XXXIV Domingo Ordinario - B
Evangelio de la Misa: Jn 18,33-37 Fiesta de Cristo Rey
El año litúrgico culmina este domingo con la celebración de la fiesta de
Jesucristo, Rey del Universo. Esta fiesta fue instaurada por el Papa Pío XI, el 11-
III-1925, en un contexto histórico que la hacían especialmente oportuna y
evangelizadora..
El evangelio recuerda el encuentro de Jesús con Pilatos, máxima autoridad
romana entre los judíos. Estos acusaban a Jesús ante la máxima autoridad
política de hacerse, o por lo menos creerse El, el rey de los judíos. Es el
momento de aclarar las ideas para quien quiera escuchar y admitir la verdad.
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Señor, cómo me gusta tu encuentro con Pilatos.
Por tu parte, elegante, prudente, dueño de la situación,
respetuoso a pesar de las falsas acusaciones, que contra Ti hacían.
Además tus palabras tan profundas como claras y explícitas:
“El que es de la verdad, escucha mi voz”.
Ayúdame, Señor, a imitarte cuando me vea en parecidas circunstancias.
Que sepa ser prudente, comprensivo, sincero, valiente;
y que pueda mantener la paz y la alegría, la serenidad y la moderación.
Pero sobre todo quiero acoger siempre la verdad, vivir en ella,
defenderla y propagarla aunque me cueste críticas,
desprecios, malentendidos o persecuciones.
Comprendo, Señor, que desde estos presupuestos doctrinales y teológicos,
y desde las buenas actitudes humanas que generan, me resulte fácil verte
y acogerte como Rey mío y de todas mis cosas; es más, me parece
conveniente, y del todo necesario, que seas el Rey de cielos y tierras.
Por tanto, reina, Señor, en mi corazón, para que desde este reinado tuyo
en mi persona, contribuya a que se cumpla tu santa voluntad
en el mundo, reinando en el corazón de muchas personas y por tanto
en todos los ambientes y circunstancias de la vida y de la sociedad.
Por supuesto, Señor, tu reinado no es de este mundo,
es decir no es un reinado político, material y económico.
Pero desde la Verdad que enseñas a tener y practicar, entiendo mejor
tu reinado espiritual, eterno y universal: reino de la verdad y de la vida,
reino de la santidad y de la gracia, reino de justicia, de amor y de paz.
Hazme, Señor, fiel súbdito tuyo en este reinado,
que sienta la alegría de ser tuyo y de servirte.
En esta fiesta, tan importante, mira mi corazón
con los mejores sentimientos y acoge mi oración y mis propósitos.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Reina en mi corazón, en mi familia, en toda la sociedad.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez