DOMINGO 4º DE ADVIENTO A
DIOS AFIRMA Y PERFECCIONA LO HUMANO
La Palabra : “Su nombre será Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”
(Evangelio).
1. Según los Evangelios, en los treinta años que pasó como un ciudadano más en
Nazaret, Jesús se preocup siempre de “las cosas del Padre”, de su voluntad: que
todos y todas vivan y se relacionen como hermanos; que los excluidos sean
reintegrados en la comunidad. Y esa interioridad Jesús la manifestó y concretó en
el tiempo de su actividad pública como profeta itinerante: curar a los enfermos,
ayudar a los pobres, trabajar para que la relación entre los seres humanos se haga
en amor, justicia y perdón. Y él era consciente de que el Padre le había enviado y
que actuaba ungido por el Espíritu, Dios mismo dando vida y fuerza.
2. El Evangelio de Mateo sobre el nacimiento del Mesías se escribe ya unos 40 años
después de la muerte de Jesús, y ese nacimiento se ve también como obra del
Espíritu que con su poder trabaja y prepara a María para que reciba la Palabra y se
realice la encarnación. Desde el primer momento el Salvador, que cura enfermos,
levanta de la exclusión a los pobres, y propone a los seres humanos una relación
interpersonal y social de amor y de justicia, debe ser fruto del Espíritu.
3. Y el relato de San Mateo confiesa la fe de la primera comunidad cristiana: el
nio que nace de María es “Emmanuel” que significa “Dios con nosotros”. La
conducta histórica de Jesús es la manifestación histórica de cómo es y cómo actúa
Dios. Cuando en su vida pública Jesús dice “quien me ve a mí ve al Padre”, no está
diciendo: “me ve a mí y piensa en Dios”. Quiere dejar claro: en mi propia conducta
se está revelando Dios. Es el acontecimiento de la encarnación que José, esposo de
María, intuye y experimenta como misterio de amor.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net