Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Pascua,
Semana No. 6, Lunes
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía
Pablo * El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
Textos para este día:
Hechos 16,11-15:
En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente salimos
para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de
Macedonia. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos
por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos
sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de
ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba
al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que
aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: "Si estáis
convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa." Y nos obligó
a aceptar.
Juan 15,26-16,4a:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga el Defensor, que os
enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará
testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio
estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán
de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte
pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni
a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo
os lo había dicho."
Homilía
Temas de las lecturas: El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía
Pablo * El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
1. La mujer que abrió la puerta de la fe para Europa
1.1 Ha avanzado un buen trecho del tiempo pascual y es sano recordar que el
primer día de la primera pascua del Nuevo Testamento fueron las mujeres las
primeras en recibir la Buena Nueva, y las primeras también en transmitir su gozo y
su testimonio a los Apóstoles.
1.2 Bueno recordarlo, porque el texto de la primera lectura de hoy nos presenta la
figura discreta pero vigorosa de aquella mujer, Lidia, que abrió la puerta de la fe
para Filipos, ya en Europa. Fue ella quien recibió en su casa a los predicadores del
Evangelio, quien los hospedó con alegría, quien de alguna manera hizo posible el
nacimiento de esa comunidad cristiana que le trajo tanto consuelo y soporte a
Pablo: los filipenses.
1.3 Dios: concédenos aprender de esta mujer sencilla, abierta, humilde, franca y
audaz; que nosotros, a ejemplo de ella, sepamos abrir nuestros hogares a la
predicación, nuestros corazones al Evangelio, y nuestra voz a la proclamación de la
fe que salva. Amén.
2. A la espera del Espíritu
2.1 A partir de esta sexta semana de Pascua la Iglesia quiere que nuestra atención
se concentre cada vez más en la llegada de la Promesa, es decir, el Espíritu de
Dios, el Espíritu Santo.
2.2 No hay mejor camino para enamorarnos del Espíritu Divino que escuchar a
Jesús cómo predica de su presencia, su eficacia y sus dones, y ello es lo que nos
ofrecen los textos del evangelio de hoy y de los días siguientes.
2.3 Al Espíritu, en efecto, se le conoce fundamentalmente por su obra, y sólo
después por su presencia. No está “ante” nosotros como Cristo, sino que percibimos
su efecto en el modo como nos transforma consolándonos, educándonos,
cambiando nuestra voluntad hacia el Bien y el Amor, es decir, para expresarlo de
un modo corto: divinizándonos.
2.4 Hoy Jesús nos enseña que el Espíritu “da testimonio” de él. El Espíritu es el
“Gran Testigo” cuyo testimonio se apodera de nuestro entendimiento induciéndolo
de modo suavísimo y firmísimo a la vez al perfecto asentimiento a la palabra
predicada. Guiados por el susurro de este testimonio interior que nos convence y
fortalece, llegamos a proclamar la fe, con lo cual este Testigo nos hace testigos.
¡Ven, ven Espíritu de Dios, ven Espíritu Santo!