Cristianos en todo momento.
09/06/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre, no sólo te pido por
mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como Tú, Padre, en mí y Yo en ti somos uno, a fin de que
sean uno en nosotros y el mundo crea que Tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que Tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos
uno. Yo en ellos y Tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo
conozca que Tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.
Padre, quiero que donde Yo esté, estén también conmigo los que me has dado,
para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes
de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero Yo sí te conozco y éstos han
conocido que Tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré
dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y Yo también en
ellos». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Jesucristo, gracias por incluirme en tu oración al Padre y por invitarme a reflexionar
si realmente me adhiero a Ti, en el amor a tu Iglesia; si vivo como fiel hijo de ella,
y si la relación con mis hermanos corresponde a ese anhelo de unidad que pides al
Padre.
Petición
Señor, dame la gracia de poder escucharte en esta oración para saber cómo puedo
ser un medio de unión en mi entorno social.
Meditación
"Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo” ( Mt 28, 20).
Aunque esta certeza nos conforte y nos dé paz, no nos exime de salir al encuentro
de los demás. Debemos vencer la tentación de limitarnos a lo que ya tenemos, o
creemos tener, como propio y seguro: sería una muerte anunciada, por lo que se
refiere a la presencia de la Iglesia en el mundo, que por otra parte, no puede dejar
de ser misionera por el dinamismo difusivo del Espíritu. Desde sus orígenes, el
pueblo cristiano ha percibido claramente la importancia de comunicar la Buena
Noticia de Jesús a cuantos todavía no lo conocen.
En estos últimos años, ha cambiado el panorama antropológico, cultural, social y
religioso de la humanidad; hoy la Iglesia está llamada a afrontar nuevos retos y
está preparada para dialogar con culturas y religiones diversas, intentando
construir, con todos los hombres de buena voluntad, la convivencia pacífica de los
pueblos. El campo de la misión ad gentes se presenta hoy notablemente dilatado y
no definible solamente en base a consideraciones geográficas; efectivamente, nos
esperan no solamente los pueblos no cristianos y las tierras lejanas, sino también
los ámbitos socio-culturales y sobre todo los corazones que son los verdaderos
destinatarios de la acción misionera del Pueblo de Dios» (Benedicto XVI, 14 de
mayo de 2010).
Reflexión apostólica
«La Iglesia es, precisamente, la comunidad de los creyentes en Cristo. Dios “quiere
que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” y,
por ello, instituye la Iglesia, como “sacramento universal de salvación, que
manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre”
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 5).
Propósito
Pedir hoy a Jesús Eucaristía por la unidad de los cristianos.
Diálogo con Cristo
Señor, ser cristiano significa vivir la caridad que Cristo vivió. Además hay que
vivirla en todo momento, dentro de la propia casa y en la vida pública, porque lo
contrario es sinónimo de hipocresía. Te pido perdón si mi testimonio ha alejado a
alguien de la Iglesia, y ayúdame para que sea perseverante en mi propósito de vivir
la caridad para que mi ejemplo pueda ayudar a cambiar el ambiente que me rodea.
«Hoy, como en los inicios del cristianismo, la renovación deberá venir de pequeños
grupos de oración y de acción. Como chispas esparcidas por el mundo, capaces de
prender al mundo entero. Pequeños grupos que en el encuentro con Cristo y con el
hermano necesitado de amor, descubren la perla preciosa y viven su cristianismo
de modo convincente y contagioso»
( Cristo al centro , prólogo).