Jueves 10 de Marzo de 2011
Jueves después de Ceniza 2011
Deuteronomio 30,15-20
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Mira: hoy te pongo delante la vida y el
bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te
promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus
preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá
en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no
obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo
te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de
entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy
cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y
muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia,
amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y
tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac
y Jacob."
Salmo responsorial: 1
R/Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la
senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos; / sino que su
gozo es la ley del Señor, / y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón
/ y no se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así; / serán paja que arrebata el viento. / Porque el
Señor protege el camino de los justos, / pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Lucas 9,22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre tiene que
padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado y resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera
seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga
conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida
por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde
o se perjudica a sí mismo?"
COMENTARIOS
La cruz de Jesús, la que Él quiere que abracemos, es su misma cruz. La que
nos viene cuando empezamos a trabajar para bajar de la cruz a los crucificados por
la maldita opresión e injusticia. Por eso, el anuncio de la pasión va acompañado de
una propuesta de vida, realizada en el seguimiento de Jesús, que no termina en la
muerte, sino en la resurrección.
Nos atrae mucho más la religión del poder y el facilismo, la de la ley del
menor esfuerzo, la del dejarse llevar cómodamente sobre las andas de un culto
establecido, en el que dormitamos sin sobresaltos.
Juan Alarcón
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)