Sábado 26 de Febrero de 2011
Sábado 7ª semana de tiempo ordinario 2011
Eclesiástico 17,1-13
El Señor formó al hombre de tierra y le hizo volver de nuevo a ella; le
concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un
poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen; impuso su temor a todo viviente,
para que dominara a bestias y aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y
mente para entender; los colmó de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el
mal; les mostró sus maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el
santo nombre y cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en
herencia una ley que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus
mandamientos. Sus ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la
majestad de su voz. Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos
acerca del prójimo. Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus
ojos.
Salmo responsorial: 102
La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus
fieles; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos de barro. R.
Los días del hombre duran lo que la hierba, / florecen como flor del campo, /
que el viento la roza, y ya no existe, / su terreno no volverá a verla. R.
Pero la misericordia del Señor dura siempre, / su justicia pasa de hijos a
nietos: / para los que guardan la alianza. R.
Marcos 10,13-16
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los
discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños
se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios.
Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y
los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
COMENTARIOS
Dentro del contexto judío de la época, los niños formaban parte del mundo
marginado; eran parte de esos grupos que no contaban en la sociedad y que eran
mal vistos por las autoridades políticas y religiosas. Sin embargo, Jesús afirma en
este relato que los destinatarios del Reino de Dios son todos los que se hacen como
ellos, es decir, los que asumen como forma de vida normal la sencillez, la
inocencia, la pureza de corazón, ya que los niños nada poseen, no buscan
el poder, no actúan con doble intención y esperan siempre estar junto con
sus padres. Para Marcos, los pobres son los niños, y en ellos se ven reflejados los
que sufren la explotación, el rechazo, la pobreza y la muerte; todos ellos son los
preferidos del Padre, a ellos se les ha prometido la justicia y la misericordia del
Reino, pues no tienen nada, únicamente su esperanza puesta en Dios. Por otro
lado, la actitud de acogida y ternura con los niños por parte de Jesús expresa el
elemento esencial del Reino: Dios Padre y Madre, que da vida en abundancia a sus
hijos predilectos.
Juan Alarcón
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)