EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes de la IX Semana del Tiempo Ordinario A
Libro de Tobías 2,9-14.
Aquella misma noche, después de bañarme, salí al patio y me acosté a dormir junto
a la pared, con la cara descubierta a causa del calor. Yo no sabía que arriba, en la
pared, había unos gorriones; de pronto, su estiércol caliente cayó sobre mis ojos,
produciéndome unas manchas blancas. Me hice atender por los médicos, pero
cuantos más remedios me aplicaban, menos veías a causa de las manchas, hasta
que me quedé completamente ciego. Así estuve cuatro años privado de la vista, y
todos mis parientes estaban afligidos. Ajicar me proveyó de lo necesario durante dos
años, hasta que partió para Elimaida. Desde ese momento, mi esposa Ana empezó a
trabajar en labores femeninas: hilaba lana, enviaba el tejido a sus clientes y recibía
el pago correspondiente. Una vez, el siete del mes de Distros, terminó un tejido y lo
entregó a sus clientes. Estos le pagaron lo que correspondía y, además, le regalaron
un cabrito para comer. Cuando entró en mi casa, el cabrito comenzó a balar. Yo
llamé a mi mujer y le pregunté: "¿De dónde salió este cabrito? ¿No habrá sido
robado? Devuélvelo a sus dueños, porque no podemos comer nada robado", Ella me
respondió: "¡Pero si es un regalo que me han hecho, además del pago!". Yo no le
creí e insistía en que lo devolviera a sus dueños, llegando a enojarme con ella por
este asunto. Entonces ella me replicó: "¿Para qué te sirvieron tus limosnas y tus
obras de justicia? ¡Ahora se ve bien claro!".
Evangelio según San Marcos 12,13-17.
Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de
sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no
tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de
nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar
el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?". Pero él, conociendo su
hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario".
Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?".
Respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del
César, y a Dios, lo que es de Dios". Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Tertuliano (v. 155-v. 220), teólogo
La Resurrección del cuerpo, 5-6
« ¿De quién es esta imagen? »
En la creación del mundo "todas las cosas fueron hechas por la Palabra de Dios y
sin Él nada se hizo" (Jn 1,3). Cuando se trata de crear al hombre, también es la
Palabra de Dios la que actúa, puesto que "sin la Palabra de Dios nada se ha hecho".
Dios, en efecto, dice esta palabra: "Hagamos al hombre". Sin embargo para
expresar la preeminencia de esta criatura sobre las demás, Dios la hizo con su
propia mano: "Entonces el Señor modeló al hombre" (Gn 2,7)
"Y Dios, dice la Escritura, modeló al hombre del polvo del suelo".Hasta ahora era
barro pero ahora se ha hecho hombre. ¡Qué honor tan excelente para la especie,
que es nada, ser tocado por las manos de Dios! ¿Este simple contacto no le era
suficiente a Dios para formar al hombre? Más ha querido Dios trabajar este barro
para que entendamos que es una obra extraordinaria.
Las manos de Dios iban trabajando, tocando, amasando, estirando, modelando
este barro que no deja de ennoblecerse a cada toque de las manos divinas. ¡Dios
ocupado en su imagen, dedicado por entero a su creación: manos, mirada,
actividad, propósito, sabiduría, providencia, amor sobre todo orientan su trabajo!
En esta especie que Él amasa, Dios ya ve a Cristo, que un día será hombre, como
esta especie: Verbo hecho carne, como esta tierra que Él tiene entre las manos.
Este es el significado de la primera palabra del Padre a su Hijo: "Hagamos al
hombre a nuestra imagen y semejanza"(Gn 1,26). Dios ha modelado al hombre
según la imagen de Dios, es decir según la de Cristo.... Por lo tanto esta especie se
reviste de la imagen de Cristo, tal como se manifestará en su encarnación futura, no
es solamente obra de Dios, es también promesa de Dios.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”