Lunes 21 de Febrero de 2011
Lunes 7ª semana de tiempo ordinario 2011
Eclesiástico 1,1-10
Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las
playas, las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará? La altura del
cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará? Antes
que todo fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién se reveló?; la destreza de sus obras, ¿quién la
conoció? Uno solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor
en persona la creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la
repartió entre los vivientes, segun su generosidad se la regaló a los que lo temen.
Salmo responsorial: 92
R/El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad, / el Señor vestido y ceñido de poder. R.
Así está firme el orbe y no vacila. / Tu trono está firme desde siempre, / y tú
eres eterno. R.
Tus mandatos son fieles y seguros; / la santidad es el adorno de tu casa, /
Señor, por días sin término. R.
Marcos 9,14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al
llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a
unos escribas dicutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a
saludarlo. Él les preguntó: "¿De qué discutís?" Uno le contestó: "Maestro, te he
traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira
al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus
discípulos que lo echen, y no han sido capaces."
Él les contestó: "¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta
cuándo os tendré que soportar? Traédmelo." Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto
vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Contestó él:
"Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para
acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos." Jesús replicó:
"¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe." Entonces el padre del muchacho gritó:
"Tengo fe, pero dudo; ayúdame." Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu
inmundo, diciendo: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a
entrar en él." Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como
un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo
levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: "¿Por qué no
pudimos echarlo nosotros?" Él les respondió: "Esta especie sólo puede salir con
oración."
COMENTARIOS
El tema central del relato de hoy es la incredulidad, es decir, la falta de fe en
el poder salvador de Jesús, expresada en los discípulos, que no fueron capaces de
expulsar el demonio aun teniendo ese poder, y, especialmente, en el padre del niño
epiléptico, quien le pide a Jesús, de manera un poco desconfiada, que sane a su
hijo. Si leemos con atención, podemos descubrir que el texto se orienta a detallar el
proceso de fe del padre, quien al entrar en diálogo con Jesús se va dando cuenta de
su propia fragilidad, de la necesidad de abrir mucho más su corazón a Dios,
llegando al punto de afirmar que cree en el poder de Jesús, pero que necesita de su
ayuda para continuar en este camino. El padre entonces da a conocer el verdadero
sentido de la fe, que corresponde a la integración de la persona con Dios mismo,
haciendo de aquel una nueva existencia; se trata de una actitud de ilimitada
confianza en la acción de Dios. Es necesario abrirnos a la fe; la oración es
importante, pues nos permite vencer los obstáculos que se presentan en nuestro
proceso de seguimiento.
JUAN ALARCÓN, S.J.
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)