LUNES 25 de Julio de 2011
Santiago apóstol
Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor
Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: "¿No os
habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis
llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la
sangre de ese hombre." Pedro y los apóstoles replicaron: "Hay que obedecer a Dios
antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien
vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó,
haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de
los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los
que le obedecen." Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más
tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Salmo responsorial: 66
R/Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; /
conozca la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia, /
riges los pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto, / nos bendice el Señor, nuestro Dios. / Que Dios
nos bendiga; que le teman / hasta los confines del orbe. R.
2Corintios 4,7-15
Hermanos: Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para
que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no
desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos
rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de
Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras
vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús;
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la
muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso
hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó
al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el
agradecimiento, para gloria de Dios.
Mateo 20,20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y
se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó:
"Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro
a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber
el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo
beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo,
es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan
y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande
entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre
vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para
que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."
COMENTARIOS
Jesús presenta el modelo del servicio gratuito. Jesús no cede a la propuesta
de la madre de los Zebedeos, aunque estos tomen parte en la pasión del Señor.
La indignación de los demás discípulos lleva al Maestro a juntarlos a todos y
a explicarles las verdaderas implicaciones del discipulado, la manera de reinar Dios
no es como el de los poderosos y de los delimitadores de las conciencias, sino
justamente lo contrario: Servir con amor, ayudando a los demás a realizarse como
seres humanos. El verdadero reinar pasa ineludiblemente por el servicio
desinteresado, hasta asumir las últimas consecuencias, compartiendo incluso el
mismo destino de Jesús. El privilegio dentro de la propuesta de Jesús no es la del
poder por el poder, sino la de la solidaridad apasionada que construye igualdad.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de servicios KOINONÍA)