Domingo VII del Tiempo Ordinario Ciclo A
Padre Emilio Betancur Múnera
TEMPLOS DE DIOS ANTES QUE VIOLENTOS
El libro llamado Levítico indica que está relacionado con aquellos que fungían
como responsables del culto en el templo. Dentro de esas responsabilidades “el
cdigo de santidad legal” (17,1-26,46) contiene prescripciones morales y
rituales; implicaciones del culto en la conducta diaria, recuerdo de la santidad de
Dios con el refrán: “Yo soy el Seor”. Este es el tema de este Domingo: “En
aquellos días dijo el Seor a Moisés: “Habla a la Asamblea de los hijos de Israel
y diles: “sean santos, porque yo, el Señor, soy santo. No odies a tu hermano ni
en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo, para que no cargues tú con su
pecado”. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu
prjimo como a ti mismo, yo soy el Seor”. “Sean santos porque yo, el Señor,
su Dios, soy Santo” es la renovada afirmacin que tiene como respuesta
creyente: ¡Santo, Santo, Santo es el Señor!. Somos llamados a la santidad de
Dios tres veces santo.
Es la santidad de Dios en nosotros la que nos impide odiar al hermano en el
corazn” porque el Dios santo no odia ni toma venganza, ni guarda rencor con
los del mismo país, ciudad, barrio, pueblo, vereda o vecino, “puesto que el
Seor es misericordioso”.
Por el amor misericordioso que Dios ha puesto en nuestros corazones es posible
amar el prójimo como a nosotros mismos.
El libro del Levítico nos indica además que la participación en el culto implica una
santidad más allá de la legalidad o una simple pureza ritual. La santidad de
Dios que desde nuestro interior nos hace santos exige compromiso con los
hermanos como signo de la experiencia del Dios tierno y compasivo.
“Bendice obra mía, al Seor y todo mi interior, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Seor y no olvides sus beneficios”.
El perdona todas tus culpas, cura todas tus dolencias.
El rescata tu vida de la fosa y te corona con su bondad y compasión.
Él te sacia de bienes en la adolescencia y tu juventud se renueva como la de un
águila.
El Señor hace justicia y defiende a los oprimidos. El Señor es compasivo y
clemente, paciente y misericordioso. No está siempre pleiteando ni guarda
rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga
según nuestras culpas. Como un padre se enternece con sus hijos, así se
enternece el Señor con sus fieles, pues él conoce nuestra condición y se acuerda
de que somos barro (Sal 103).
EL AMOR DE DIOS EN EL CORAZÓN
Pablo nos dice en la primera lectura tomada de la carta a los Corintios que
debemos saber y recordar que la comunidad cristiana es el templo de Dios
donde mora el Espíritu Santo, si queremos comprender y vivir como hermanos
“todo te pertenece, y tú a Cristo y Cristo a Dios”.
La comunidad no le pertenece a ningún apóstol o evangelizador sea Pablo,
Apolo, Pedro, o un párroco. Estos son enviados al servicio de la comunidad; es
decir de la construccin “del templo de Dios”. Dios es amor y el Espíritu de Dios,
es Espíritu de amor. Somos templo por la acción del Espíritu (amor) de Dios.
También nosotros como los Corintios tendemos a olvidar la realidad más
profunda de nuestra vida “ser templo de Dios”.
Las mejores manifestaciones de Dios para nosotros siempre se preveen
diciendo: guárdense de no olvidar: “la fe es la memoria de lo que Dios hace con
nosotros y por nosotros. Si el pueblo de Israel se olvida de Dios, cae en manos
de los ídolos: “cuidado con olvidar la Alianza que el Seor vuestro Dios; concert
con vosotros, haciéndonos ídolos de cualquier figura, cosa que te ha prohibido el
Seor, tu Dios”. Pues, el Señor, tu Dios es fuego voraz, dios celoso (Dt 4,23)
“no olvides” es, del creyente.
PARA SANAR LA VIOLENCIA
El Génesis nos cuenta que Caín se había vengado siete (7) veces, y cinco
generaciones más tarde, la descendencia de Lamec socializó la violencia.
Gloriándose de vengarse en 77 oportunidades. Lamec dice en una canción a sus
dos (2) mujeres: “Escuchadme mujeres de Lamec, prestad oído a mis palabras
por una herida matará a un hombre, a un joven por una cicatriz. Si la venganza
de Caín valía por siete, la de Lamec valdrá por setenta y siete” (Gn 4,23-24):
Esta pirámide de violencia quiere contenerla en su ascensión el libro del Éxodo
con la ley del talión: El castigo debe ser limitado y proporcionado a la
ofensa…pero cuando haya lesiones, las pagarás: vida por vida; ojo por ojo,
diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura,
herida por herida…” (Ex 21,23-25).
Lo anterior significa un progreso porque no serán el instinto y el odio los que
determinen la venganza. No serán como entre nosotros siete vidas por una o
setenta y siete por una vida. Es la pedagogía de Dios para liberar a la
humanidad de la ley de la selva, de la ley del más fuerte y permitirnos ser hijos
de Dios.
Ojo por ojo y diente por diente fue el largo camino para restringir la naturaleza
arbitraria de venganza que a menudo lleva a escalar las represalias.
Hoy para todo hay desquite. Ni siquiera nos basta la ley del talión.
Jesús no escribió los códigos de justicia penal o criminal, tampoco descalifica
las normas que rigen la sociedad. Pero prefiere dirigirse al corazón de las
personas no a quienes ejercen el poder legislativo o judicial.
Le pide a los discípulos no pagar violencia con violencia y esto lo explica con
ejemplos: cuando uno golpee la mejilla vuelvan la otra también; si alguno quiere
ir ante la ley con tu túnica, entrégale también tu manto; si alguien te pide que lo
acompañe un kilómetro, anda con él, dos; dale a quien te pide, y no le des la
espalda a quien necesita un préstamo.
Lo que Jesús quiere enseñar a los discípulos es una forma de actuar no violenta
incluso con aquellos que injustamente nos pueden hacer daño.
La violencia del corazón se sana solamente si aceptamos cuando llegue la
ocasión, de ofrecer la otra mejilla, de regalar la capa, de donarle al
prestatario. “Ser limpios y generosos de palabra y de obra será lo que nos hace
felices. Bienaventurados”.
DIOS ES AMOR
El evangelio de hoy es, ante todo, una lección sobre Dios antes de ser una
lección para nosotros No es fácil creer que Dios sea sólo amor. Cuando lo
escuchamos reiteradamente nos confundimos porque no sabemos que es amor y
otros tienen desengaños amorosos, entonces ¿qué podrá significar, Dios es
amor?
A los creyentes Dios nos encarga una misión de iluminar a los buenos y malos
con el amor de Dios.
Los ejemplos concretos que Jesús nos propone en el evangelio de hoy están
marcados por la época, pero son de fácil comprensión si tenemos en cuenta la
extrema generosidad de Dios y la ausencia de todo cálculo. Son sabiduría si
recordamos de comprender si recordamos lo que Dios ha hecho con cada uno
de nosotros y comparamos nuestras razones humanas con la sabiduría de Dios:
“Si alguno de ustedes se tiene a sí mismo por sabio, según los criterios de este
mundo, que se haga ignorante para ser verdaderamente sabio. Porque la
sabiduría de este mundo es ignorancia ante Dios, como dice la Escritura: Dios
hace que los sabios caigan en la trampa de su propia astucia, también dice: El
Seor conoce los pensamientos de los sabios y los tiene por vanos” (segunda
lectura).
Jesús quiere que pertenezcamos a la lógica del Espíritu de amor que nos permite
conocer y experimentar ahora qué es el Reino y dónde podemos encontrarlo;
pero a condicin de no olvidar lo que somos”. ¡Templos del Espíritu Santo
porque habita en nosotros! (1 Cor 3,16).
El ultimo versículo del evangelio de hoy: “sed pues perfectos (íntegros) como es
perfecto vuestro padre celestial (Mt 5,48) exige tener un corazón no dividido en
el seguimiento de Jesucristo.
La integridad es la manera de ser cristianos involucrando a todos en el corazón,
incluyendo a los enemigos e imitando el amor de Dios en Jesucristo que no
discrimina a nadie, ni siquiera a quienes se resisten a sus planes.
Los ejemplos que pone Jesús en el Evangelio son para informar y formar a una
comunidad que es llamada a discernir como puede vivirse distinto a como vive la
sociedad de hoy. Ese vivir distinto en la ciudad se llama “Reino”.
ORACIÓN
Si fuésemos como nos quieres Señor, la tierra sería diferente estaríamos
gozosos de existir, comprender, darnos y perdernos. ¡Igual que el Padre que
hace brillar el sol sobre los campos de buenos y malos: estaríamos radiantes al
vencer por amor y poner fin a una historia de muerte!
¡Así es, sólo así: de otro modo no podéis salvaros, hombres!
Si matáis a Caín siete veces os aniquilará la muerte.
Señor te pedimos que todos se libren de la venganza, de instinto de hacer
justicia a su gusto de devolver golpe por golpe. Este es el cáncer que nos está
devorando que los creyentes y seguidores de Jesús extirpemos del corazón la
idea del enemigo. Amén (Lectio Divina).
Evangelio Mateo 5, 38-48
Habéis oído que se dijo: "OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE." Pero yo os digo:
no resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te abofetee en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra. Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la
túnica, déjale también la capa . Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con
él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la
espalda. Habéis oído que se dijo: "AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu
enemigo." Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque
El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también
lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludáis solamente a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los
gentiles? Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto.