Comentario al evangelio del Viernes 15 de Julio del 2011
Queridos amigos y amigas:
El Éxodo nos presenta la “noche de Pascua”, el relato fundacional de una práctica que se ha mantenido
hasta hoy. El relato termina así: Este será un día memorable para vosotros y lo celebraréis como fiesta
en honor del Señor, de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre.
Para el pueblo judío, celebrar la Pascua era una “memoria subversiva”. No sólo suponía el recuerdo de
la liberación del yugo egipcio sino un acicate para seguir experimentando la mano del Señor en el
presente. Esto lo comprendieron bien los romanos. Por eso, cuando se aproximaban las fiestas de
Pascua, los procuradores, que residían habitualmente en Cesarea, se trasladaban a Jerusalén: ¡los
motines contra el imperio estaban asegurados! Porque la Pascua siempre es hoy.
Para los cristianos, la Pascua definitiva se ha producido en la muerte y resurrección de Jesús, el paso
liberador de Dios por nuestra historia. En cada eucaristía actualizamos ese misterio.
Vuestro hermano en la fe:
Fernando González
Fernando González