EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
XIV Domingo del Tiempo Ordinario A
Libro de Zacarías 9,9-10.
¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey
viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno,
sobre la cría de un asna.
El suprimirá los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén; el arco de guerra será
suprimido y proclamará la paz a las naciones. Su dominio se extenderá de un mar
hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra.
Salmo 145(144),1-2.8-9.10-11.13cd-14.
Himno de David. Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre
eternamente
Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre. El Señor es fiel
en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados.
Carta de San Pablo a los Romanos 8,9.11-13.
Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el
Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser
de Cristo.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a
Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo
Espíritu que habita en ustedes.
Hermanos, nosotros no somos deudores de la carne, para vivir de una manera
carnal.
Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen morir las obras de
la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán.
Evangelio según San Mateo 11,25-30.
En esa oportunidad, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por
haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los
pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como
nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde
de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Elredo de Rieval (1110-1167), monje Cisterciense
El espejo de la caridad, I, 30-31 (Traducción: P. Germán Díez Martínez, o.e.s.o.)
«Encontrareis vuestro descanso»
Por lo tanto, los que se quejan de la aspereza de este yugo, quizás es porque,
o no abandonaron plenamente el gravísimo yugo de la concupiscencia mundana, o,
abandonándolo, volvieron a tomarlo con mayor confusión suya... ¿Qué hay más
dulce o qué más tranquilo que no angustiarse por los torpes movimientos de la
carne...?
En fin, ¿qué hay tan próximo a la tranquilidad divina como no conmoverse por
las injurias recibidas, ni asustarse por ningún daño o persecución; tener igual
constancia en los sucesos prósperos que en los adversos y tratar igual al amigo y al
enemigo, haciéndose semejante al que "hace salir su sol sobre buenos y malos, y
deja caer la lluvia sobre justos e injustos»? (Mt 5,45).
Todo esto se encuentra en la caridad, y no se halla sino en la caridad. En ella
está la verdadera tranquilidad, la verdadera suavidad, porque ella es el yugo del
Señor, y si la tomamos invitados por el Señor, encontraremos descanso para
nuestras almas, pues "el yugo del Señor es suave y ligera su carga». Por último, "la
caridad es paciente, es benigna, no tiene celos, no obra mal, no se infla, no es
ambiciosa" (1Co 13,4-5).
Las demás virtudes son para nosotros, o como vehículo para el cansado, o
como viático para el caminante, o como linterna para alumbrar en la oscuridad, o
como arma para los que luchan; mas la caridad, aunque como las restantes
virtudes es necesaria para todos, sin embargo, es descanso en especial para el
fatigado, morada para el caminante, plenitud de claridad para el que llega y
perfecta corona para el vencedor.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”