Sabiduría para el uso de los bienes
16/08/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que un rico
difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un
camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos».
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: «Entonces ¿quién
podrá salvarse?». Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: «Para los
hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible».
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: «Señor, nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?». Jesús les dijo: «Yo les
aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de
gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para
juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o
madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida
eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros». Palabra del
Señor.
Oración introductoria
Padre mío, Creador y Señor, ¡sólo Tú puedes salvarme! Te suplico que lo hagas.
Quiero dejarlo todo para que seas sólo Tú el centro de mi vida. Ilumina esta oración
para que pueda descubrir el orden que debo dar a mis apegos terrenales, y pueda
trasmitir tu amor a los demás.
Petición
Jesús, ayúdame a dejar todo lo que me aparte de mi misión de discípulo y
misionero.
Meditación
«Dios no excluye a nadie, ni a pobres y ni a ricos. Dios no se deja condicionar por
nuestros prejuicios humanos, sino que ve en cada uno un alma que es preciso
salvar, y le atraen especialmente aquellas almas a las que se considera perdidas y
que así lo piensan ellas mismas. Jesucristo, encarnación de Dios, demostró esta
inmensa misericordia, que no quita nada a la gravedad del pecado, sino que busca
siempre salvar al pecador, ofrecerle la posibilidad de rescatarse, de volver a
comenzar, de convertirse. En otro pasaje del Evangelio Jesús afirma que es muy
difícil para un rico entrar en el reino de los cielos (cf. Mt 19, 23). En el caso de
Zaqueo vemos precisamente que lo que parece imposible se realiza: “Él comenta
san Jerónimo entregó su riqueza e inmediatamente la sustituyó con la riqueza del
reino de los cielos”. Y san Máximo de Turín aade: “Para los necios, las riquezas
son un alimento para la deshonestidad; sin embargo, para los sabios son una ayuda
para la virtud; a estos se les ofrece una oportunidad para la salvación; a aquellos
se les provoca un tropiezo que los arruina” (Benedicto XVI, 31 de octubre de
2010).
Reflexión apostólica
«Los bienes materiales, aun los alcanzados como fruto del trabajo personal, son un
don de Dios y se han de recibir con espíritu agradecido, usando de ellos con
moderación, responsabilidad y conciencia de las exigencias de la justicia y de la
caridad cristianas » ( Manual del miembro del Regnum Christi , n. 197).
Propósito
Desprenderme de algo material, que pueda servir a otros. Llevarlo al Cáritas más
cercano.
Diálogo con Cristo
A primera vista tus criterios, Señor, suelen parecer muy exigentes, demandantes,
utpicos porque siento que sobrepasan mis posibilidades. Neciamente olvido que
no depende de mí sino de Ti, porque sé que puedo contar contigo, que puedo dejar
todo lo demás y estar totalmente a tu disposición, porque sólo así podré estar
auténticamente a disposición de los demás, especialmente de mi propia familia.
«No estriben la santidad en bellas palabras sino en hechos prácticos, aunque para
ello sea preciso una renunciación heroica hasta la muerte; el cumplimiento de sus
deberes ordinarios será la prueba de su santidad y de su heroísmo»
( Cristo al centro, n. 1989).