III Domingo de Cuaresma, Ciclo A
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«Rescatados por el agua del bautismo, estamos llamados a beber del
agua que salta hasta la vida eterna »
I. LA PALABRA DE DIOS
Ex 17,3-7: «Danos agua para beber»
Sal 94,1-2.6-9: «Escucharemos tu voz, Señor»
Rm 5,1-2.5-8: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado»
Jn 4,5-42: «Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna»
II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
Como en otro tiempo le ocurrió a Nicodemo, la samaritana se queda en la mera
epidermis de lo que oye. No sólo porque no entienda, sino porque no sabe
profundizar. Jesús intenta que descubra dentro de sí misma nuevas
posibilidades: «Si conocieras el don de Dios...» Comprender y aceptar el «otro
nivel», el de Jesús, llevará a la mujer no sólo al cambio personal, sino al
testimonio: «Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído
y sabemos que él es en verdad el Salvador del mundo».
Este es el primer domingo de catequesis de los catecúmenos inmediatamente
antes de recibir el Bautismo. Jesucristo les era presentado como «agua viva» y
el creyente como «el que bebe del agua que Él le dará y que se convertirá en
surtidor de agua que salta hasta la vida eterna».
III. SITUACIÓN HUMANA
Atados al presente, esclavos del cada día, de lo que tenemos a mano nos falta
imaginación para adivinar caminos nuevos, un futuro verdaderamente humano.
Vivimos en una sociedad en la que cada día gana terreno lo frívolo, lo superficial.
El mundo de hoy navega por encima sin bucear nunca en la hondura de la
realidad. Y se empobrece.
IV. LA FE DE LA IGLESIA
La fe
– El agua, símbolo del Espíritu Santo: "El simbolismo del agua es significativo de
la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que, después de la invocación del
Espíritu Santo, ésta se convierte en el signo sacramental eficaz del nuevo
nacimiento: del mismo modo que la gestación de nuestro primer nacimiento se
hace en el agua, así el agua bautismal significa realmente que nuestro
nacimiento a la vida divina se nos da en el Espíritu Santo. Pero «bautizados en
un solo Espíritu», también «hemos bebido de un solo Espíritu» (1 Co 12,13): el
Espíritu es, pues, también personalmente el Agua viva que brota de Cristo
crucificado como de su manantial y que en nosotros brota en vida eterna" (694).
– El Bautismo en la economía de la salvación: 1217. 1218. 1219. 1220. 1221.
1222.
La respuesta
– Dar a Dios culto en espíritu y en verdad: "El culto «en espíritu y en verdad»
(Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra
es santa y ha sido confiada a los hijos de los hombres. Cuando los fieles se
reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que ellos son las «piedras vivas»,
reunidas para «la edificación de un edificio espiritual» (1 P 2,4- 5). El Cuerpo de
Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva.
Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, «somos el templo de Dios vivo» (2
Co 6,16)" (1179).
– Fuentes de la oración: 2652-2660.
El testimonio cristiano
– "... (Jesús) pide de beber y promete dar de beber; necesita como si hubiera de
recibir, y mana como si hubiera de saciar. «Si conocieras, dice, el don de Dios».
Este don de Dios es el Espíritu Santo, pero todavía está oculto a la mujer y poco
a poco va entrando en su corazón. Quizás ya lo está presagiando. ¿Hay algo más
suave y bello que estas palabras: Si conocieras...? Agua viva es la que corre de
una fuente.... es la que había allí, ¿cómo, pues, promete lo que pide?" (San
Agustín, De diversis, 12). El que se siente incorporado al Misterio Pascual de
Cristo por el agua y el Espíritu, hace de su vida un acto permanente de culto al
Padre en espíritu y en verdad