Tomar la cruz es acoger la voluntad del Señor.
22/02/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: «quien dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos le
respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que
Jeremías o alguno de los profetas».
Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro tomó la
palabra y le dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Jesús le dijo entonces:
«Bienaventurado tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún
hombre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán
sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra
quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el
cielo» Palabra del Señor.
Oración introductoria
Gracias Señor porque me has permitido coexistir con tus Vicarios en la tierra,
grandes hombres que santificaron su vida por Tu amor porque supieron reconocerte
y darte el lugar que te correspondía en sus vidas. ¡Ayúdame hoy a saber dialogar
contigo en esta meditación! ¡Ven Espíritu Santo y enciende en mí el fuego de tu
amor para poder reconocerte, Señor y Dios mío!
Petición
Jesús, revélame el camino que debo seguir para ser un auténtico discípulo y
misionero de tu amor y de tu Iglesia.
Meditación
«En el Evangelio (…) el Seor pregunta a sus discípulos: ‘Vosotros, ¿quién decís que
soy yo?’. A esta pregunta el apstol Pedro responde prontamente: ‘Tú eres el Cristo
de Dios, el Mesías de Dios’, superando, así, todas las opiniones terrenas que
consideraban a Jesús uno de los profetas. (…) Y Jesús, frente a esta profesin de fe,
renueva a Pedro y a los demás discípulos la invitación a seguirle en el camino
comprometido en amor hasta la Cruz. También a nosotros, que podemos conocer al
Señor mediante la fe en su Palabra y en los Sacramentos, Jesús nos dirige la
propuesta de seguirle cada día, y también a nosotros nos recuerda que para ser sus
discípulos es necesario apropiarnos del poder su Cruz, culmen de nuestros bienes y
corona de nuestra esperanza. (…) Tomar la cruz significa comprometerse en
derrotar al pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, acoger cotidianamente la
voluntad del Señor, acrecentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades,
el sufrimiento. (…) (…) Al seguirle llevando nuestra cruz, llegaremos con Él a la luz
de la Resurrección» (Benedicto XVI, 20 de junio de 2010).
Reflexión apostólica
«En la espiritualidad eclesial del Movimiento ocupa un lugar destacado la adhesión
de mente, corazón y voluntad al Sumo Pontífice, pastor supremo de la Iglesia. Esta
adhesión al Papa brota de la fe en la palabras con las que Cristo anunció a san
Pedro su función de principio y fundamento visible y perpetuo de la unidad de la
Iglesia: ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’, confiándole las
llaves del Reino para disponer lo que más convenga a la vida y misión de la misma.
De esta convicción de fe nace la oración por el Vicario de Cristo, la atención y el
interés por sus enseñanzas, la sumisión filial y reverente a sus disposiciones, el
apoyo entusiasta y operante a sus iniciativas, y el respeto y estima hacia su
persona» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 81).
Propósito
Tomaré la cruz del día de hoy aceptando con paciencia y alegría lo que Dios permita
y lo ofreceré por la conversión de los pecadores.
Diálogo con Cristo
De nuevo te doy gracias Señor porque has permitido que conozca la espiritualidad
del Regnum Christi que me fortalece y me da los medios para crecer en Tu amor y
en la confianza, así puedo tomar la cruz que permites en vida con alegría y
seguridad porque Tú eres quien me ayuda a sostenerme.
Especialmente quiero también hoy agradecerte por el gran don que recibimos en la
vida y obra de tu próximo beato Juan Pablo II. Quiero seguir su ejemplo, quiero
imitar sus virtudes, su alegría, su acogida, su espíritu de sacrificio, su valentía e
infatigable lucha por llevarte al corazón de todos los hombres.
Ayúdame a entregarme sin límites a mi misión y muy especialmente te
encomiendo, hoy y siempre, a tu Vicario Benedicto XVI, dale la sabiduría y fortaleza
para que nos siga guiando con el amor y solicitud que lo han distinguido.
«El Papa es el conductor de la barca, el Vicario de Cristo, y la Legión y
el Regnum Christi son parte del combustible que tiene que impulsar esa
barca para que la sangre de Cristo sea aprovechada por el mayor número
posible de almas»
( Cristo al centro, n. 1391 ).
Fuente: Regnum Christi. Legionarios de Cristo