El perdón conduce a unos hacia los otros.
13/06/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ustedes han oído que se dijo: Ojo por
ojo, diente por diente; pero Yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo.
Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te
quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si
alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que
te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda». Palabra del
Señor.
Oración introductoria
Señor mío, quiero ser tu discípulo y misionero y para ello debo devolver por el mal
que reciba, bien. Esto es contrario a lo que el mundo me enseña, por eso recurro
humildemente a ti en esta oración, ven y lléname de tu amor.
Petición
Jesús que vea siempre las cualidades y no los errores de los demás.
Meditación
«Al soplo, al don del Espíritu Santo, el Señor une el poder de perdonar. Hemos
escuchado antes que el Espíritu Santo une, derriba las fronteras, conduce a unos
hacia los otros. La fuerza, que abre y permite superar Babel, es la fuerza del
perdón. Jesús puede dar el perdón y el poder de perdonar, porque él mismo sufrió
las consecuencias de la culpa y las disolvió en las llamas de su amor. El perdón
viene de la cruz; él transforma el mundo con el amor que se entrega. Su corazón
abierto en la cruz es la puerta a través de la cual entra en el mundo la gracia del
perdón. Y sólo esta gracia puede transformar el mundo y construir la paz. […]El
sacramento de la penitencia es uno de los tesoros preciosos de la Iglesia, porque
sólo en el perdón se realiza la verdadera renovación del mundo. Nada puede
mejorar en el mundo, si no se supera el mal. Y el mal sólo puede superarse con el
perdón. Ciertamente, debe ser un perdón eficaz. Pero este perdón sólo puede
dárnoslo el Señor. Un perdón que no aleja el mal sólo con palabras, sino que
realmente lo destruye. Esto sólo puede suceder con el sufrimiento, y sucedió
realmente con el amor sufriente de Cristo, del que recibimos el poder del perdón»
(Homilía del santo padre Benedicto XVI domingo 15 de mayo de 2005solemnidad
de pentecostés).
Reflexión apostólica
«El balance o examen de conciencia del día es un encuentro sincero y confiado con
Dios y con uno mismo. El tema del balance es la vida personal frente a Dios, y su
finalidad es crecer cada día más en la fidelidad a la voluntad de Dios,
particularmente por cuanto se refiere a la vivencia del amor» (Manual del miembro
del Movimiento Regnum Christi , n. 247).
Propósito
Hacer un examen de conciencia al final del día y preparar mi confesión sacramental.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, es inútil pretender crecer en la virtud al margen de los sacramentos.
No permitas que la desorganización personal, la desidia o el descuido me alejen de
la Confesión o de la Eucaristía. Hazme salir de esta oración decidido a alimentarme
constantemente de tu gracia en estos sacramentos, camino seguro para poder
crecer en amor a los demás.
«Paga con caridad la indiferencia, con dulzura la dureza, con perdón la injuria. Ten,
para lograrlo, siempre presente el modelo manso y humilde del Corazón de Cristo»
( Cristo al centro , n. 1337).