Comentario al evangelio del Viernes 25 de Febrero del 2011
Querido amigo/a:
El matrimonio es el sacramento del Amor donde Dios habita en medio de un hombre y una mujer. Es
lo más bonito y lo más difícil que el hombre y la mujer pueden hacer en este mundo. Requiere sobre
dosis de paciencia, espera, comprensión, adaptación, tolerancia, renuncia de sí mismo, perdón…
Convivir y crecer juntos nunca fue fácil; el proyecto de ser “una sola carne” (Mc 10, 8), es tan grande
que no podemos dejarlo únicamente en nuestras frágiles manos, por eso es un sacramento donde Dios
tiene que hacerse presente, siempre que se le deje, para que lleve adelante el proyecto de formar el
matrimonio y la familia.
A los fariseos que interrogan a Jesús, no les importaba su posición frente al matrimonio, sino conocer
su interpretación frente al divorcio, para ver si era laxo o estricto ante las distintas escuelas rabínicas
que por aquel entonces interpretaban la Ley de Moisés, pues según algunas de ellas, bastaba que a la
mujer se le quemara la comida para que el marido, contrariado por ello, le firmara el acta de repudio.
¿Era Jesús de manga ancha o estrecha? Jesús va a lo fundamental: tener un corazón de carne para
poder llevar adelante este proyecto. Un proyecto de amor que implica igualdad de derechos, dignidad y
obligaciones, y excluye toda relación de dominio.
Frente a las separaciones y fracasos matrimoniales, sólo Dios es quien debe juzgar, pero no estaría mal
insistir en la necesidad de prepararse mejor antes de contraer matrimonio, de recibir una buena
formación pre-matrimonial y de acompañar pastoralmente a las parejas en sus primeros años de
convivencia. Creo que en nuestras comunidades y parroquias hay que cuidar más la pastoral
matrimonial para ayudar a aquellos que se inician en esta andadura y a los que atraviesan momentos de
dificultad.
Mientras haya amor y Dios lo sostenga, buscando la pareja un espacio para que Él se haga presente,
habrá una sola carne, un solo corazón capaz de vivir lo que Dios ha unido para siempre.
Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.
Juan Lozano, cmf.