Solemnidad de Corpus Christi - Ciclo A
R.P. Carlos Miguel Buela, IVE.
“Contiene”
[a] Cristo, que es el Santo de los Santos » .
Santo Tomás
Santo Tomás utiliza más de 100 veces la palabra
latina continet (contiene) y sus derivados. Con esta insistencia indica
claramente la diferencia sustancial que hay entre la Eucaristía y los
demás sacramentos. La Eucaristía contiene a Cristo.
La Eucaristía contiene algo sagrado absoluto: Cristo mismo. «El
sacramento se llama así porque contiene algo sagrado. Algo puede ser
sagrado de dos modos: en absoluto y por relación a otra cosa, y ésta
es precisamente la diferencia que hay entre la Eucaristía y los otros
sacramentos que tienen materia sensible: mientras ella contiene en
absoluto algosa grado, a Cristo mismo, el agua del Bautismo contiene
algo sagrado por relación a otro, que es la virtud de santificar; y lo
mismo sucede con el crisma y con los demás».
Se llama “Eucaristía”, es decir “buena gracia”, sea porque “la gracia
de Dios es la vida eterna” [Ro 6,23] ; sea porque realmente contiene a
Cristo, que es “lleno de gracia” [Jn
1,14] ».
Se llama «hostia» porque contiene a Cristo: «Este sacramento se
llama “sacrificio” por representar la misma pasin de Cristo, y
“hostia”, porque contiene a quien es “hostia de suavidad”, en frase del
Apóstol [Ef
5,2] » .
El que esté Cristo mismo sucede realmente : «No se puede percibir a
partir de los sentidos que estén en el sacramento el verdadero Cuerpo
y la Sangre de Cristo, sino por la sola fe,que se apoya en la autoridad
divina. Por eso, sobre lo de San Lucas [22,19] : “Esto es mi Cuerpo,
que se ha de entregar por vosotros”, dice San Cirilo: “No dudes que
sea verdad; antes bien recibe en la fe las palabras del Salvador, pues,
siendo la Verdad, no miente”.
Y esto es conveniente, primero, en la perfección de la Nueva Ley.
Pues los sacrificios de la Vieja Ley contenían sólo en figura el único
verdadero sacrificio de la pasin de Cristo, porque “sombra era la ley
de futuros bienes, no realidad de las cosas” [He 10,1] , y convino por lo
tanto que tuviera algo más el sacrificio de la Ley Nueva, instituido por
Cristo; es decir que contuviera al mismo Cristo que ha
padecido [Christus passus], en realidad de verdad y no tan sólo en
significado
o
figura» .
Es lo que debemos considerar primero y principalmente al
considerar su efecto en el hombre: «El efecto de este sacramento se
debe considerar primera y principalmente por razón de lo que
contiene, que es Cristo, quien, así como cuando vino visiblemente al
mundo le trajo la vida de la gracia, según aquello: “La gracia y la
verdad vinieron por Jesucristo” [Jn1,17] , así también, viniendo al
hombre sacramentalmente, obra en él la vida de la gracia, a tenor de
aquello de “quien me coma vivirá por mí” [Jn 6,58] . Por eso dice
también San Cirilo: “El Verbo vivificante de Dios, al unirse a su propia
carne, la tornó vivificante también. Convenía que se uniera Él a
nuestros mismos cuerpos por medio de su Carne sagrada y de su
preciosa Sangre, tomados mediante la bendición vivificadora del pan y
del
vino” .
En este sacramento-sacrificio Cristo tiene un poder infinito: «el poder
de Cristo contenido aquí es infinito .
Contiene el máximo bien: «Este sacramento, puesto que contiene a
Cristo,
de
los
bienes
más
grandes» .
Por ello, gran reverencia se le debe «al sacramento que contiene a
Cristo
y
no
sólo
en
figura».
Conteniendo a Cristo, lleva a la gloria del cielo: «En este sacramento
se puede considerar tanto aquel de quien procede el efecto, el mismo
Cristo en él contenido, cuanto su pasión representada []. Por las dos
cosas compete al sacramento conducir a la consecución de la gloria.
Cristo con su pasin nos abri las puertas de la vida eterna: “Es
mediador del Nuevo Testamento, para que, interviniendo su muerte,
reciban los llamados la herencia eterna prometida” [He 9,15] ; por lo
que en la misma forma del sacramento se dice: “Éste es el cáliz de mi
Sangre, del Nuevo y Eterno Testamento” .
Y Cristo está allí contenido para ser comida espiritual:
«Cristo no está en este sacramento en especie propia, sino en especie
sacramental. Comerlo espiritualmente puede ser dedos
modos []. Otra manera de tomarlo espiritualmente es tomarlo bajo
las especies sacramentales, creyendo en Él con el deseo de recibirlo
sacramentalmente. Esto no es sólo recibir espiritualmente a Cristo,
sino también recibir espiritualmente el sacramento. Y los ángeles no lo
pueden hacer. Por eso, aunque tomen espiritualmente a Cristo, no
pueden
espiritualmente
el
sacramento» .
es
realmente
tomar
Fue conveniente que se instituyese en la última Cena para estar en el
sacramento: «En primer lugar, por razón de lo queen cierra: contiene
al mismo Cristo que está sacramentado en la Eucaristía. []. De aquí
que diga Eusebio: “Pues el Cuerpo asumido había de arrebatarse a sus
ojos y subir al cielo, se imponía consagrara para nosotros en el día de
la Cena el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, para que siempre
fuera adorado en misterio el que se ofrecía una vez en precio” . «En
segundo lugar, porque, como dice el Apóstol, nunca hubo salvación
sin fe en la pasin de Cristo:“A quien hizo Dios propiciacin por la fe
en su Sangre” [Ro3,25] . Por eso convino que hubiera en todo tiempo
algo que representase ante los hombres la pasión del Señor. En el
Antiguo Testamento, el principal sacramento era el cordero pascual.
Según el Apstol, “Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado” [1Cor
5,7] ; en el Nuevo Testamento sucedió al cordero el sacramento de la
Eucaristía, que es memorial de la pasión pasada, como aquél fue
figura de la futura. Así fue conveniente que, llegando la pasión y
celebrado el sacramento antiguo, instituyera el nuevo, como dice el
papa León» .
Está Cristo entero, todo: «por virtud del sacramento se contiene bajo
la especie del pan no sólo la carne, sino todo el Cuerpo de Cristo con
sus huesos, nervios, etc. »; « en este sacramento se contiene todo
Cristo» .
Es el sacramento de la pasión, porque contiene al Christus
passus : «La Eucaristía es el sacramento perfecto de la pasión del
Seor, por cuanto contiene a Cristo en cuanto la ha padecido ; «En
cuanto al Cristo que ha padecido [Christus passus] , que es lo que se
contiene en él convino que tuviera algo más el sacrificio de la
Ley Nueva, instituido por Cristo; es decir que contuviera al mismo
Cristo que ha padecido [ipsum passum] en realidad de verdad y no
tan
en
significado
o
figura» .
Se hace presente por conversión: «Cristo empieza a estar en el
sacramento por la conversión del pan y del vino» .
De ahí que afirmemos que es el sacramento en que «se contienen
verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y la Sangre, juntamente
con el alma y la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo y, por ende,
Cristo entero .
“Sacramento y Sacrificio”
«La comunión pertenece a la razón de sacramento;
la oblación, a la de sacrificio».
Santo Tomás
sólo
En este capítulo veremos cómo Santo Tomás entiende la Eucaristía
como sacramento y como sacrificio . Y lo haremos leyendo y
comentando algunos textos de la Suma Teológica , de tal manera que
los vayamos penetrando y viendo poco apoco más luz.
En el tratado de Eucharistia unas cincuenta veces usa la palabra
«sacrificio».
Podemos organizar los textos que he seleccionado en tres grupos, que
serán los tres puntos a desarrollar:
1. ¿Qué es lo que distingue el sacramento del sacrificio eucarístico?;
2. Aquellos textos en los cuales se ve cómo se iluminan mutuamente:
porque en la mente de Santo Tomás no son compartimentos estancos,
sino que es la misma realidad de la Eucaristía que es sacramento y es
sacrificio;3. En tercer lugar, y es importante recalcarlo, en qué
momento, según Santo Tomás, se realiza el sacramento y en cuál se
realiza el sacrificio.
1. ¿Qué los distingue?
Comenzamos con uno de los textos de la Suma Teológica donde Santo
Tomás hace esta distinción básica para la comprensión de lo que
sigue: « [La Eucaristía] es simultáneamente sacrificio y sacramento – e
inmediatamente da la razón por la cual es una cosa y la otra –; tiene
razón de sacrificio en cuanto se ofrece, y tiene razón de sacramento
en cuanto es recibido». Hasta aquí este texto crucial para todo el
tratado y para la comprensión de esta realidad tan misteriosa que es
la Eucaristía. La misma es sacramento porque lo esencial del
sacramento es la santificación del hombre, pero es también sacrificio,
porque lo esencial del sacrificio es la glorificación de Dios. Como
sacramento, la Eucaristía es una realidad permanente, como sacrificio
es una actio transeuns , como dicen los teólogos.
Más adelante vuelve a insistir, recordando lo que había dicho: «como
hemos dicho, este sacramento no sólo es sacramento, sino también es
sacrificio».
Y en la respuesta a la dificultad primera, donde hace una comparación
con los otros sacramentos, con respecto a la Eucaristía responde
Santo Tomás muy brevemente: «Este sacramento tiene por sobre los
demás el hecho de que es sacrificio» . Por lo tanto es más excelente
que
demás.
Un poco más adelante trata Santo Tomás una cuestión muy
interesante, y también muy actual hoy en día, sobre si el sacerdote
tiene que comulgar en la Santa Misa, y respondiendo cita como
argumento de autoridad el Concilio de Toledo. Pero apenas comienza
los
con el cuerpo del artículo retoma nuevamente la idea que
señalábamos antes: «Debe decirse, como hemos ya dicho, que la
Eucaristía no sólo es sacramento, sino también sacrificio». Y es
entonces desde esta perspectiva que dará las razones por las cuales el
sacerdote debe comulgar siempre en la Misa: «Todo el que ofrece un
sacrificio debe hacerse partícipe de él, porque, como dice San Agustín,
el sacrificio que exteriormente ofrece es signo del interior por el que
alguien se entrega a sí mismo a Dios. Por el hecho de que participa
del sacrificio, muestra que el sacrificio interior se refiere a él mismo.
Además, al distribuir a los fieles el sacrificio muestra que él mismo es
dispensador de lo divino al pueblo. [] Y por eso él debe recibirlo
primero
antes
de
darlo
al
pueblo.
[] “¿Qué sacrificio sería aquél del que ni siquiera quien sacrifica se
reconoce partícipe?” . Por eso la comunión es parte integrante del
sacrificio, no es esencial como dicen algunos, pero es parte integrante
realmente . Y no puede darse íntegramente el sacrificio si no hay
comunión, tiene quedarse para que haya signo pleno: «Se hace
partícipe cuando come de él, conforme a lo que dice el Apóstol:
“¿acaso los que comen de las víctimas no son partícipes del
altar?” [1Cor10,18]. Es necesario entonces que el sacerdote, cada vez
que consagra, tome íntegramente el sacramento».
Es hermoso ver cómo es la mente de Santo Tomás: es una cosa muy
particular. No solamente lo descubrimos a partir del orden que se
puede ver en las cuestiones que va tratando, o en el orden de los
artículos de cada cuestión, sino que vemos su genialidad en cómo va
llevando un hilo de pensamiento a través de las distintas cuestiones y
artículos, en el cual no se contradice nunca, estableciendo una
armonía perfecta en un tema dificilísimo como es el misterio de la
Eucaristía. San Buenaventura dirá: «inter sacramenta cetera est
difficillimum ad credendum, immo inter credibilia» («entre los
sacramentos es el más difícil de creer, e incluso entre todas las cosas
que
debemos
creer» ) .
En la respuesta a la 1ª dificultad del mismo artículo, cuando afronta el
tema de la relación con el crisma (y por tanto con cualquier otra
materia de los otros sacramentos) dice Santo Tomás: «la
consagración del crisma o de cualquier otra materia no es sacrificio,
como lo es la consagración de la Eucaristía» .
En la cuestión siguiente Santo Tomás está haciendo una especie de
catequesis sobre la celebración de la Eucaristía, y va a decir en el
cuerpo del artículo: «Una vez preparado e instruido el pueblo [y luego
de la preparación de los dones en el ofertorio] , llega la celebración del
misterio que se ofrece como sacrificio y se consagra y se toma como
tomándolo
sacramento [y explica esto maravillosamente]: primeramente se lleva
a cabo el ofertorio; en segundo lugar la consagración de la materia
ofrecida; y en el tercero la recepción de la misma. Con respecto a lo
primero se hacen dos cosas: la alabanza del pueblo [] y la oración
del sacerdote que pide que la oblación del pueblo sea aceptada [] .
Con respecto a la consagración, que se realiza por virtud sobrenatural,
primero excita en el prefacio a la devoción del pueblo invitándolo a
que levante los corazones al Señor», porque solamente con los
corazones levantados a Dios se puede comprender esa acción divina
por excelencia que es el sacrificio de la cruz. Es lo que expresa
también en la respuesta a la tercera dificultad, donde cita a San
Cipriano: «El sacerdote, antes del prefacio, prepara el alma de los
hermanos, diciendo “Levantemos el corazn”, para que respondiendo
el pueblo “Lo tenemos levantado hacia el Seor”, sepa que no debe
pensar en otra cosa más que en Dios» .
2. Cómo mutuamente se iluminan
He elegido sólo dos textos para ver cómo se iluminan mutuamente el
sacramento con el sacrificio y el sacrificio con el sacramento, porque
van
unidos.
En la cuestión 79, artículo 7, la repuesta a la tercera dificultades
realmente muy hermosa: «La comunión pertenece a la razón de
sacramento, la oblación a la de sacrificio. Por eso, del hecho de que
alguno (o incluso muchos) tome el Cuerpo de Cristo, no se sigue que
reciban los demás ayuda alguna. Y asimismo, aunque el sacerdote
consagre muchas hostias en una Misa, no crece por ello el efecto del
sacramento, porque no hay sino un solo sacrificio, y no hay más
virtud en muchas hostias consagradas que en una, ya que, sea en
todas o en cada una, no hay otra cosa que Cristo todo entero. Por
eso, tampoco si consume alguien en una Misa muchas hostias
consagradas tendrá mayor parte en el efecto del sacramento. En
cambio en múltiples Misas se multiplica la oblación sacrificial, y así se
multiplica el efecto del sacrificio y del sacramento». Es untema que se
podría aún desarrollar, son todas enseñanzas que valen meditaciones
enteras.
Respondiendo a la primera dificultad del primer artículo de la q. 83,
cita Santo Tomás a San Ambrosio, en un texto muy conocido por
todos nosotros: San Ambrosio dice: “La hostia”, que Cristo ofreci y
que ofrecemos nosotros, “es una y la misma, y no muchas. Una vez
para siempre se ofreció Cristo, y este sacrificio es imitación de aquél.
Así como, sea donde sea que se ofrece, el Cuerpo es uno y no
muchos, así también es uno el sacrificio”.
Pablo VI enseña: Sacrificio y Sacramento pertenecen al mismo
indisolublemente
misterio y no se puede separar el uno del otro. El Señor se inmola de
manera incruenta en el Sacrificio de la Misa, que representa el
Sacrificio de la Cruz y nos aplica su virtud salvadora, cuando por las
palabras de la consagración comienza a estar sacramentalmente
presente, como alimento espiritual de los fieles, bajo las especies de
pan
y
vino».
Por eso se nos enseña en el Catecismo de la Iglesia Católica : «La Misa
es, a la vez e inseparablemente, el memorial sacrificial en que se
perpetúa el sacrificio de la cruz, y el banquete sagrado de la comunión
en
Cuerpo
y
la
Sangre
del
Señor».
El Compendio lo ve en el símbolo del altar: «El altar es el símbolo del
mismo Cristo, presente como víctima sacrificial (altar-sacrificio de la
Cruz) y como alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa
eucarística)» .
3. Momento en que se realiza
La oblación del sacrificio se realiza en el momento de la consagración
de la Eucaristía, como hemos visto en el texto apenas citado de Pablo
VI.
Es el momento de la plenitud de la realización del verbo ser, rey de
los verbos: « Es mi Cuerpo será entregado. Es el cáliz de mi
Sangre será derramada Éste es el misterio dela fe». En ese
momento «se une la palabra al elemento y se produce el
sacramento» , como dice San Agustí n . Y « las palabras [hacen] sólo lo
significado».
Es el momento de verbos a borbotones: allí, en ese preciso momento,
se hace presente una cascada de verbos: consagrar, transustanciar
(el pan y el vino), poder (por parte de Dios),inmolar (la Víctima),
sacrificar, oblar, ofrecer, perpetuar (el memorial del sacrificio de la
Cruz), obrar ( in Persona Christi ), presencializar, actualizar,
rememorar, renovar, demostrar, profetizar, entregar, derramar,
propiciar, impetrar, representar, memorar, aplicar, consumar,
aceptar el rey de los verbos nos lleva como de la mano al Verbo
Rey, al que es Rey de reyes y Señor de señores [Ap 19,16], al Ipsum
esse subsistens .
Por ser verbo del mismo Verbo: «La consagración se hace con las
palabras y frases del Señor Jesús [] , la palabra de Cristo hace el
Sacramento» .
El que sea sacrificio tiene también consecuencias pastorales:
«La oportunidad de ofrecer el sacrificio no se juzga sólo por relación a
los fieles, [] sino también, y principalmente, por relación a Dios, a
el
quien
se
ofrece
el
sacrificio
al
consagrar».
Es uno de los temas discutidos hoy en día: «Si no hay pueblo no se
celebra la Eucaristía». ¡Necios! La Misa que se ofrece se ofrece a Dios,
y se aprovecha el pueblo. Si el pueblo está, ciertamente aprovecha
más el pueblo que está. Pero si no está el pueblo, aprovecha el pueblo
también, porque se ofrece por todo el pueblo, por eso estrictamente
no
hay
Misa
sin
pueblo.
Siempre está el pueblo, aunque no esté presente corporalmente.
Además la Misa que se ofrece a Dios tiene un valor infinito, porque
siempre se ofrece a Dios, porque es sacrificio. Aquellos que han
perdido el valor de la Misa como sacrificio no celebran Misa si no está
el pueblo, porque sólo es importante cuando está el pueblo ¡como si
fuese el pueblo el que da el valor a la Misa! Cuando la Misa
es principalmente importante por su relación a Dios, a quien se ofrece
el
sacrificio
al
consagra r .
En otra parte nos recuerda el Angélico: «Los demás sacramentos se
confeccionan cuando se administran, pero éste se hace con la
consagración de la Eucaristía, en la cual se ofrece el sacrificio a Dios,
al que el sacerdote está obligado por la ordenación que ha
recibido» 61. Y cita ese texto de la Escritura, del libro de los Macabeos
(2Mac 4,14), referido a nosotros los sacerdotes y hoy día aplicable a
tantos: «por eso lamenta la Escritura el proceder de ciertos
sacerdotes que “al despreciar el Templo y los sacrificios no
entendían ya en el oficio del altar”» .
( Buela, C. , Pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación, EDIVI,
Segni (Roma), 2006, p. 29-35; 51-60) (Todos los derechos
reservados)
In IV Sent., d. 9, q. 1, a. 3A [sol. I]: ipse Christus, qui est Sanctus
Sanctorum. Lo encerrado entre corchetes siempre es nuestro.
S. Th., III, 73, 1, ad 3: «Sacramentum dicitur ex eo quod continent
aliquid sacrum. Potest autem aliquid esse sacrum dupliciter, scilicet
absolute, et in ordine ad aliud. Haec est autem differentia inter
Eucharistiam et alia sacramenta habentia materiam sensibilem, quod
Eucharistia continent aliquid sacrum absolute, scilicet ipsum Christum,
aqua vero Baptism icontinet aliquid sacrum in ordine ad aliud, scilicet
virtutem ad sanctificandum, et eadem ratio est de chrismate et
similibus».
S. Th., III, 73, 4, c.: «Et secundum hoc etiam dicitur Eucharistia, idest
“bona gratia”, quia “gratia Dei est vita aeterna”, ut dicitur Rom.
VI,[23]; vel quia realiter continet Christum, qui est plenus gratia».
S. Th., III, 73, 4, ad 3: «Hoc sacramentum dicitur sacrificium,
inquantum repraesentat ipsam passionem Christi. Dicitur autem
hostia, in quantum continent ipsum Christum, qui est “hostia
suavitatis”, ut dicitur Ephes. V,[2].
S. Th., III, 75, 1, c.: «Quod verum Corpus Christi et Sanguinem esse
in hoc sacramento, non sensu deprehendi potest, sed sola fide, quae
auctoritati divinae innititur. Unde super illud Luc. XXII,[19] “hoc est
Corpus meum quod pro vobis tradetur”, dicit Cyrillus, “non dubites an
hoc verum sit, sed potius suscipe verba Salvatoris in fide, cum enim
sit veritas, non mentitur”. Hoc autem conveniensest, primo quidem,
perfectioni Novae Legis. Sacrificia enim Veteris Legis illud verum
sacrificium passionis Christi continebant solum in figura, secundum
illud Heb. X,[1] “umbram habens lex futurerum bonorum, non ipsam
rerum imaginem”. Et ideo oportuit ut aliquid plus haberet sacrificium
Novae Legis a Christo institutum, ut scilicet contineret ipsum passum,
non solum in significatione vel figura, sedetiam in rei veritate».
S. Th., III, 79, 1, c.: «Effectus huius sacramenti debet considerari,
primo quidem et principaliter, ex eo quod in hoc sacramento
continetur, quod est Christus. Qui sicut, in mundum visibiliter veniens,
contulit mundo vitam gratiae, secundum illud Ioan. I,[17] “gratia et
veritas per Iesum Christum facta est”; ita, in hominem
sacramentaliter veniens, vitam gratiae operatur, secundum illud Ioan.
VI “qui manducat me, vivit propter me”. Unde et Cyrillus dicit [In Lc
23,19: PG 72,92], “vivificativum Dei Verbum, uniens seipsum propriae
carni, fecit ipsam vivificativam. Decebat ergo eum nostris
quodammodo uniri corporibus per sacram eius Carnem et pretiosum
Sanguinem, quae accipimus in benediction vivificativa per sacram eius
Carnem et pretio sum Sanguinem, quae accipimus in benediction
vivificativa in pane et vino”.
S. Th., III, 79, 5, ob. 3: «Cum virtus Christi, quae in hoc sacramento
continetur, sit infinita».
S. Th., III, 80, 4, ob. 3: «Hoc sacramentum, cum in se Christum
contineat,est de maximisbonis».
S. Th., III, 83, 3, c.: «Aliudautempertinet ad
reverentiamhuiussacramenti,in quo
Christussecundumveritatemcontinetur, et non solumsicutin figura».
S. Th., III, 79, 2, c.: «In hoc sacramentopotestconsiderari et id ex
quo habeteffectum, scilicet ipse Christuscontentus, et
passioeiusrepraesentata []. Et quantum ad
utrumquecompetithuicsacramento quod causetadeptionem vitae
aeternae. Nam ipse Christus per suampassionemaperuitnobisaditum
vitae aeternae, secundumillud Heb. IX, “Novi Testamenti mediator
est, ut, morteintercedente, qui
vocatisuntaccipiantrepromissionemaeternaehereditatis”. Unde et in
forma huiussacramentidicitur, “hic est calix Sanguinismei Novi et
AeterniTestamenti”.
S. Th., III, 80, 2, c.: «In hoc sacramentocontinetur ipse Christus, non
quidem in specie propria, sed in specie sacramenti. Dupliciter ergo
contingitmanducarespiritualiter [].
Aliomodocontingitspiritualitermanducare Christum proutest sub
speciebushuiussacramenti, inquantum scilicet aliquis credit in
Christum cum desideriosumendi hoc sacramentum. Et hoc non
solumestmanducare Christum spiritualiter,
sedetiamspiritualitermanducare hoc sacramentum. Quod non competit
Angelis. Et ideoAngeli, etsispiritualitermanducent Christum, non
convenittameneisspiritualitermanducare hoc sacramentum».
8. S. Th., III, 73, 5, c.: «Primo quidem,
rationecontinentiaehuiussacramenti. Contineturenim ipse Christus in
Eucharistiasicut in sacramento []. Unde Eusebius dicit, “quia Corpus
assumptumablaturuserataboculis et illaturussideribus, necesseeratut
die cenaesacramentumCorporis et Sanguinis sui consecraretnobis,
utcolereturiugiter per mysterium quod semelofferebatur in pretium”.
Cfr. GRATIANUM, Decretum, P. III De cons., dist. 2, can. 35 Quia
corpus; PS.-HIERON., ep. 38 Homil. De Corp. et Sang.Christi: PL
30,281; PS.-ISIDORUM, Sermones, serm. 4: PL 83, 1225.
S. Th., III, 73, 5, c.: «Primo quidem, ratione continentiae huius
sacramenti.Continetur enim ipse Christus in Eucharistia sicut in
sacramento[]. Unde Eusebius dicit, “quia Corpus assumptum
ablaturus erat ab oculis et illaturus sideribus, necesse erat ut die
cenae sacramentum Corporis et Sanguinis sui consecraret nobis, ut
coleretur iugiter per mysterium quod seme lofferebatur in pretium”».
Cfr. GRATIANUM, Decretum, P. III De cons.,dist. 2, can. 35 Quia
corpus; PS.-HIERON., ep. 38 Homil. De Corp. et Sang.Christi: PL
30,281; PS.-ISIDORUM, Sermones, serm. 4: PL 83,1225.
S. Th., III, 73, 5, c.: «Secundo, quia sine fide passionis Christi
nunquam potuitesse salus, secondum illud Rom. III “quem proposuit
Deus propitiatorem per fidem in Sanguine ipsius”. Et ideo
oportuitomni tempore apud hominess esse aliquod repraesentativum
Dominicae passionis. Cuius in Veteri quidem Testamento praecipuum
sacramentum erat agnus paschalis, unde et Apostolus dicit, I Cor. V,
“Pascha nostrum immolates est Christus”. Successit autem ei in Novo
Testamento Eucharistiae sacramentum, quod est rememorativum
praeteritae passionis, sicut et illud fuit praefigurativum futurae. Et
ideo conveniens fuit, imminente passione, celebrato priori
sacramento, novum sacramentum instituere, ut Leo Papa dicit
[Sermones, serm. 58, c. 1: PL 54,332] ».
S. Th., III, 76, 1, ad 2: «ex vi sacramenti sub hoc sacramento
continetur, quantum ad species panis, non solum caro, sed totum
Corpus Christi, idest ossa et nervi et alia huiusmodi».
S. Th., III, 76, 8, ob. 2: «in hoc sacramento totus Christus
continetur»;80, 10, ob. 3; 80, 12, ad 3; 83, 4, ad 5.
».S. Th., III, 73, 5, ad 2: «Eucharistia est sacramentum perfectum
Dominicae passionis, tanquam continens ipsum Christum passum».
S. Th., III, 73, 6, c.: «Quantum autem ad ipsum Christum passum,
qui continetur in hoc sacramento.
S. Th., III, 75, 1, c.: «Et ideo oportuit ut aliquid plus haberet
sacrificium Novae Legis a Christo institutum, ut scilicet contineret
ipsum passum, non solum in significatione vel figura, sed etiam in rei
veritate».
S. Th., III, 76, 1, ob. 1: «Christus enim incipit esse in hoc sacramento
per conversionem panis et vini».
CONCILIO DE TRENTO: «in sanctissimae Eucharistiae sacramento
contineri vere, realiter et substantialiter, Corpus et Sanguine muna
cum anima et divinitate Domini nostri Iesu Christi ac pro inde totum
Christum (DH 1651).
S. Th., III, 79, 7, ad 3: «Sumptio pertinet ad rationem sacramenti,
sed oblation pertinet ad rationem sacrificii».
S. Th., III, 79, 5, c.: «Respondeo dicendum quod hoc sacramentum
simul est et sacrificium et sacramentum, sed rationem sacrificii habet
in quantum offertur; rationem autem sacramenti inquantum sumitur».
S. Th., III, 79, 7, c.: «sicut prius dictum est [a.5], hoc sacramentum
non solum est sacramentum, sed etiam est sacrificium».
S. Th., III, 79, 7, ad 1: quod hoc sacramentum praealiis habet
quod est sacrificium».
S Th., III, 82, 4, c.: «Quicumque autem sacrificium offert, debet fiery
sacrificii particeps. Quia exterius sacrificium quod offert, signum est
interioris sacrificii quo quis seipsum offert Deo, ut Augustinus dicit, X
De Civ. Dei S. Th., III, 82, 4, c.: «Respondeo dicendum quod, sicut
supra dictum est [q.79, a.5 et 7], Eucharistia non solum est
sacramentum, sed etiam sacrificium».
S Th., III, 82, 4, c.: per hoc autem fit particeps quod de sacrificio
sumit, secundum illud Apostoli, I Cor. X, [18], “nonne qui edunt
hostias, participles sunt altaris?”. Et ideo necesse est quod sacerdos,
quotiescumque consecrat, sumat hoc sacramentum integre».. S Th.,
III, 82, 4, c.: «Quicumque autem sacrificium offert, debet fiery
sacrificii particeps. Quia exterius sacrificium quod offert, signum est
interioris sacrificii quo quis seipsum offert Deo, ut Augustinus dicit, X
De Civ. Dei[c. 5: PL 41,282; c. 6: PL 41,283]. Unde per hoc quod
participat sacrificio, ostendit ad se sacrificium interius pertinere.
Similiter etiam per hoc quod sacrificium populo dispensat, ostendit se
esse dispensatorem divinorum populo. [] Et ideo ipse ante sumere
debet quam populo dispenset. [] “Quale est sacrificium cui nec ipse
sacrificans particeps esse dignoscitur?”.
S. Th., III, 82, 4, c.: per hoc autem fit particeps quod de sacrificio
sumit, secundum illud Apostoli, I Cor. X, [18], “nonne qui edunt
hostias, participles sunt altaris?”. Et ideo necesse est quod sacerdos,
quotiescumque consecrat, sumat hoc sacramentum integre».
In IV Sent., d. 8, pars 1, a. 1, q. 1: «Istud sacramentum
praefiguratum est, et praefigurari debuit tum ratione suae dignitatis,
tum ratione difficultatis []. Ratione difficultatis, quia hoc inter
sacramenta cetera est difficillimum ad credendum, immo inter
credibilia: ideo debuerunt homines ad hoc assue fiery quadam
figurarum manuductione», en Opera Theologica Selecta, ed. minor, t.
IV: Liber IV Sententiarum, Firenze 1949, p. 168. ».
S. Th., III, 82, 4, ad 1: «Consecratio chrismatis, vel cuiuscumque
alterius materiae, non est sacrificium, sicut consecration
Eucharistiae».
S. Th., III, 83, 4, c.: «Sic igitur populo praeparato et instructo,
acceditur ad celebrationem mysterii. Quod quidem et offerturut
sacrificium, et consecrator et sumitur ut sacramentum, primo enim
per agitur oblatio; secundo, consecration materiae oblatae; tertio,
perception eiusdem. Circa oblationem vero duo aguntur, scilicet laus
populi []; et oratio sacerdotis, qui petit ut oblatio populi sit Deo
accepta []. Deinde, circa consecrationem, quae supernaturali virtute
agitur, primo excitatur populus ad devotionem in praefatione, unde et
monetur sursum corda habere ad Dominum».
De Orat. Domin., c. 31: PL 4,557: «sacerdos, praefatione prae missa,
parat fratrum mentes, dicendo, “sursum corda”, ut, dum respondet
plebs, “habemus ad Dominum”, ad moneatur nihil aliud se cogitare
quam Deum»
S. Th., III, 79, 7, ad 3: «Sumptio pertinet ad rationem sacramenti,
sed oblation pertinet ad rationem sacrificii. Et ideo ex hoc quod aliquis
sumit Corpus Christi, vel etiam plures, non accrescitaliis aliquod
iuvamentum. Similiter etiam neque ex hoc quod sacerdos plures
hostias consecrat in unaMissa, non multiplicatur effectus huius
sacramenti, quia non est nisi unum sacrificium, nihil enim virtutis plus
est in multis hostiis consecratis quam in una, cum sub omnibus et sub
una non sit nisi totus Christus. Unde nec si aliquis simul in una Missa
multas hostia sconsecratas sumat, participabit maioremeffectum
sacramenti. In pluribus vero Missis multiplicatur sacrificii oblatio. Et
ideo multiplicatur effectus sacrificii et sacramenti».
S. Th., III, 83, 1, ad 1: «Ambrosius ibidem dicit [cfr. Gratianum,
Decretum, P. III De cons., d.2, can. 53 in Christo semel], “una est
hostia”, quam scilicet Christus obtulit et nos offerimus, “et non
multae, quia semel oblates est Christus, hoc autem sacrificium
exemplum est illius. Sicut enim quod ubique offertur unum est Corpus
et non multa corpora, ita et unum sacrificium”.
Carta encíclica Mysterium fidei (3-9-1965), 35: Sacrificium et
Sacramentum, ad idem mysterium pertineat et alterum ab altero
separari non possit. Tunc Dominus incruente immolatur in Sacrificio
Missae, Crucis sacrificium repraesentante et virtutem eius salutiferam
applicante, cum per consecrationis verba sacramentaliter incipit
praesens adesse, tam quam spiritualis fidelium alimonia, sub
speciebus panis et vini» (en AAS 57 [1965] en Enchiridion delle
Encicliche, EDB, Bologna 1994, v. 7, n. 878
Catechismus Catholicae Ecclesiae, n. 1382: «Missa simul et
inseparabiliter sacrificale est memoriale in quo crucis perpetuator
Sacrificium, et sacrum convivium Communionis Corporis et Sanguinis
Domini».
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 288.
Super Io., Trat. 80, super 15,2; PL 35,1840: «Accedit verbum ad
elementum, et fit sacramentum».
S. Th., III, 77, 1, c.: «Quia verba consecrationis hoc non significant;
quae tamen non efficiunt nisi significatum».
Cfr. S. Th., I, 3, 4.
SAN AMBROSIO, De sacramentis, L. 4, c. 4: PL 16,459; cfr. S. Th.,
III, 78, 1, sc.: «Consecratio fit verbis et sermonibus Domini Iesu.
Nam per reliqua omnia quae dicuntur, laus Deo defertur, oration
petitur pro populo, pro regibus, pro ceteris. Ubi autem sacramentum
conficitur, iam non suis sermonibus sacerdos utitur, sed utitur
sermonibus Christi. Ergo sermo Christi hoc conficit sacramentum».
S. Th., III, 82, 10, c.: «Opportunitas autem sacrificium offerendi non
solum attenditur per comparationem ad fideles Christi, [] sed
principaliter per comparationem ad Deum, cui in consecration huius
sacramenti sacrificium offertur».
S Th; III, 82, 10, c: « Alia sacramenta perficiuntur in usu fidelium. Et
ideo in illis ministrare non tenetur nisi ille qui super fideles suscipit
curam. Sed hoc sacramentum perficitur in consecration Eucharistiae,
in qua sacrificium Deo offertur, ad quod sacerdos obligatur ex ordine
iam suscepto».
S Th. III, 82, 10, c: « Et hinces quod II Machab. IV, [14]. Dicitur
contra quosdam sacerdotes quod “ iam non circa altaris official dediti
erant, contempto et sacrificiis neglectis” .