EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la XV Semana del Tiempo Ordinario
Libro del Exodo 12,37-42.
Los israelitas partieron de Ramsés en dirección a Sucot. Eran unos seiscientos mil
hombres de a pie, sin contar sus familias.
Con ellos iba también una multitud heterogénea, y una gran cantidad de ganado
mayor y menor.
Como la pasta que habían traído de Egipto no había fermentado, hicieron con ella
galletas ácimas. Al ser expulsados de Egipto no pudieron demorarse ni preparar
provisiones para el camino.
Los israelitas estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años.
Y el día en que se cumplían esos cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos de
Israel salieron de Egipto.
El Señor veló durante aquella noche, para hacerlos salir de Egipto. Por eso, todos
los israelitas deberán velar esa misma noche en honor del Señor, a lo largo de las
generaciones.
Evangelio según San Mateo 12,14-21.
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar
con él.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer,
para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi
predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga
triunfar la justicia;
y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Filomeno de Mabbug (?-v. 523), obispo en Siria
Homilía n° 5, sobre la sencillez, 137-139
«No protestará, no gritará»
Escucha al profeta anunciar a nuestro Señor. Lo compara a un cordero, a una
oveja, la más inocente de los animales: «Fue llevado al matadero como un cordero,
como una oveja ante el esquilador» (Is 53,7)... Nuestro Señor no fue comparado
con un león cuando fue conducido a la muerte... Como un cordero, como una oveja,
se mantenía en silencio cuando fue llevado a la Pasión y a la muerte: "Como oveja
ante el esquilador; no ha abierto la boca" en su humillación.
Confirmando la palabra de la profecía con su conducta, se mantuvo en silencio
cuando se lo llevaron, no dijo nada cuando lo juzgaron, no se quejó cuando lo
azotaron, no discutió cuando lo condenaron, no se irritó cuando lo apresaron (Mt
27,2). No murmuró cuando le golpearon en la mejilla, no gritó cuando fue
despojado de sus vestiduras, como a una oveja cuando la esquilan. No les maldijo,
cuando le dieron hiel y vinagre; no se irritó contra ellos cuando le clavaron en el
madero.
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