Carta del Obispo de Posadas para el domingo 19.06.2011
LA TRINIDAD Y LA CONVIVENCIA:
En este domingo celebramos a la Santísima Trinidad. Si hay algo esencial de nuestra fe
como cristianos es creer que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos en la Trinidad
por la revelación que Jesucristo, el Señor realizo y que leemos en los textos de la Palabra de
Dios. El texto bíblico de este domingo (Jn. 3, 16-18) nos ayuda a ahondar en el misterio
Trinitario revelado por Jesucristo, el Señor: “Porque tanto amo Dios al mundo que dio a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna.” (16)…Es importante que comprendamos la significacin que tiene para nuestra
vida esta verdad que confesamos los cristianos. Dicha confesión trinitaria tiene
consecuencias en nuestra espiritualidad, en la evangelización y hasta en la manera de vivir
y concebir el mundo.
En el documento del episcopado argentino, “Navega mar adentro” , en relación a los
contenidos de la evangelización hay algunos números que reflexionan sobre “la comunión
de la Trinidad, fundamento de nuestra convivencia social”.
Este no es un tema menor y requiere de nuestra reflexión y evaluación en distintos niveles,
tanto como argentinos, en nuestra realidad misionera, y el aporte que realizamos los
cristianos desde nuestras comunidades y personalmente, a nuestra sociedad y cultura.
El mismo contexto cultural nos presenta un tiempo demasiado individualista y
fragmentado, donde priman los intereses particulares y sectoriales sobre el bien común, y la
responsabilidad del ejercicio del compromiso ciudadano.
El texto de “Navega mar adentro” nos dice: “El existir con otros y el vivir juntos, no es el
fruto de una desgracia a la que haya que resignarse, ni un hecho accidental que se deba
soportar, ni siquiera se trata de una mera estrategia para poder sobrevivir. Toda la vida en
sociedad tiene para las personas un fundamento mas hondo: Dios mismo.
La Santísima Trinidad es fuente, modelo y fin de toda forma de comunión humana. A partir
de la comunión trinitaria hemos de recrear los vínculos de toda comunidad: a nivel
familiar, vecinal, provincial, nacional e internacional. En el diálogo y en el intercambio
libre de dones, animados por el amor, se construye el “nosotros” de la comunión
solidaria”. (65).a
Resulta asombroso ver como por un lado crece positivamente la valoración de los derechos
humanos, base de una justa y solidaria convivencia social y por otro se parcializa la
comprensión de los mismos derechos y se cae en la omisión de tantísimas situaciones que
atentan contra la dignidad y la misma “vida humana”.
Este año hemos acentuado en la pastoral desde la Conferencia Episcopal Argentina, el
“Ao de la Vida”. De diversas maneras en nuestra Dicesis vamos realizando una pastoral
que nos permita tener una valoración de la vida en todos sus aspectos: la vida por nacer
desde su concepción, los derechos del niño, su nutrición, educación, señalando la gravedad
del flagelo del alcoholismo y la droga que va sumergiendo en la oscuridad el futuro de
tantísimos jóvenes, la vida digna de las familias, adultos y ancianos. Esto será un aporte
fundamental a una comprensión más integral de los derechos humanos. También podemos
señalar que el trabajo evangelizador en favor “de la vida”, tiene necesarias consecuencias
sociales que recrean nuevos y mejores vínculos de comunión social.
Es cierto que para muchos esto puede parecerles idealista y ni hablar de considerar la
convivencia desde “la dimensin trinitaria”, aún cuando casi todos los actores sociales se
denominen cristianos. En realidad es importante advertir que lo utópico es creer que
podremos mejorar y progresar fundamentados “solamente” en aspectos pragmáticos y
eficientistas que omitan algunos valores y la cuestión ética.
Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo.
Juan Rubén Martínez.