DOMINGO 3º DE ADVIENTO A
OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES
La Palabra : “Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los muertos
resucitan, y se hace realidad la liberación de los pobres” ( Evangelio).
1. Porque los seres humanos somos capaces de soñar con lo infinito en la
consecución de la verdad y en el gozo del amor, fabricamos una y otra vez la
utopía de una tierra nueva sin mentira ni alienaciones. Los últimos siglos han sido
escenario de proyectos utópicos globales que prometían el logro de nuestros
anhelos, pero cuyo fracaso experimentamos hoy con decepción. Sin embargo, la
revelacin bíblica sigue prometiendo: “la verdad brotará de la tierra; se
despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un
ciervo el cojo, y la lengua del mudo cantará”. ¿No será esta promesa un sueo
inútil y vacío?
2. Según el Evangelio, Juan Bautista, ya preso en la cárcel porque el rey Herodes
no toleraba la denuncia de su conducta inmoral, “había oído las obras de Jesús”.
No las palabras sino las obras. En realidad, Jesús de Nazaret no habló mucho pues
sólo dedicó unos dos años de su existencia a proponer con algunas parábolas su
Evangelio. Tampoco hizo largos discursos. Lo más destacado y escandaloso fueron
sus gestos: “los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los muertos
resucitan y se hace realidad la liberacin de los pobres”. Sobre todo, el gesto
definitivo de entregar la propia vida para vida de todos.
3. Tanto en política como en religión decimos muchas palabras. Los medios de
comunicación nos atontan con palabrerías. Hemos llegado incluso a desconfiar de
todo lo que dicen. No sólo en el ámbito político, sino también en el religioso se
dicen muchas palabras en las que ya nadie cree. Lo que convence son las obras a
favor de las personas que sufren y no pueden dar nada a cambio: ciegos,
inválidos, personas indefensas y excluidas. Según el Evangelio, algunos religiosos
judíos se “escandalizaban” de lo que hacía Jesús, que hoy sigue diciéndonos:
“dichoso el que no se escandalice de mí”. El sufrimiento no es ningún regalo de
Dios, ni es mejor sufrir que pasarlo bien. Ser cristiano significa seguir la conducta
de Jesús que pasó por el mundo sanando enfermos y combatiendo las fuerzas del
mal que generan sufrimiento y aminoran a las personas. Según el dicho castellano,
“obras son amores y no buenas razones”.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net