REVELADO A LOS SENCILLOS
DOMINGO 14º PER ANNUM
6 de Julio de 2.008
En aquel tiempo, exclamó Jesús: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a
la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo, ha entregado mi
Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el
Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con
mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis
vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera. Mateo 11, 25-30.
Después de muchos ruegos aquel intrépido y aventurero explorador terminó por
hacerles un plano del Amazonas. Todos sus co-paisanos se procuraron,
contentísimos por cierto, una copia del plano. Con ella ya irían seguros y orientados
al Amazonas. Y todos ellos empezaron a estudiar con avidez el plano, y hasta
llegaron a saberse todos los recodos del gran río y los más intrincados recovecos de
tan salvaje selva. Pero, ¡ay, fueron muy pocos los que se decidieron a explorar el
Amazonas. Fueron contados los que en directo lo sufrieron y lo gozaron. No
obstante, nuestro apasionado explorador, para provocar a sus admiradores hacia su
apasionante e inenarrable aventura, así hablaba con el Dios del Amazonas:
“Te doy gracias, Padre, Señor de los ríos y las selvas. Tus grandezas las tienes
escondidas y alejadas de los sabios y entendidos, mientras que de la gente sencilla
y arriesgada las pones al alcance de la mano. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Yo soy tu diseño, tu plano, para mis hermanos los hombres. Y hasta les hemos
enviado nuestro Espíritu para que, siguiendo tu plan y mi plano, se internen en tu
grandeza de revelación en revelación. Ellos temen tu rostro directo, y se alejan de
Ti buscándose fotos tuyas. Tú los seduces con tus misteriosos reclamos, y
enseguida renuncian a engolfarse en tu salvaje y enajenante belleza. Y son, Padre,
tan pocos los que se internan en Ti; y son tantos los que no traspasan tus primeras
matas... Les gustan más las elaboraciones de segunda mano, se contentan con
troncos tallados que talan de Ti alejándose de tu selva virgen. Demasiados
doctrinarismos sufren. Excesivos adoctrinamientos los suyos, que con frecuencia
entontecen el espíritu y dificultan la contemplación. Y eso, Padre, que tú eres el
único Maestro, y tu deseo es que nadie tenga que enseñar a nadie ¿Cuándo, Padre,
dejando de ser unos doctrinos, les llegará el momento de veros las caras
recíprocamente, a las claras y sin caretas? ¿Cuándo tirarán el plano, y se irán al
Amazonas… ”
Y cuentan que el explorador aquél, tras de denunciar “a los sabios y entendidos”, se
revistió de paciencia y de presencia, y fue haciendo que en cada plano estudiado
con humildad y candor, aconteciera el fascinante Amazonas que tan explorado él
tenía.
Juan Sánchez Trujillo