Rogó a Dios Eliseo que abriese los ojos a su criado Giesi y viese, pues los soldados, que
tenían cercada la casa del profeta, eran pocos, en comparación de los que Dios tenía
para defensa de él, etc. (cfr. 4 R 6,17). Así [sucede] a los siervos de Dios que, con el
favor de Dios, pueden cumplir este precepto, aunque dice San Agustín, que es el más
dificultoso: Repasa todos los preceptos del Señor y no encontrarás nada más
maravilloso y más difícil como el que uno ame a sus enemigos 2 .
8.- Si estuviesen tres en este templo disputando: el uno loco de los orates; el
otro hecho máscara, [para] que no le conocieses, [y] el otro muy sabio, ¿a quién se le
daría crédito? Cierto es que al sabio. El loco es el demonio, que [no hay] mayor locura
que por una fantasía perder el cielo. El mundo es la máscara, pues la escena de este
mundo pasa (1 Co 7,31). Éstos pretenden las venganzas. El sabio es Cristo, en quien
están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (Col 2,3). [Y] éste nos
dice: Yo os digo: amad a vuestros enemigos . Razón es de creerle, porque no sólo lo
enseñó de palabra, mas [también con] las obras. A Judas dijo: Amigo, ¿a qué has
venido? (Mt 26,50). En la Cruz deja de consolar a su madre, y primero recomienda a sus
enemigos: Padre, perdónales, porque no saben qué hacen (Lc 23,34). Si Mahoma es
creído, siendo mal hombre, ¿cuánto más Cristo?...
¡Oh, padre, yo lo haría, pero me tendrán por cobarde!... Dime, si el rey te lo
rogase y te diese una encomienda, ¿lo harías? ¡Cuánto más mandándotelo el rey de la
gloria! Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos . Padre, yo lo quiero
así, pero siempre que veo a mi enemigo me altero. Eso no es pecado, pues contradice a
la razón...
2 S AN A GUSTÍN , Comentario al Salmo 118 , hacia el final.