I Domingo de Cuaresma
Sermón 4º
Fragmentos sobre el mismo Evangelio
«Entonces, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el
diablo» Mateo 4,1 1
1.- El santo Evangelio de hoy nos cuenta un desafío, el más trabado y grande que
hubo en el mundo, [entre] los dos mayores príncipes del mundo: el uno, Cristo, nuestro
Redentor, Príncipe de todo bien [y] defensor de la naturaleza humana; el otro, Lucifer,
príncipe de toda maldad y destruidor de la naturaleza humana. En el cual [desafío], nos dio
el Señor [una instrucción] y un ejemplo de [cómo] vencer las tentaciones del demonio,
porque, [dice Santo Tomás]: Todas las acciones de Cristo estaban orientadas a nuestra
enseñanza. Por eso dijo: «Os he dado ejemplo para que hagáis también vosotros como yo
he hecho con vosotros» (Jn 13,15) 2 . La cual batalla y victoria de Cristo fue figurada en
aquella [en] que David venció y mató al gigante Goliat y que, en vencerle, alabó a Dios,
diciendo: Bendito sea el Señor, mi roca, que adiestra mis manos para la batalla y mis
dedos para la guerra (Sal 143,1). Y todos los hijos de Israel se holgaron por la victoria
dada. Así todos los cristianos [habemos de alegrarnos] con la victoria de Cristo, pues en
ella nos enseña el modo de vencer al demonio, gigante astuto.
2.- Cuenta el santo Evangelio que: Entonces ... Según San Vicente [Ferrer], cuando
se señaló Cristo con mayores obras, fue cuando fue tentado 3 ; porque [sucedió] después que
[Jesús] fue bautizado, que se abrieron los cielos y bajó el Espíritu Santo en figura de
paloma y el Padre dio testimonio [diciendo]: Éste es mi Hijo, el predilecto; en él he puesto
mi complacencia (Mt 3,17). Para denotar que, cuando uno fuere más encumbrado y se diere
más a Dios, entonces será más tentado; esto es misericordia de Dios, que quiere que sus
hijos estén bajo disciplina y tentaciones, [para] que no se [afiancen] y estén con temor. Y
así dice San Pablo: Si estáis fuera de la disciplina y corrección, de la que todos los justos
participaron, bien se ve que sois bastardos y no hijos legítimos (Hb 12,8). Como si dijese:
«El que no está bajo la disciplina de Dios, no es hijo [suyo], ni será heredero del cielo».
Y así, es necesario tener [bien] entendido que, en el punto que un cristiano, recibido
el bautismo después de la penitencia, y se propone muy de veras servir a Dios, se ha de
armar y poner a punto contra el demonio, el cual no cuida de tentar a los que tiene bajo su
poder rendidos, como el rey a los vasallos, que no les hace guerra sino cuando se rebelan.
Cuando el carcelero tiene al preso en la prisión con grillos y atado, duerme; pero, cuando se
le suelta, corre y va dando voces [a] zaga de él, como el lebrel [al] que se le va la presa, y al
gato la rata. Habla [aquí] del Faraón que persiguió a los hijos de Israel, y se le escaparon
(cfr. Ex 14). Habla también de Job y de Tobías...
Pero el cristiano hase de armar: Hijo, [dice el Eclesiástico], en entrando en el servicio
de Dios, persevera firme en la justicia y en el temor, y prepara tu alma para la tentación
1 Obras y sermones , vol. I, pp.156-159.
2 S ANTO T OMÁS DE A QUINO , Suma de Teología , 3ª parte, q.15, a.1.
3 S AN V ICENTE F ERRER , Sermón para el domingo 1º de Cuaresma.
1
(Ecli 2,1). [Isaías]: Yo estoy de centinela de parte del Señor. De día permanezco aquí
continuamente y estoy en mi puesto las noches enteras (Is 21,8). [Proverbios]: Guarda tu
corazón con toda vigilancia, porque de él mana la vida (Pr 4,23). Hemos de ser como los
animales de Ezequiel (cfr. Ez 1), que todos [estaban] llenos de ojos, porque son grandes las
asechanzas del enemigo, y muy encubiertas y astutas, y no nos hemos de descuidar en un
punto.
3.- Jesús fue conducido por el Espíritu . Para denotar que hemos de sufrir las
tentaciones que nos vienen enviadas por Dios; pero no las hemos de procurar, ni buscar,
sino hacer como San Pedro que, cuando estaba en el mar, no se echó de la [barca] 4 , ni
anduvo sobre las aguas, sino cuando se lo mandó Cristo (cfr. Mt 14,28 -29). Y lo mismo
hace hoy Cristo, que fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado, para
denotar que no hay estado en esta vida, por santo y recogido que sea, [en el] que el
demonio no [nos] pueda tentar. Aunque hoy día, no sólo el demonio tienta, pero m ucho
más los hombres, como Lutero, Mahoma, etc., que se llaman demonios continuados.
Después tuvo hambre y se le acercó el tentador (Mt 4,2-3). [En] estas palabras se entiende
lo poco que vale, ni puede, contra los hombres.
4.- [El texto] dice tentador , y no vencedor, porque no tiene fuerza para vencer; ni se
dice luchador, porque no tiene fuerzas para luchar. Al que tienta, solamente le representa
los deleites y las riquezas, y ahí pone la ponzoña. [Por eso se dice]: se le acercó el tentador .
Tentó a Cristo, cuando tuvo hambre, para denotar que el demonio no tienta hasta que
ve la ocasión. Está muchos días y años sin tentar a uno y, en hallando sazón, [lo] tienta.
Como a Eva, que se llegó al árbol donde estaba la manzana, y le pareció bien y se cebó en
ella, y viéndola apartada, la tentó (cfr. Gn 3,1 y ss). A David, no le tentó hasta que
[estando] paseándose por los corredores viese a Betsabé y le pareciese bien (cfr. 2 R 11, 2 y
ss). Así a Cristo, entonces le tentó, cuando vio que tenía hambre.
El demonio deseaba saber si Cristo fuese el Hijo de Dios, porque veía cumplidas [en
él] las profecías. La de Jacob: El cetro no será quitado de Judá, ni de su posteridad el
caudillo, hasta que venga el que ha de ser enviado y éste será la esperanza de las naciones
(Gn 49,10). Y la de Daniel [sobre] las setenta semanas (cfr. Dn 9,24). Y vio que, cuando
nació, los ángeles cantaron; y vio la luz grande [que se apareció] a los pastores; [y vio] a los
Reyes Magos, y a Simeón y a Ana la profetisa. Vio que, [cuando se bautizó], se abrieron
los cielos, se oyó la voz del Padre y [bajó] el Espíritu Santo en figura de paloma. [Y había
oído] a San Juan [que decía]: Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn
1,29). Y veía su santidad, etc. Por otra parte, violo circuncidar, llorar, huir a Egipto, tener
hambre, etc. y otras acciones propias de un hombre.
Para experimentar esto, allégase saludándole: «Dios os guarde». Dícele Cristo: “Seáis
bienvenido”, disimulando Cristo con él. Y como vino en forma de un ermitaño, dícele con
compasión: «Mi camino es para Jerusalén y ha querido Dios que esto pase. Parece [que]
tenéis el rostro demudado y que tenéis necesidad, [y] Dios no quiere la muerte de un
pecador. Si vos sois [el] Hijo de Dios, cosa fácil os será convertir en pan estas piedras,
porque [dice el Génesis]: Dijo Dios, y todo fue hecho ».
Cosa de notar es que no tentó el demonio a Cristo, sino con piedras, porque no le
faltará jamás con qué tentar a cualquier estado o persona, cuando viere la sazón.
4 En el original «nichuelo».
2
5.- Tres veces tuvo Cristo hambre: la primera, en el camino, cuando iba a Jerusalén.
[San Mateo]: Por la mañana, cuando volvió a la ciudad, sintió hambre (Mt 21,18), y no
halló en la higuera sino hojas, hierba sola, sin frutos. La segunda fue aquí, y le dieron
piedras. Así hacen los obstinados, iracundos, adúlteros, etc. Y la tercera fue en la Cruz, y le
dieron hiel y vinagre, que significan a los herejes y a los murmuradores de la buena vida de
los otros.
Di que estas piedras se conviertan en panes . Esto quiere el demonio. El pan es cosa
blanda [y] figura los regalos, la blandura [y] los deleites sensuales. Decía Salomón: No
apetezcas sus exquisitas comidas, pues son un manjar engañoso (Pr 23,3). Guárdate de los
manjares del placer mentiroso, que sólo deleita, [y] de la honra mentirosa que luego se va y
os deja. La piedra, [en cambio], es cosa dura y recia, y figura la penitencia, la honestidad de
vida, las lágrimas, los llantos por las ofensas de Dios. A ésta teme el demonio, porque con
ésta le quebrantamos la cabeza.
5 (bis) .- De David se dice que alzando la mano, derribó con la piedra de su honda al
orgulloso Goliat (Ecli 47,5). ¿Quieres derribar todo el edificio del demonio? Arrójale la
piedra de la honda. La honda tiene dos ramales, [y] la piedra es la penitencia. Arrójale la
piedra que salga de los dos ramales: uno [es] que llores tus pecados, pesándote de tus
pecados pasados; el otro, que llores tus culpas, con [el] propósito de ser bueno en lo
venidero. Porque ve el demonio que esta piedra le es contraria, y el pan le es favorable, por
eso le va diciendo [a Cristo]: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en
panes .
6.- No sólo de pan vive el hombre , para denotar que no sólo hemos de tener cuenta
[de] las cosas del cuerpo, pero mucho más de las del alma, y buscar mantenimiento para
ella y no descuidarnos de ella, como muchos, que tienen sumo] cuidado de la menor cosa
del zapato, etc., y no curan nada del alma.
7.- Viendo el demonio que no pudo por la gula derribar a Cristo, pónele otra
tentación, y dícele con buenas palabras: «Vámonos a Jerusalén y allí comeremos, que hay
mucha gente, donde podéis, si queréis, predicarles». ¡Oh astuto cazador que, con muchas
redes, procura prender la caza! Vio San Macario al demonio en figura de médico. Hemos
de estar muy sobre aviso contra el demonio, no nos engañe. Vio Ezequiel unas ruedas
llenas de ojos (cfr. Ez 1,18). Estas ruedas son los varones justos llenos de ojos, porque
están atalayando y mirando las escaladas del enemigo, del mundo y de la carne. [San
Pedro]: Hermanos, sed sobrios y estad en vela, porque vuestro enemigo, el diablo, anda
girando como león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar.
Resistidle firmes en la fe (1 P 5,8). Y San Mateo: Vigilad, porque no sabéis el día ni la
hora (Mt 25,13).
8.- El cristiano se compara al hombre que sube por una cuerda y va mirando a todas
partes donde pone el pie, para no caer. Hemos de procurar, pues, que no perdamos los ojos
por falsas deleitaciones. A Sansón los filisteos no le quitaron los ojos, hasta que se durmió
en los brazos de Dalila (cfr. Jc 16,19-21). Así [tú], no perderás la vista, si no te entregas a
los deleites. Nabucodonosor sacó los ojos a Sedecías y lo llevó cautivo a Babilonia (cfr. Jr
3
39,5-7). ¿Qué otra cosa es quitar el demonio los ojos al hombre, que entregarse el hombre a
los deleites? Así Naás quiso quitar los ojos a los hijos de Jabes (cfr. 1 R 11,2).
8 (bis) .- Guarda, hermano, que no te engañe el demonio. Mira que eres comparado a
una rueda, porque así como la rueda corre fácilmente, así tú. [Además], la rueda toca muy
poco en tierra, [y] todo lo demás de ella está sobre la tierra. Así, el buen cristiano sólo en
este mundo ha de amar lo necesario, pero todo su cuidado ha de tenerlo en el cielo, como
canta la Iglesia [en su liturgia] de los varones santos: Con justicia se hace memoria de este
santo, que ya pasó al gozo de los ángeles, pues habiendo recorrido la peregrinación de
este mundo con el cuerpo, su mente y su corazón estaban fijos en la patria eterna .
Cuando pasamos por la ribera de un río quieto, vemos la luna y [las] estrellas
resplandecientes allí dentro, aunque ellas están arriba en el cielo; así los justos, aunque en
la tierra vivan, pero allá tienen sus deseos, y están velando que no les engañe el enemigo.
Por eso quiso Cristo ser tentado.
9.- Fue el Hijo de Dios al desierto, para enseñarnos a dejar el mundo, y huir al
desierto y soledad de la penitencia. A Moisés en el desierto le habló Dios y [lo] vio en la
zarza. [También] San Juan Bautista y la Magdalena fueron al desierto. Así tú, en este
tiempo, has de dejar los negocios e irte por la meditación al desierto. Tu alma ha de estar
desierta de toda afición. Si para escribir una carta, o para tratar un negocio, o para jugar,
quieren los hombres estar desocupados, ¡cuánto más para contemplar y entender en la
propia salvación! De éstos dice la Escritura: Convirtió el desierto en laguna, y la tierra
seca en manantiales (Sal 106,35). Porque allí da Dios grandes lágrimas [de penitencia], y
conocimiento de Dios y de sí. Como a San Pedro, a San Pablo y a otros santos.
Pero de los que no lo hacen dice [el Salmista]: Erraron por el desierto y en soledad
(Sal 106,4). ¡Oh, cuántos piensan que están en la cuaresma, en el desierto de la penitencia,
y su penitencia no es verdadera! ¡Éstos yerran! ¿Qué hace el que va a confesar y no deja el
amancebamiento, ni restituye, etc.? ¡Están errados! Porque no basta que restituyas, etc.; si
no vas con contrición, no basta la confesión: Erraron por el desierto . [Dijo Dios a Moisés]:
Mira bien y hazlo fabricar todo conforme al ejemplar que se te ha presentado en el monte
(Ex 25,40). Miremos a Cristo, ejemplo nuestro, y miremos cómo vence.
10.- Di que estas piedras se conviertan en panes . Con piedras duras venció David al
gigante Goliat; bien quisiera Goliat que fueran pedazos de pan. Así el diablo, no quiere
piedras duras de virtudes, sino que se convirtiesen en pan blando. La castidad piedra dura
es, y quisiera el diablo que se volviera pan. La humildad, la caridad, la penitencia, etc.
piedras duras son, y quisiera el demonio que se convirtiesen en pan blando.
Pero [Cristo]: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios . Pero, ¿qué dice Dios? Haced penitencia. No fornicarás. No hurtarás, etc.
(Ex 20,14-15; Lc 18,20). Sustentemos el alma con lo que nos dice Dios, y no escuchemos
al demonio. A muchos procura el diablo de subirlos en dignidades para que, si tiene al rey,
al obispo o al gobernador de su mano, [tener] también al pueblo. Tírate de aquí abajo , esta
es la voz del diablo; él no puede echar a nadie, ni juzgar. Y así se dice [de él] tentador, no
condenador, [pues] sólo puede inducir [al pecado].
11.- Después de la gula, tienta de vanagloria, porque muchos le vencen por [la]
abstinencia, y comulgan, y dejan la manceba; pero les coge [luego] por la vanidad de la
4
vanagloria. [Refiere] lo de Eleazar que mató al elefante, cayó sobre él y murió (cfr. 1 M
6,45-46). Así los que hacen [el] bien vencen al diablo, pero éste con la jactancia les oprime.
Escrito está. Dará órdenes a sus ángeles para que te custodien (Lc 4,10). No le falta
al diablo sutileza; y así muchos alegan la Escritura usando mal de ella. Todas estas cosas te
las daré (Mt 4,9). [El demonio] muestra y promete, pero no da. Y como dice San Lucas, un
momento dura todo lo de este mundo y lo que el diablo promete.
5