La esperanza no defrauda.
06/06/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: «Ahora sí nos estás hablando
claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no
necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios».
Les contestó Jesús: «¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya
llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin
embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas,
para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor,
porque Yo he vencido al mundo». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor Jesús, tu forma de vencer al mundo ha sido el amor. Te ofrezco mi corazón,
haz aquí tu morada para que ya nunca sea la violencia, el coraje o la ira, mi
reacción ante las contrariedades de la vida.
Petición
Jesús, ante los problemas o el desánimo, que sepa recordar que el camino para
seguirte está resumido en el mandato del amor.
Meditación
«"La esperanza no defrauda afirma el apóstol san Pablo, escribiendo a los
cristianos de Roma, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). La grande e
indefectible esperanza, fundada en la sólida roca del amor de Dios, nos asegura que
la vida de los que mueren en Cristo “no termina, se transforma”; y “al deshacerse
nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo” (Prefacio I de
difuntos). En una época como la nuestra, en la que el miedo a la muerte lleva a
muchas personas a la desesperación y a la búsqueda de consuelos ilusorios, el
cristiano se distingue por el hecho de que pone su seguridad en Dios, en un Amor
tan grande que puede renovar el mundo entero. “Mira que hago un mundo nuevo”
(Ap 21, 5), declara hacia el final del libro del Apocalipsis Aquel que se sienta en
el trono. La visión de la nueva Jerusalén expresa la realización del deseo más
profundo de la humanidad: el de vivir juntos en paz, ya sin la amenaza de la
muerte, sino gozando de la plena comunión con Dios y entre nosotros» (Benedicto
XVI, 3 de mayo, 2010).
Reflexión apostólica
«Los jóvenes del Movimiento, teniendo presente la fuerza que ejerce su propia
juventud en el mundo, y asumiendo la doble responsabilidad que les compete como
apóstoles cristianos y como miembros de la sociedad, han de afirmar su fe y dar
razón de su esperanza en la vida y en lo que le da sentido: la certeza del amor de
Dios. Han de procurar trabajar generosamente para edificar un mundo mejor,
fundado en la libertad, la dignidad y los derechos de cada persona. Ello les exigirá
ser magnánimos, puros, respetuosos y sinceros, y huir de la seducción de las
filosofías del egoísmo, del placer, de la desesperanza o del escepticismo» (Manual
del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 278).
Propósito
Examinar mi convivencia familiar para buscar medios que eliminen situaciones
conflictivas.
Diálogo con Cristo
Señor, permite que pueda seguir tu ejemplo de paz, de caridad, de benevolencia,
de perdón, especialmente con los miembros de mi familia y compañeros de trabajo
o estudios. Tú me has puesto en el mundo para ser testigo de tu amor y lo lograré
si tengo un interés sincero y una actitud de acogida hacia los demás.
«Siempre es mejor salvar la caridad y vencer a base de bondad»
( Cristo al centro, n. 358)