Cristo quiere encontrarse con el hombre y llevarle la vida de Dios.
23/06/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del
cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es
mi carne para que el mundo tenga vida”.
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a
comer su carne?”
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no
beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi
carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha
enviado, posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus
padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”. Palabra del
Señor.
Oración introductoria
Jesús, ¿qué puedo hacer por ti? Me has dado todo y en la Eucaristía me confirmas
que tu amor es ilimitado. Quiero corresponderte, quiero ser fiel, por eso te ruego
me ilumines porque sólo tu gracia hará eficaz esta meditación.
Petición
Señor, que me dé cuenta que necesito de tu gracia.
Meditación
«La Eucaristía constituye el "tesoro" de la Iglesia, la valiosa herencia que su Señor
le ha legado. Y la Iglesia la custodia con el máximo cuidado, celebrándola
diariamente en la santa misa, adorándola en las iglesias y en las capillas,
distribuyéndola a los enfermos y, como viático, a cuantos parten para el último
viaje. […] Por eso la fiesta del Corpus Christi se caracteriza de modo particular por
la tradición de llevar el santísimo Sacramento en procesión, un gesto denso de
significado. Al llevar la Eucaristía por las calles y las plazas, queremos introducir el
Pan bajado del cielo en nuestra vida diaria; queremos que Jesús camine por donde
caminamos nosotros, que viva donde vivimos nosotros. Nuestro mundo, nuestra
existencia debe transformarse en su templo. En este día la comunidad cristiana
proclama que la Eucaristía es todo para ella, es su vida misma, la fuente del amor
que vence la muerte. De la comunión con Cristo Eucaristía brota la caridad que
transforma nuestra existencia y sostiene el camino de todos nosotros hacia la patria
celestial» (Benedicto XVI, 18 junio 2006).
Reflexión apostólica
«Para participar activa y profundamente en la celebración eucarística, se ha de
valorar y vivir cada rito de la celebración, penetrando su sentido y actuando las
disposiciones interiores de arrepentimiento, súplica, alabanza y acción de gracias»
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 234).
Propósito
Participar en la procesión de Corpus Christi organizada por mi parroquia.
Diálogo con Cristo
Jesús, no quiero serte infiel por eso necesito vivir en comunión contigo. El gran don
de la Eucaristía me hace capaz de darme a los demás, incluyendo a los que no me
agradan. Sé que esto es difícil, pero confío en que, con tu gracia, podré rectificar
todo aquello que me aleja de Ti.
«Sólo el amor de Cristo podía encontrar un medio tan sencillo para quedarse con
nosotros, para estar a nuestro lado, para acompañarnos en nuestro peregrinar por
la vida, para fortalecer nuestra debilidad, para alimentar nuestra alma»
( Cristo al centro , n. 850).