Lectio Divina: La transfiguración del Señor
Lectio: Sábado, 6 Agosto, 2011
La Transfiguración de Jesús: la cruz en el horizonte
La pasión que conduce a la gloria
Marco 9:2-10
1. oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz
de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios
en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y
resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura,
en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que
sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos
de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los
otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de
justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al
Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura:
En esta solemnidad, la Iglesia medita sobre la Transfiguración de Jesús delante de
tres de sus discípulos que con Él subieron a la montaña. La Transfiguración
acontece después del primer anuncio de la Muerte de Jesús (Lc 9,21-22). Este
anuncio había dejado confundidos a los dos discípulos y sobre todo a Pedro.
Observemos de cerca, en sus mínimos detalles, el texto que nos describe la
transfiguración de modo que nos demos cuenta cómo esta experiencia diversa de
Jesús ha podido ayudar a los discípulos a vencer y superar la crisis en la que se
hallaban. En el curso de la lectura tratemos de estar atentos a cuanto sigue:¿Cómo
sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante
estaexperiencia?
b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:
Marcos 9,2-4: La Transfiguración de Jesús delante sus discípulos
Marcos 9,5-6: La reacción de Pedro ante la transfiguración
Marcos 9,7-8: La palabra del cielo que explica el sentido de la Transfiguración
Marcos 9,9-10: Mantener el secreto de lo que vieron
c) Texto:
Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos
solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se
volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra
sería capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, y
conversaban con Jesús. Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es
estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías»; -pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados-. Entonces se
formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este
es mi Hijo amado, escuchadle.» Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo con ellos.
Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto
hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos observaron esta
recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los
muertos.»
3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra
vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto de este texto que te ha gustado más y que ha llamado más tu
atención?
b) ¿Cómo sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta
experiencia?
c) ¿Por qué el texto presenta a Jesús con vestidos resplandecientes mientras habla
con Moisés y con Elías? ¿Qué significan para Jesús Moisés y Elías? ¿Y qué significan
para los discípulos?
d) ¿Cuál es el mensaje de la voz del cielo para Jesús? ¿Y cuál es el mensaje para
los discípulos?
e) ¿Cómo transfigurar hoy, la vida personal y familiar, y la vida comunitaria en
nuestro barrio?
5. Para los que desean profundizar mayormente en el tema
a) Contexto de entonces y de hoy
El anuncio de la pasión sumergió a los discípulos en una profunda crisis. Ellos se
encontraban en medio de los pobres, pero en sus cabezas todo era confusión,
perdidos como estaban en la propaganda del gobierno y en la religión oficial de la
época (Mc 8,15). La religión oficial enseñaba que el Mesías sería glorioso y
victorioso. Y es por esto por lo que Pedro reacciona con mucha fuerza contra la cruz
(Mc. 8-32) Un condenado a la muerte de cruz no podía ser el Mesías, al contrario,
según la Ley de Dios, debía ser considerado como un “maldito de Dios” (Dt 21,22-
23). Ante esto, la experiencia de la Transfiguración de Jesús podía ayudar a los
discípulos a superar el trauma de la Cruz. En efecto, en la Transfiguración, Jesús
aparece en la gloria, y habla con Moisés y con Elías de su Pasión y Muerte (Lc
9,31). El camino de la gloria pasa por tanto por la cruz.
En los años 70, cuando Marcos escribe su evangelio, la cruz constituía un gran
impedimento para la aceptación de Jesús como Mesías por parte de los judíos.
¿Cómo podía ser que un crucificado, muerto como un marginado, pudiese ser el
gran Mesías esperado por siglos de los pueblos? La cruz era un impedimento para
creer en Jesús. “La cruz es un escándalo” decían (1Cor 1,23). Las comunidades no
sabían cómo responder a las preguntas críticas de los judíos. Uno de los mayores
esfuerzos de los primeros cristianos consistía en ayudar a las personas a
comprender que la cruz no era un escándalo, ni locura, antes bien, era la expresión
del poder y de la sabiduría de Dios (1Cor 1,22-31). El evangelio de Marcos
contribuye a este esfuerzo. Se sirve de textos del Viejo Testamento para describir
la escena de la Transfiguración. Ilumina los hechos de la vida de Jesús y muestra
que en Jesús se ven realizadas las profecías y que la Cruz es el camino que conduce
a la gloria. ¡Y no sólo la cruz de Jesús era un problema!. En los años 70 la cruz de
la persecución formaba parte de la vida de los cristianos. En efecto, poco tiempo
antes, Nerón había desencadenado la persecución y hubo muchos muertos. Hasta
hoy, muchas personas sufren porque son cristianos y porque viven el evangelio.
¿Cómo afrontar la cruz? ¿Qué significado tiene? Con estas preguntas en la mente
meditemos y comentemos el texto de la Transfiguración .
b) Comentario del texto
Marcos 9,2-4: Jesús cambia de aspecto
Jesús sube a un monte alto. Lucas agrega que allí se dirige para rezar (Lc 9,28).
Allí, sobre la cima de la montaña, Jesús aparece en la gloria delante de Pedro.
Santiago y Juan. Junto a Él aparecen también Moisés y Elías. El monte alto evoca al
Monte Sinaí, donde, en el pasado, Dios había manifestado al pueblo su voluntad,
consignando la ley a Moisés. Las vestiduras blancas de Jesús recuerdan a Moisés
envuelto en la luz cuando habla con Dios en la Montaña y recibe de Dios la Ley (cf.
Ex 24,29-35). Elías y Moisés, las dos más grandes autoridades del Viejo
Testamento, hablan con Jesús. Moisés representa la Ley. Elías la Profecía. Lucas
dice que la conversación se establece sobre la Muerte de Jesús en Jerusalén (Lc
9,31). Así quedaba claro que el Viejo Testamento, tanto la Ley como los Profetas,
enseñaban ya que el camino de la gloria pasa por la cruz (Cf. Is 53).
Marcos 9,5-6) A Pedro le place lo que acontece, pero no entiende
A Pedro le agrada todo lo que sucede y quiere asegurarse el momento placentero
sobre la Montaña. Propone construir tres tiendas. Marcos dice que Pedro tenía
miedo, sin saber lo que estaba diciendo, y Lucas añade que los discípulos tenían
sueño (Lc 9,32). Ellos son como nosotros, ¡para ellos es difícil entender la Cruz!
La descripción del episodio de la transfiguración comienza con una afirmación:
“Seis días después”. A qué se refieren estos seis días? Algunos estudiosos explican
así la frase: Pedro quiere construir tiendas, porque era el sexto día de las fiestas de
las tiendas. Era una fiesta muy popular de seis días que festejaba el don de la ley
de Dios y los cuarenta años pasados en el desierto. Para recordar estos cuarenta
años, el pueblo debía transcurrir una semana de la fiesta en tiendas improvisadas.
Por esto se llamaba Fiesta de las Tiendas. Si no era posible la celebración de todos
los seis días, por lo menos que se hiciese en el sexto día. La afirmacin “ después
de seis días” sería una alusin a la fiesta de las tiendas. Por esto Pedro recuerda la
obligación de construir tiendas. Y se ofrece espontáneamente para construirlas. Así
Jesús, Moisés y Elías habrían podido seguir conversando.
Marcos 9,7: La voz del cielo esclarece los hechos
Apenas Jesús queda envuelto en la gloria, una voz del cielo dice: ¡Este es mi Hijo
predilecto! Escuchadlo! La expresin “Hijo predilecto” evoca la figura del Mesías
Siervo, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1). La expresin “Escuchadlo”
evoca la profecía que prometía la llegada de un nuevo Moisés (cf. Dt 18,15). En
Jesús, se están realizando las profecías del Viejo Testamento. Los discípulos no
podían dudarlo. Los cristianos de los años 70 no podían dudarlo. Jesús es
verdaderamente el Mesías glorioso, pero el camino de la gloria pasa por la cruz,
según el anuncio dado en la profecía del Siervo (Is 53,3-9). La gloria de la
Transfiguración es la prueba. Moisés y Elías lo confirman. El Padre es el garante.
Jesús la acepta.
Marcos 9,8: ¡Sólo Jesús y nadie más!
Marcos dice que, después de la visión, los discípulos sólo ven a Jesús y a nadie
más. La insistencia en afirmar que sólo ven a Jesús, sugiere que desde ahora en
adelante Jesús es la única revelación de Dios para nosotros. Para nosotros los
cristianos, Jesús, y solamente Él, es la llave para comprender todo el sentido del
Viejo Testamento.
Marcos 9,9-10: Saber quedar en silencio
Jesús pide a sus discípulos que no digan a nadie nada, hasta que no hubiera
resucitado de entre los muertos, pero los discípulos no lo entendieron. En efecto, no
entiende el significado de la Cruz, quien no une el sufrimiento a la resurrección. La
Resurrección de Jesús es la prueba de que la vida es más fuerte que la muerte.
Marcos 9, 11-13: El regreso de Elías
El profeta Malaquías había anunciado que Elías debía volver para preparar el
camino del Mesías (Ml 3,23-24). Este mismo anuncio se encuentra en el libro del
Eclesiástico (Eclo 48,10)
Entonces ¿cómo podía ser Jesús el Mesías, si Elías todavía no había vuelto? Por
esto, los discípulos preguntaban: “Por qué los escribas dicen que primero debe
venir Elías?” (9,11). La repuesta de Jesús es clara: “Yo os digo que Elías ya ha
venido, pero han hecho de él lo que han querido, como está escrito de él ( 9,13).
Jesús estaba hablando de Juan el Bautista, asesinado por Herodes (Mt 17,13).
c) Ampliando conocimientos:
i) La Transfiguración: el cambio que se da en la práctica de Jesús
En medio de los conflictos con los fariseos y los herodianos (Mc 8,11-21), Jesús
deja la Galilea y se dirige a la región de Cesárea de Filipo (Mc 8,27), donde
comienza a preparar a sus discípulos. Por el camino, lanza una pregunta: “Quién
dice la gente que soy yo?” (Mc 8,27). Después de haber escuchado la respuesta
que lo consideraban el Mesías, Jesús empieza a hablar de su Pasión y Muerte (Mc
8,31). Pedro reacciona: “No quiera Dios, Seor, que esto suceda!” (Mt 16,22).
Jesús replica: “Lejos de mi Satanás” Tú me sirves de escándalo, porque no piensas
según Dios, sino según los hombres!” (Mc 8,33). Fue un momento de crisis. Los
discípulos presos por la idea de un mesías glorioso (Mc 8, 32-33; 9,32), no
comprenden la propuesta de Jesús y tratan de conducirla por otro camino. Estaba
cercana la fiesta de las Tiendas, (cf. Lc 9,33), en la que la expectativa mesiánica
popular por lo general acostumbraba a aumentar y mucho. Jesús sube a la
montaña a orar (Lc 9,28). Vence la tentación por medio de la oración. La
manifestación del Reino sería muy diferente de lo que la gente se imaginaba. La
victoria del Siervo llegaría a través de la condena a muerte (Is 50,4-9; 53,1-12). La
cruz aparece en el horizonte, no ya como una posibilidad, sino más bien como una
certeza. A partir de este momento, comienza una mutación en la práctica de Jesús.
He aquí algunos puntos significativos de esta mutación:
Pocos milagros. Asistíamos antes a muchos milagros. Ahora, a partir de Mc 8,27;
Mt 16,13 y Lc 9,18, los milagros constituyen casi una excepción en la actividad de
Jesús.
Anuncio de la Pasión. Antes se hablaba de la pasión, como de una posibilidad
remota (Mc 3,6) Ahora se habla constantemente (Mc 8,31; 9,9.31; 10,33.38).
Tomar la Cruz . Antes, Jesús anunciaba a llegada inminente del Reino. Ahora insiste
en la vigilancia, en las exigencias del seguimiento y en la necesidad de tomar la
cruz. (Mt 16,24-26; 19,27-30; 24,42-51; 25,1-13: Mc 8,34; 10,28-31: Lc 9,23-
26.57-62; 12,8-9.35-48; 14,25-33; 17,33; 18,28-30).
Enseña a los discípulos. Primero enseñaba a la gente. Ahora se preocupa
mayormente de la formación de los discípulos. Les pide escoger de nuevo (Jn 6,67)
y comienza a prepararlos para la misión que vendrá pronto. Sale de la ciudad para
poder estar con ellos y ocuparse de su formación (Mc 8,27; 9,28.30-35;
10.10.23.28-32; 11,11).
Parábolas diversas. Antes, las parábolas revelaban los misterios del Reino presente
en la actividad de Jesús. Ahora las parábolas orientan hacia el juicio futuro, hacia el
final de los tiempos: los viñadores homicidas (Mt 21, 33-46); el siervo despiadado
(Mt 18,23-35); los trabajadores de la hora undécima (Mt 20,1-16); los dos hijos
(Mt 21,28-32); el banquete de bodas (Mt 22,1-14); los diez talentos (Mt 25, 14-
30). Jesús asume la voluntad del Padre que se revela en la nueva situación, y
decide andar a Jerusalén (Lc 9,51). Asume esta decisión de tal modo que asusta a
los discípulos , que no consiguen entender estas cosas (Mc 10,32; Lc 18,31-34): En
aquella sociedad, el anuncio del Reino tal como era anunciado por Jesús no era
tolerado. Y por tanto o cambiaba o ¡sería muerto! Jesús no cambió el anuncio.
Continuó siendo fiel al Padre y a los pobres. ¡Por esto fue condenado a muerte!
ii) La transfiguración y la vuelta del Profeta Elías
En el Evangelio de Marcos, el episodio de la Transfiguración (Mc 9,2-8) va unido a
la cuestión de la vuelta del profeta Elías (Mc 9,9-13). En aquel tiempo, la gente
esperaba el regreso del profeta Elías y no se daba cuenta que Elías ya había vuelto
en la persona de Juan Bautista (Mc 9,13). Hoy sucede la misma cosa. Muchas
personas viven esperando el retorno de Jesús y escriben incluso en los muros de las
ciudades: ¡Jesús volverá!. Ellos no se dan cuenta que Jesús está ya presente en
nuestra vida. De vez en cuando, como un relámpago improvisado, esta presencia
de Jesús irrumpe y se ilumina, transformando nuestra vida. Una pregunta que cada
uno debe hacerse: ¿Mi fe en Jesús, me ha regalado ya algún momento de
transfiguración y de intensa alegría? ¿Cómo me han dado fuerza estos momentos
de alegría en los momentos de dificultad?
6. Oración de un Salmo: Salmo 27 (26)
El Señor es mi luz
Yahvé es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Yahvé, el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Cuando me asaltan los malhechores
ávidos de mi carne,
ellos, adversarios y enemigos,
tropiezan y sucumben.
Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
sigo confiando.
Una cosa pido a Yahvé,
es lo que ando buscando:
morar en la Casa de Yahvé
todos los días de mi vida,
admirar la belleza de Yahvé
contemplando su templo.
Me dará cobijo en su cabaña
el día de la desgracia;
me ocultará en lo oculto de su tienda,
me encumbrará en una roca.
Entonces levantará mi cabeza
ante el enemigo que me hostiga;
y yo ofreceré en su tienda
sacrificios de victoria.
Cantaré, tocaré para Yahvé.
Escucha, Yahvé, el clamor de mi voz,
¡ten piedad de mí, respóndeme!
Digo para mis adentros:
«Busca su rostro».
Sí, Yahvé, tu rostro busco:
no meocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
Yahvé me acogerá.
Señálame, Yahvé, tu camino,
guíame por senda llana,
pues tengo enemigos.
No me entregues al ardor de mis rivales,
pues se alzan contra mí testigos falsos,
testigos violentos además.
Creo que gozaré
de la bondad de Yahvé
en el país de la vida.
Espera en Yahvé, sé fuerte,
ten ánimo, espera en Yahvé.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la
voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique
la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como
María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la
Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por
todos los siglos de los siglos. Amén.
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)