Miércoles de Ceniza - B
Evangelio de la Misa: Mt 6,1-6; 16-18 ¡Cuaresma!
Las tres lecturas bíblicas de la Misa de este día tienen un objetivo común,
puntual y programático: Predisponer a los cristianos a vivir la Cuaresma con los
sentimientos propios de la Conversión cristiana, y con las exigencias ineludibles
de la fe y de la caridad: penitencia por los pecados, propios y ajenos, justicia y
santidad en la práctica de la caridad y de la limosna, oración y ayuno practicado
con naturalidad, con alegría y generosidad, y siempre por amor de Dios.
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Señor, gracias porque me permites, en año más, iniciar la Cuaresma,
para recorrer este itinerario ascético y litúrgico,
que me lleva a la alegría de la Pascua.
Gracias, Señor, por esta llamada apremiante y cariñosa,
que me hace a la Conversión; y por estos consejos tan oportunos
como exigentes y comprometedores, que me diriges en tu Palabra divina.
Ayúdame a tenerlos siempre presentes en mi mente y en mi corazón,
y a acogerlos cada día con decisión, optimismo y entrega.
Quiero saborearlos, Señor, en tu presencia, para que nunca los olvide,
y remuevan mi corazón y me estimulen con fuerza en la lucha ascética.
Me pides que no cumpla la justicia para ser visto por los demás;
que no dé limosnas con “trompeterío” y exhibicionismo.
Que actúe siempre, Señor, con humilde generosidad, y alegre disponibilidad.
Que solo me importe tu gloria y mi santidad personal.
Con la naturalidad de quien se sabe en tus manos,
quiero vivir como un buen hijo tuyo, que acude con frecuencia a Ti
durante el día, al trabajar y al divertirme, al comer y al descansar.
Que con la sencillez de los niños exprese habitualmente mis sentimientos
de agradecimiento y de alabanza, o de súplica de ayuda y perdón,
o simplemente de diálogo cordial y confiado contigo.
Que me sienta siempre unido a Ti a lo largo de la jornada con jaculatorias
espontáneas, o tomadas de la Liturgia o de la Escritura Santa.
Sé que esta unión contigo me llevará a vivir mejor la caridad,
la limosna y la penitencia, y a hacerlo todo con más sentido sobrenatural,
y con más desprendimiento y generosidad.
Ayúdame, Señor, a crecer durante esta Cuaresma en la piedad,
en la caridad cristiana y en la generosidad apostólica.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez