Un mandamiento nuevo
19/08/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado
callados a los saduceos, se acercaron a Él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le
preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande
de la ley?».
Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los
mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas». Palabra
del Señor.
Oración introductoria
Jesucristo, gracias por señalarme el camino que hay que seguir para encontrar la
plena felicidad. Amarte a Ti a través del amor a mis hermanos, simple, pero
imposible de vivir si Tú no estás presente en mi vida, por ello te pido, ¡ven Espíritu
Santo!
Petición
Ser sensible y estar atento a las necesidades de quienes me rodean.
Meditación
«Jesús habla de un «mandamiento nuevo». ¿Cuál es su novedad? En el Antiguo
Testamento Dios ya había dado el mandato del amor; pero ahora este
mandamiento es nuevo porque Jesús añade algo muy importante: «Como yo os he
amado, así amaos también vosotros los unos a los otros». Lo nuevo es
precisamente este «amar como Jesús ha amado». Todo nuestro amar está
precedido por su amor y se refiere a este amor, se inserta en este amor, se realiza
precisamente por este amor. El Antiguo Testamento no presentaba ningún modelo
de amor, sino que formulaba solamente el precepto de amar. Jesús, en cambio, se
presenta a sí mismo como modelo y como fuente de amor. Se trata de un amor sin
límites, universal, capaz de transformar también todas las circunstancias negativas
y todos los obstáculos en ocasiones para progresar en el amor. Y en los santos de
esta ciudad vemos la realización de este amor, siempre desde la fuente del amor de
Jesús» (Benedicto XVI, 2 de mayo de 2010).
Reflexión apostólica
«La caridad evangélica, a diferencia de la mera filantropía, consiste en amar al
prójimo con el mismo amor con que se ama a Cristo. Y el único modo auténtico de
amar a Cristo es cumplir sus mandamientos; particularmente su mandamiento por
excelencia: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros”.
Vivir el amor es descubrir y servir a Cristo en los demás. Vivir el amor es donarse
cristianamente a los demás » ( Manual del miembro del Regnum Christi , n. 36».
Propósito
Hablaré bien de todos los que me rodean, una forma práctica de vivir el amor a
ellos y a Dios.
Diálogo con Cristo
Jesús, quiero vivir con el apremio constante de crecer en el amor a Ti y a todos mis
hermanos, especialmente aquellos que están más cerca de mí, porque el
cristianismo es, en definitiva, el amor; y sólo podré comunicarte en la medida en
que yo viva tu caridad.
«¡Qué hermoso y fecundo es el misterio del amor! No la inteligibilidad del amor.
Sino el amor que es vida, el amor que es donación, el amor que es compromiso. Es
el amor que brota de la experiencia del Amor: ¡Dios es amor!»
( Cristo al centro, n. 46).